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Premio Csalendario"Hay libros que construyes. Otros se piensan durante muchos años, pero hay algunos, como este, que son una experiencia vital". Así habla de Cosas que arden sobre el pasto, el escritor Ragnar Wilfredo Robas, su autor y merecedor del Premio Calendario 2024, concurso de literatura auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en la categoría de Poesía.

Nacido en Imías, a sus 34 años nunca ha participado en un taller literario. Es "un escritor empírico que aprendió leyendo y escribiendo mucho". Sin embargo, la genialidad de su obra es evidente en cada historia que crea, en cada idea que halla refugio en su cabeza.

"No participé cuando abrió la convocatoria, pero un amigo mío me avisó que la habían extendido. Siempre tuve la certeza de que, si algún día me lo ganaba, iba a ser en narrativa. No tenía esperanzas, pero aún así participé el último día. Por eso me sorprendí tanto cuando recibí la llamada que me informó el resultado", evoca.

Este galardón viene no solo a premiar la inventiva de alguien que "crea una poesía sincera, sencilla, sin artificios, nacida de la emoción y las experiencias", sino también a alumbrar el recorrido de un joven escritor que hace camino al andar.

"Ganar Calendario siempre ha sido la meta de los escritores más noveles del país. Le otorga cierta validación a tu trabajo. Recibirlo me dice que este modo de escribir, desde la sinceridad, sí funciona incluso a altos niveles, que lo estoy haciendo bien y voy por el sendero correcto", afirma.

Cuenta que siempre ha tenido muchas dudas con respecto a esta parte de su obra literaria, aunque las ya publicadas han recibido muy buenas críticas, y que este es un texto al que se le pudieran cambiar muchos aspectos, como dejar al lector 'respirar', porque -comenta- te bombardea con dolor desde la primera página hasta la última.

Cosas que arden sobre el pasto no fue pensado para participar en concurso alguno. De sus intenciones y verdades habla su autor. "Quienes lo han leído me han dicho que es excesivamente triste. En él narro de forma casi autobiográfica lo que experimenté con la pérdida de mi padre y luego mi madre. Es una descarga emocional, un exorcismo poético.

"Según un amigo mío, si tuviera unas páginas más, fuera una novela poética. Además, está escrito en dos tiempos diferentes, porque combino narraciones de lo acontecido durante las muerte de mis padres en presente, y, al mismo tiempo, me refiero a recuerdos importantes de mi infancia, en pasado", explica.

Tras su título, hay una historia muy íntima y personal, demostrando que su "principal característica como poeta es la sinceridad, escribir desde mis experiencias, de lo que me ha pasado en la vida. Cuando era niño presencié cómo se quemaban todos mis libros, sin poder hacer nada. Es la imagen más fuerte que conservo de mi infancia, y de eso va todo, de la incapacidad y la impotencia de determinadas situaciones", revela.

La pintura, además de la escritura, es otra de sus pasiones, sus idiomas. "Mi primer amor fue el dibujo. Fue la habilidad con la que nací. Cuando te entrenan como pintor te hacen ver el mundo en imágenes, desarrollar la imaginación visual, y tiene mucho que ver con lo que como escritor hago, porque voy recreando imágenes, con una carga amplia de sentimientos y significados.

"Para mí, no existe separación entre ser un pintor que escribe o un escritor que pinta. Lo veo más bien como dos lenguajes, formas distintas de ver el mundo. Hay cosas que puedo decir desde la pintura y me auxilio de la poesía, y viceversa", confiesa.

"Me gustaría participar en próximas ediciones del Calendario, pero en la categoría de narrativa, dice, y el reconocimiento futuro y las ganas de que ocurra son visibles a través de sus palabras.

"Hay un momento en que uno comienza a distanciarse de las llamas, un momento en el que debe decidir", reza uno de los poemas centrales de Cosas que arden sobre el pasto, y ojalá el destino decida que la obra de Ragnar siga dando frutos, para disfrutar de más premios Calendario que marquen días exitosos en su profesión. Por el bien de lo más nuevo de las letras guantanameras.