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Baile changuiCultivar el baile autóctono desde las primeras edades.Allá en El Salvador, tanto en el llano como en la montaña, el changüí hace mucho tiempo es patrimonio del pueblo. No hay cumbancha donde no se toque el tres, o la marímbola, suene un guayo, con maracas…y empiece a salir ese ritmo, orgullo del monte y también de la ciudad.

Niños, jóvenes y adolescentes se suman a esta tradición cada día, para disfrutar en familia, con amigos, en completa paz y armonía social; mas este panorama no ha sido fruto de la casualidad, mucho debe este municipio su sostén espiritual a un proyecto sociocultural que apuesta por aunar voluntades y defender la auténtico, lo propio.

Changüiseros unidos por una sonrisa es el nombre de la iniciativa que ayuda a dinamizar la vida de los salvadoreños aprovechando las potencialidades de este sitio cuna también del changüí. Este proyecto ha recibido varios reconocimientos por su labor, pero ¿cómo ha logrado calar tan hondo entre los lugareños hasta hoy? Venceremos dialogó con su promotor Hugo Pérez Pichardo para conocer al detalle la historia detrás de su invención.

Hugo Pérez PichardoHugo Pérez Pichardo, promotor del proyecto.¿Cómo y cuándo surge el proyecto?

Todo empezó en el 2015, aunque desde el 2011 ya dábamos los primeros pasos al crear la peña Elogio Pérez en el Salvador en honor a mi padre, un changüisero de pura cepa perteneciente al proyecto la Cumbancha creada para revitalizar el género.

Un día nuestra peña salvadoreña decidió que debíamos realizar cruzadas por las comunidades para llegar a más públicos. Fuimos consejo popular por consejo popular y donde pasábamos creábamos una peña changüisera.

Ese año correspondió casualmente el Festival del Changüí Elio Revé Matos y hasta sacamos una delegación del municipio que estaría presente. La experiencia fue muy enriquecedora, la gente se motivó más y desde entonces hemos asistido al evento siempre que se nos convoca.

Con las energías renovadas el primero de junio del 2013 iniciamos el primer Festival del changüí infantil por el día de la infancia, y fue un éxito. Este 2024 celebraremos su décima edición, además declararemos el día oficial del changüisero infantil.

¿Entre tantos géneros de la música cubana, por qué dedicar un proyecto al changüí?

Mi motivación viene de niño, a mi padre Elogio Pérez le decían el rey del bongó allá en Cuneira, donde vivíamos siete hermanos con mi mamá y mi papá.

Todos los 7 de marzo, día de su cumpleaños, Elogio convidaba al barrio para celebrar y se hacían serenatas con mucha música changüisera; así que te puedo decir que nací enamorado e influenciado por el género.

Ya de adulto me motivó ver la forma en la que el changüí se iba desvaneciendo entre la cultura popular. Al aumentar el consumo de música foránea, ver envejecer a los changüiseros y notar que no existía una escuela que ayudara con el relevo de estos artistas tradicionales, cogí fuerzas y por mi voluntad decidí luchar por mantener vivo y preservar el changüí.

Además, ¿cómo iba a permitir que el género más autóctono de la provincia muriese? Perderlo sería como poner en juego nuestra identidad.

¿Quienes integran el proyecto y cómo funciona?

El proyecto está integrado por miembros de la Brigada José Martí de Instructores de Arte, aficionados, la directora de la ludoteca infantil, la dirección de cultura comunitaria, Feliberto Verdesia, metodólogo de música, Melania Rodríguez, metodóloga de danza y parte del personal de la casa de la cultura Rubén López Sabariego

Contamos con 36 cátedras del changüí e igualmente el Centro de investigaciones musicales Rafael Inciarte y la Unión de Escritores Artistas de Cuba (UNEAC), entre otras muchas instituciones, forman parte del proyecto o son invitadas a los diferentes eventos para que den su opinión y su aporte. Su funcionamiento se basa en el trabajo comunitario integrado, por eso es vital la ayuda de muchas personas.

¿Resultados?

Ver cómo nos recibe el pueblo donde quiera que vamos, me hace sentir dichoso. El proyecto no solo acude a los lugares a presentar su arte, primero nos gusta intercambiar con el barrio y los principales factores, le planteamos lo que queremos y ellos nos apoyan con mucho amor y disposición.

Yo creo que esta idea ha perdurado por la acogida de las personas, quienes incluso enfermas o situaciones de salud delicadas, se han situado alrededor para escucharnos.

Nos hemos presentado en El Salvador, Bayate, San José de Sempré, Perseverancia, Guayacán de Carrera Larga, Realengo 18, El Lechero, Costa Rica, Cuneira, y en la cabecera provincial. Hasta hemos ido a Santiago de Cuba para intercambiar con el proyecto Sin Barreras que apoya a niños con discapacidades físico motoras.

Otro resultado del proyecto ha sido la educación musical, siempre changüisera, con temas alegóricos a la cátedra del changüí, la historia de San Pedro, que habla del lugar donde nació Elio Revé Matos; el tema Bella, de Santiago Moreaux Jardines, y actualmente estamos incursionando en hacer canciones con los niños.

Por la sistematicidad y sostenibilidad como iniciativa tenemos reconocimientos de la UNEAC, el municipio, la provincia… todos nos llenan de alegría, pero el principal mérito es ver cómo la gente vuelve a amar sus tradiciones y las defiende a capa y espada.

¿El futuro?

Uno de los planes que tiene el proyecto es llegar a todos los rincones de la provincia, a las instituciones educativas y aumentar el número de cátedras changüiseras. Ahí está el futuro del género, en lo que hagamos a diario para sostenerlo. Ya hasta quisiera ver el changüí como patrimonio de la humanidad.

Tenemos también un nuevo proyecto que se deriva del original, denominado Herederos del Changüí, que presentaremos en Camagüey en un evento en mayo, y así estamos, trabajando para hacerle honor a ese nombre de nos identifica: Changüiseros unidos por una sonrisa.