Imprimir

CuestaPara Ernesto pintar no tiene horario y sí muchos momentos. Los sueños, la constancia y el amor sostienen la enorme pasión de Ernesto Cuesta Esteris, quien plasma su realidad en simples objetos de la naturaleza, con la magia de su talento.

 

Solo contaba con siete años cuando se apasionó por las artes plásticas e inició un recorrido que lo marcó para toda su vida, pues estaba dotado de aptitudes que le permitieron descubrirse.

 

Cursaba la Secundaria Básica cuando se enfrentó a una prueba de aptitud con los profesores de la Academia de Artes plásticas de su natal Santiago de Cuba, y en décimo grado matriculó en la Escuela provincial de Artes Plásticas José Joaquín Tejada, de esa ciudad, donde se graduó en 1981 de las especialidades de Pintura y Dibujo, última de las cuales le apasiona y en la cosecha sus mayores éxitos, aunque también incursiona en el Diseño Gráfico, el Grabado, la Caricatura, la Artesanía, la Cerámica y la Poesía.

 

“En 1981 comencé el Servicio Social como profesor de Pintura en la Escuela Vocacional de Artes Regino Eladio Boti, de Guantánamo, donde permanecí nueve años al frente de la Cátedra de Pintura, Dibujo y Taller de Expresión Creadora”, relata el entrevistado.

 

“Fui también Metodólogo provincial de Artes Plástica en el Centro de Cultura Comunitaria, y en 2003 profesor en la Academia Profesional de esa especialidad en Guantánamo; enseñaba durante el día y en las noches creaba”, comenta quien en la actualidad es instructor y se dedica a preparar a los más pequeños.

 

Por sus valores artístico-docentes y aportes a la cultura local, ha sido nominado en varias ocasiones al Premio Guamo que entrega la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

 

“Me vinculé al Paisajismo, mi tendencia por excelencia influenciado por Antonio Ferrer, mi profesor -apunta-. De tal suerte, que he recreado el entorno marino de Santiago y el natural de Guantánamo, y dedicado gran parte de mi labor a resaltar la figura de José Martí, con acuarelas, acrílicos, óleos y en vitrales.

 

“Alrededor de 23 de mis obras forman parte de colecciones particulares en Argentina, Bulgaria, Francia, Inglaterra, España, Estados Unidos y Cuba, mi país, en este caso para instituciones educacionales, sociales, culturales y turísticas. Las escenografías también cuentan en mi haber con centenares de ellas y murales para actos políticos, culturales, artísticos, deportivos, recreativos y científicos”.

 

En su aval cuenta con numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales. “Eso llena de orgullo a la familia que me comprende y apoya, principalmente mis hijas, que siguen mis pasos por los caminos del arte.

 

“Mucho me queda por hacer; mis 64 años son pocos para completar la obra en la que pienso, para convertir en arte todo lo que veo. Mi vida son los colores, todos hermosos; crecer y soñar con lo real maravilloso del alma; marcar la historia siendo el huracán de la pintura guantanamera”.