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Randy Alonso: “En la capacidad de renovarnos está la posibilidad de seguir estando en el día a día de nuestro pueblo”.

Para Randy Alonso Falcón, estar al frente del programa radio televisivo Mesa Redonda ha sido un reto, no solo porque ha tenido que dirigir y moderar este espacio de información y debate, ideado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en plena Batalla de Ideas, sino por lograr que se mantenga hasta la actualidad, 25 años después.

Cree en la cultura de la información y en hablar de lo que se tiene, de lo que falta. Confía en reflejar la realidad nuestra, con luces y sombras, para que el pueblo entienda. Veinticinco años después de su nacimiento, mira con satisfacción la trayectoria que -junto a su equipo- han recorrido, con Fidel como brújula y la verdad como camino.

Durante su reciente visita a Guantánamo, Randy Alonso recibió la réplica de El Cemí, símbolo de la provincial.

Cuenta que al gestarse la primera edición del programa no se encontraba en el país. Su destino, sin embargo, estaría muy ligado al futuro de las tarde-noches del canal Cubavisión.

"Estaba cumpliendo una misión de la Unión de Jóvenes Comunistas en un recorrido por Iraq cuando, en la casa del embajador cubano, me enteré del caso del niño Elián González. Tiempo después, de vuelta a Pinar del Río y fungiendo como segundo secretario de la Juventud, se transmite la primera emisión, aquella Mesa Redonda tan recordada del 16 de diciembre de 1999, con la presencia de los psicólogos que analizaban el caso.

"En medio de los preparativos, alguien le comenta a Fidel si existía la posibilidad de que yo asumiera la tarea de dirigir el espacio. El Comandante respondió: 'pero si él ya es de este equipo' y me mandó a buscar. Así, me incorporé el 7 de enero del 2000 al equipo de la Batalla de Ideas", recuerda.

La segunda Mesa Redonda salió al aire el 16 de enero del 2000. Para ese entonces, ya participaba en su organización, la que fue su primera responsabilidad. "Poníamos a moderar el programa a nuestros compañeros periodistas, algunos especializados en el tema que se iba a tratar, o a otras personas capacitadas para ello. Tiempo después lo comencé a hacer yo", aunque, confiesa, prefiere la prensa plana por encima de la televisión.

Fidel concibió la Mesa como el sustento ideológico de la batalla que se había iniciado. "No podía ser que la gente saliera a la calle solo por el reclamo de un niño, que era lo más importante y humano del momento, pero detrás de esa batalla estaba su enfrentamiento histórico a Estados Unidos.

"Empezó con la urgencia de darle argumentos a la población. Se mostró a los enemigos de la Revolución en pantalla, hablando por sí mismos. Hasta ese momento, era una especie de tabú mostrar a figuras políticas norteamericanas hablando desde su odio y con sus ideas sobre Cuba, pero la gente lo pudo ver”.

Comparte que fue una oportunidad extraordinaria, en la que por primera vez académicos e intelectuales del país pudieron expresarse ante un público tan grande. Si bien antes se veían encerrados en conferencias o espacios académicos, pudieron demostrarle al pueblo ese caudal de cultura y conocimiento que había generado la Revolución.

Todo el tiempo contaron con el apoyo del Comandante, quien -según comenta- apoyó al programa hasta el último aliento. "Nos ha marcado mucho que sea una idea de Fidel. Él estuvo 45 veces como panelista y una como moderador, sin contar las veces que estuvo sentado entre el público.

"Cuando se acaba la Mesa, comenzaba el debate de Fidel con los colectivos estudiantiles o laborales que visitaban el set. Se acercaba a indagar o buscar información, intercambiar con la gente. Esa 'sobremesa', como se le decía con cariño, podía durar tanto o más que la propia Mesa Redonda", evoca.

A lo largo de estos 25 años, el programa ha ido adoptando nuevas maneras de hacer. "Es casi imposible mantener un espacio que no cambie. Mantenemos nuestra esencia, pero nos adaptamos a las nuevas formas de decir y narrar", asegura. No en vano son el programa en vivo -y en general- que, después del Noticiero de Televisión tiene mayor número de emisiones, sobrepasando las 7 mil.

Desde su fundación, el habitual de las 7:00 pm por Cubavisión ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más importantes, dentro y fuera de Cuba. "Cubrimos toda la batalla por Elián. Fue en una emisión nuestra dónde se dio a conocer el caso de Los Cinco. Cuando el momento del golpe de estado en Venezuela, fue la primera vez -que yo conozca- que un medio cubano desempeñara un rol cambiante en los acontecimientos.

"Los temas definitorios a nivel nacional también se tratan -continúa- por decisión de la dirección del país. Fuimos una fuente de información certera durante la pandemia, hicimos un seguimiento a la realización de las vacunas. Hoy, explicamos cada nueva medida, resolución o ley que se aprueba. El hecho de que se escoja al programa como escenario de análisis es una distinción".

Asimismo, expresa el honor que significa el gran número de personalidades que han transitado por el programa a lo largo de estos años. "Lo que más me ha aportado está experiencia, ha sido esa posibilidad de intercambiar con tanta gente conocedora e interesante nacional e internacionalmente.

"Hemos podido entrevistar a la mayoría de las personalidades que visitan el país, por cualquier motivo. Presidentes latinoamericanos como Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, José Mujica y Daniel Ortega; el expresidente norteamericano Jimmie Carter; intelectuales de talla mundial como Noam Chomsky; además de los habituales, los amigos de siempre: Frei Betto, Ignacio Ramonet y Atilio Borón.

“Este constante intercambio –asegura-, precisa de mucho autoestudio. No se puede salir en pantalla sin una preparación adecuada. No somos expertos en los temas que tratamos, solo intentamos hacer una entrega digna de la Mesa todos los días.

"Tenemos un equipo pequeño de compañeros que tienen otras funciones. Eso hace que cada vez sea más complejo el trabajo, pero se va adquiriendo el oficio y eso siempre ayuda. Este proyecto es un compromiso con el pueblo, y sobre todo con Fidel".

Adaptarse a las nuevas formas de hacer es otro de los retos que enfrentan. "Informamos y educamos desde una fuente confiable. Que la gente diga: si lo dijo la Mesa, es verdad. Esa es nuestro mayor medidor de calidad, pero el tiempo que dura el programa no es suficiente para el debate.

"Por eso nació Cubadebate; Cuadrando la caja; Con Filo; Chapeando; Fidel Soldado de las ideas; que son parte de IDEAS Multimedios y que complementan a la Mesa: tienen diversas salidas para su agenda editorial, cada uno tienen una encomienda diferente”.

Randy es consciente de que el público al que se enfrentan actualmente no es el mismo y eso -afirma- ha obligado a seguir pensando, a buscar maneras de que se pueda informar, debatir y que sean atractivas.

"Hay mucha gente que vive en las redes sociales. No es el mejor escenario para informarse, porque están concebidas para mantener al usuario en una burbuja, de la que muchas veces no se sale.

"Los algoritmos con que trabajan nos vuelven propensos a los que más odio generan, a los que más mentiras dicen, y a los pensamientos de derecha. Eso nos lleva a tratar de encontrar el sentido multimedial, para aprovechar mejor todos los contenidos, para que ese joven que no ve la Mesa en su totalidad, vea un fragmento en las redes y se interese", confiesa.

Sobre la permanencia en el tiempo del programa, afirma: "Hay que encontrar todas las alternativas posibles, porque estamos lejos de encontrar lo que queremos. Otras personas, otros panelistas, otra escenografía. Todos los proyectos comunicacionales nacen, se desarrollan y mueren como la vida. A lo mejor en algún momento la Mesa Redonda deja de existir, o aparece otro programa, pero en la capacidad de renovarnos está la posibilidad de seguir estando en el día a día de nuestro pueblo", concluye.