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El territorio guantanamero posee un universo patrimonial en el que convergen elementos de diversa naturaleza; que condicionan la implementación de disímiles procesos de gestión, bajo la acción intencionada del hombre; como resultado de la voluntad, la necesidad y el bienestar colectivos; de ahí que el vínculo inalienable entre naturaleza, cultura e historia se conjugue para construir, desde tonadas patrimoniales, una parte sustantiva de la identidad guantanamera.

El patrimonio, en su esencia más genérica, está constituido por elementos de variada naturaleza: el patrimonio cultural, integrado por un conjunto de determinados bienes tangibles -muebles o inmuebles-, e intangibles; el patrimonio natural; y la combinación de ambos -dada la existencia de bienes mixtos- a partir de la conformación de paisajes culturales.

Esa diversidad y riqueza patrimonial ha permitido la materialización de declaratorias a todos los niveles dentro del argot de la puesta en valor del patrimonio:

parque nacional alejandro humbolt

Declaratorias de Patrimonio de la Humanidad al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, como sitio natural; el paisaje arqueológico de las primeras plantaciones cafetaleras del suroriente de Cuba, como paisaje cultural arqueológico o fósil, compartido con Santiago de Cuba; y la Tumba Francesa, en su condición de Expresión Inmaterial de la Humanidad, como parte de una trilogía de agrupaciones músico-danzarias de similar naturaleza, existentes en el oriente cubano.

A estas se suman las declaratorias que otorga la República de Cuba como Monumentos Nacionales; Monumentos Locales; Patrimonio Cultural de la Nación y Zonas de Protección.

A tono con las declaratorias antes referidas, se propone al lector un acercamiento al universo patrimonial guantanamero desde su diversidad y trascendencia:

La geografía como contexto y pretexto…

MonitongosLos peculiares Monitongos clasifican en el rico patrimonio natural de la provincia más oriental de Cuba.

El patrimonio natural es un referente obligado para el estudio y comprensión de lo que ha significado el arduo y convulso proceso de conformación de lo que hoy se reconoce como la provincia de Guantánamo: desde el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, con su marcado nivel de endemismo; el archiconocido Yunque de Baracoa, “guardián” eterno de la primera villa cubana; los peculiares Monitongos, hasta el llamado único semidesierto de Cuba, han cautivado, en diferentes épocas, las más perennes expresiones de adelantados como Cristóbal Colón, Alejandro de Humboldt, José Martí, Regino E. Boti, y Antonio Núñez Jiménez, por solo mencionar algunos.

Un patrimonio cultural complejo y diverso

palacio salcines portada

El patrimonio posee determinados valores excepcionales, atribuidos por el hombre a partir de la implementación de juicios de valor como parte de las prácticas sociales evolutivas; reconocidos, asimilados y transmitidos generacionalmente.

El binomio excepcional del patrimonio material mueble e inmueble, tiene en Guantánamo varios referentes de reconocimiento nacional y más allá de las fronteras geográficas establecidas.

Bastase con un solo guiño a bienes muebles como la Santa Cruz de la Parra, reliquia hispánica, única en su forma y contenido de las implantadas por la furia conquistadora en el Nuevo Mundo, para respirar la vívida historia de la transculturación. Añadir, además, las valiosas colecciones que se atesoran en la red de museos del territorio; entre ellas destacar el módulo de descenso original que forma parte de la Sala de Vuelo Conjunto; o la maqueta de la Base naval, por solo mencionar algunos.

Los bienes inmuebles en Guantánamo son un digno ejemplo a la voluntad creativa y el espíritu de superación del hombre: desde la época colonial sobreviven al paso del tiempo ejemplares como los museos Fuerte Matachín, en Baracoa, y el provincial, antigua cárcel de Guantánamo; del llamado arquitecto de la esquinas José Lecticio Salcines, destacan entre tantas otras la Plaza del Mercado y el Palacio Salcines; y más cercanas en el tiempo, sobresalen el viaducto La Farola, una de las siete maravillas de la Ingeniería Civil en Cuba; y la emblemática Plaza de la Revolución Mariana Grajales, con su conjunto escultórico cargado de simbolismo y atisbos de identidad.

guantanamo tumba francesa pompadour 01El patrimonio inmaterial, como genuino símbolo de identidad, deviene fuente inagotable de investigación, reconocimiento y apropiación desde y para el entorno comunitario. Ejemplos trascendentales como la Tumba Francesa, el changüí, el son o los Altares de Cruz, dan fe de lo que el sabio Don Fernando Ortiz denominó el ajiaco cultural.

También están los Paisajes Culturales como resultado de la presencia de bienes mixtos (naturales y culturales).

El vínculo hombre-naturaleza a partir de procesos transformadores del entorno propicia el surgimiento de los denominados Paisajes Culturales en espacios urbanos o rurales. En esta clasificación se ubican, junto al referido conjunto de ruinas de los cafetales franceses, el paisaje cultural evolutivo continuo del cacao, ambos en zonas rurales; y los centros históricos urbanos de Baracoa, monumento nacional, y Guantánamo, como Zona de Protección.

El patrimonio deviene herencia -bajo propiedad pública o privada-; que demanda una gestión integral para su persistencia en el tiempo como portador de experiencias e identidades individuales o colectivas. De ahí la necesidad latente de un acercamiento sistemático a las dimensiones, bienes y valores patrimoniales que particulariza al Alto Oriente cubano.