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Su heterogénea composición le ha dado la posibilidad de incursionar en diferentes fuentes expresivas; el hombre (entiéndase como especie y no como género) es el principal vehículo de comunicación. Un simple gesto puede convertirse en motivación temática de lo que posteriormente resulta la coreografía.

1Danza Fragmentada en colaboración con la expo de Gabriel Dávalos.

Alejada de códigos formales, Danza Fragmentada busca, desde siempre, la diversidad partiendo de un método, lenguaje y dirección específicos, que con total y desprejuiciada libertad expresiva aborda problemáticas sociales y existenciales del ser humano, ese que hace 30 años deviene su medio y principal fuente de inspiración en el largo camino por traducir el lenguaje oculto del cuerpo.

Tres décadas de movimiento, de creación y formación hacen de la compañía referente obligado de la danza en el oriente del país y, en especial, de Guantánamo, donde ha contribuido a validar la condición de la provincia como una de las capitales de la manifestación.

El hoy por el ayer

Cuando en octubre de 1993, en pleno período especial, el bailarín Ladislao Navarro Tomasén y un puñado de jóvenes apostaban por la creación de Fragmentada, imponiéndose a la escasez y el escepticismo, nadie imaginaría que tiempo más tarde se convertiría en uno de los pilares de la danza aquí.

“Todo comenzó como propuesta de trabajo de tesis para el Instituto Superior de Arte (ISA) -explica Navarro Tomasén- un proyecto experimental con el que quería incursionar en diferentes técnicas y estilos, así como fusionar las manifestaciones. En ese entonces empecé con una docena de fundadores, que apenas contaban con las exigencias físicas, pero sí muchas ganas de hacer.

“La clave para armar el colectivo fue una rigurosa preparación técnica, basada en un método creado por mí, además de los saberes adquiridos sobre la danza moderna, contemporánea, ballet clásico, folklore y actuación. Ensayábamos en cualquier rinconcito prestado, incluso, patios de tierra, hasta que nos acogieron en la sede de la Asociación Hermanos Saíz.

“En esos años singulares, también teníamos otro problema -rememora Ladislao-, las responsabilidades diversas de los integrantes fuera del tabloncillo; lo mismo eran estudiantes de otras carreras, que obreros o amas de casa, pero nunca cejamos en la voluntad de crear, de buscar, explorar paso a paso y, por eso, nace la idea de nombrar al grupo Fragmentada, y así se quedó”.

Crear fue la palabra de orden desde entonces, aunque también el Licenciado en Artes Escénicas con especialidad en Danza Contemporánea, inculcó en sus bailarines el trabajo colectivo y la necesidad de atreverse a coreografiar, que es también soñar; educó en valores y sentó las bases del futuro dancístico local.

“Tempranamente decidimos hacer talleres infanto-juveniles para impartir clases elementales de ballet, ritmo, folclore y danza contemporánea. Hoy muchos de esos pequeños forman parte de las compañías de la provincia y el país o, al menos, saben apreciar el arte y sus valores gracias a nuestra formación, y a la Escuela de Danza, donde también somos profesores”, afirma.

Importante en ese periodo fue la creación del espacio interior Improntus del cuerpo (los jueves en la noche), así lo comenta Edilberto Juárez Pérez, asesor teatral de la compañía. Se trata de un momento de extraordinaria valía que propone búsquedas más arriesgadas y audaces e incentiva la creatividad no solo en danza, sino también musical, teatral, circense… allí se escucharon, por ejemplo, los primeros acordes del dúo Buena Fe, y estuvieron otros, muchos.

“También nacieron coreografías, porque era una suerte de oasis para el movimiento cultural de los años 90, el lugar donde respirar, experimentar, y así lo reconocen bailarines que son hoy orgullo guantanamero a nivel nacional e internacional, es el caso de Liuban Corrales, Esteban Santiago Aguilar, Julio César Rodríguez, Lowert Elliot Columbié, o Alexeider Abad, que formó parte de la compañía alemana de Pina Bausch, y ya dirige su propio proyecto”, agrega.

“Hemos sido cantera, arboleda, camino para muchos -apunta Juárez Pérez- precisamente porque nos alejamos del esquematismo y demostramos que el arte puede hallarse, pulirse y profesionalizarse, además de fundirse y crecer, o ayudar a hacerlo, es el caso del hoy director de la compañía Carpandilla, Alexánder Barbier, quien llegó aquí formado en artes plásticas y bailó con nosotros el dúo llamado El vuelo, a partir del texto de Juan Salvador Gaviota”.

Méritos y reconocimientos

Con un amplio repertorio que aglutina obras del propio maestro Ladislao Navarro, pero también de muchos otros jóvenes como el bailarín y coreógrafo Yolexis Rivero, Aurelio Planes, Yoel González, Felipe Adriano Catalá, Ismael Cabal… Fragmentada ha logrado colarse en los más disímiles escenarios.

Liubis Balart Martínez, relacionista pública de la compañía, precisa que la agrupación ha estado en festivales de danza en Camagüey, La Habana, Las Tunas, Holguín y Santiago de Cuba, sobresaliendo en eventos como la Bienal Internacional de Danza, el Mundial de Danza Solos y Duetos en Venezuela y la Competencia de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakov, de este último se podría considerar una de las agrupaciones fundadoras.

“Asimismo, hemos realizado giras internacionales por Italia, Francia, Venezuela y Estados Unidos, que han permitido retroalimentarnos de nuevas tendencias artísticas, trabajar con coreógrafos de fama mundial y confrontar otras estéticas para medir la calidad y validar la certeza del camino seguido.

2 recortIsmael Cabal, uno de los noveles coreógrafos de la compañía.

“La compañía es reconocida por la intensidad y la fuerza que llevan a escena, así como el lirismo interpretativo de los bailarines. Nuestro estilo basado en la danza-teatro cautiva al público y a la crítica, de hecho, cuando estuvimos en la Temporada del ballet de Camagüey, Aurora Bosch, una de las cuatro joyas del Ballet Nacional de Cuba, señaló la singularidad de las propuestas coreográficas que mostramos, entre ellas, El puente de Aguilera y Eucarionte”, agrega.

Premios como el provincial Elfriede Mahler, Guamo, Hermandad, Ramiro Guerra; la Distinción por la Cultura Nacional y otros tantos son la demostración fehaciente de la calidad profesional de Fragmentada, una agrupación que ni siquiera en medio del confinamiento obligado por el nuevo coronavirus detuvo su quehacer.

“Como reto a la rutina diaria tomamos las redes sociales para compartir entrenamientos y creaciones que aprovechaban cada esquina o rincón de casa en una suerte de performance que dialogaba sobre las interioridades, intereses y tribulaciones de cada intérprete, a la vez que transmitíamos mensajes de esperanza. Fue una iniciativa bien acogida que nos hizo ganar públicos en Cuba, Australia, Canadá, España y hasta en Inglaterra”, dice Balart Martínez.

Los agradecidos

En la actualidad, Fragmentada se adentra cada vez más en la danza interactiva, la cercanía con el público que los sigue enriquece siempre sus propuestas; danzan en su sede, pero también en las calles, en las comunidades… cualquier recurso o lugar les resulta útil para sumergir su espíritu en un nuevo encuentro con el movimiento y la experimentación.

“Precisamente esa libertad creativa es la que hace que sienta este sitio como mi casa, mi familia, porque no solamente me ha educado como artista, sino que me impulsa y reta siempre a alcanzar mis metas y mis ambiciones profesionales. A nivel coreográfico le debo todo a Fragmentada. Con ella he ido a eventos y concursos que me permiten ver nuevas estéticas y visibilizar la mía”, significa el bailarín Ismael Cabal.

Leticia Martínez, por su parte, resalta en los cinco años que ha estado en la compañía la confianza de los profesores y coreógrafos en las nuevas generaciones de danzarines, “no solo se limitan a enseñar y montar, sino que permiten al intérprete sugerir y participar de la construcción final de cada obra.

“Siempre quise estar aquí, prácticamente crecí en este tabloncillo, pues entré con cinco años de edad a los talleres y, desde entonces, sabía que mi lugar era al lado del maestro Ladislao, a quien quiero y admiro mucho”, confiesa.

Ismael y Leticia forman parte del nuevo equipo de bailarines que apuesta por defender y preservar el legado de 30 años conservado por Fragmentada, y desde ya preparan nuevas propuestas para sorprender a los guantanameros y demostrar la vitalidad de este colectivo, pese a los altibajos que el éxodo de artistas causa.

Con octubre llegarán las propuestas, de la mano de profesores de la Escuela profesional de Danza Alfredo Velázquez, con invitados foráneos (de Chile) y coreógrafos de la propia compañía; todos enriquecerán y ampliarán el repertorio activo de este conjunto brillante, comprometido con la danza como patrimonio cultural de los guantanameros.