Los “muñecones” y todo el conjunto de máscaras a pie forman parte de la tradición de las fiestas populares guantanameras. Es usual encontrarles en los desfiles del carnaval sacando risas a su paso con sus disfraces coloridos y llenos de vida, posando para las fotos y asustando a muchos menores.
Este año, como de costumbre, las máscaras a pie no faltaron a la Fiesta de San Joaquín, encabezando las cabalgatas con sus diversas figuras: La mujer de King Kong, el Doctor Chiringa, el Caballito que corre junto a todos los paseos y comparsas, los diablos, la muerte en cueros, San Joaquín y los muñecones.
Bajo rostros y cuerpos de ficción y los grandes y pesados vestuarios, se encuentran personas llenas de deseos de brindar entretenimiento y felicidad, quienes dan vida a estos personajes.
“Lo hacemos por pasión, aunque pasemos calor y nos cansemos un poco, vale la pena ver a los niños reír, pararnos para hacerse una foto con nosotros. Escuchar a un infante anunciar nuestra llegada es de las mejores sensaciones de este trabajo", afirma Roineris Serrano, “muñecón” desde hace unos seis años.
Julio Padilla, quien hace dos años interpreta a Chuncha, la dueña de Cachorro, reconoció que en esta edición los vestuarios tuvieron mejor tela y muchísima más calidad en cuanto a confección. “Es un trabajo complicado, pero digno, por lo que pienso que son personajes que no pueden faltar en las fiestas carnavalescas, porque forman ya parte de nuestra idiosincrasia", aseguró.
Otros de quienes dan vida a los personajes, declararon a Venceremos que este año han tenido las mejores experiencias. "Esta fiesta tuvo más calidad que años anteriores. Nos dieron mejor preparación en todos los sentidos, y mayor atención", declaró Mirelles Bravo, una diabla en esta edición.
Los infantes los esperan cada año. Disfrutan al verlos representar sus personajes favoritos de la literatura infantil y animados de la televisión, o cuando interactúan con ellos en el desfile, recompensas que premian a quiénes bajo colororidas vestimentas y atrevidos maquillajes, amenizan las calles guantanameras con esta popular tradición de las máscaras a pie.