Reynaldo Armando Montalvo VasalloReynaldo Armando Montalvo Vasallo nació en Matanzas, pero más que en una ciudad, creció dentro del arte. Su padre formaba parte del coro de cámara de la provincia y de un trío de música tradicional, y su madre, periodista ligada al área de cultura, “Crecí entre los ensayos del coro, los espectáculos, el teatro Sauto, el ballet y la orquesta sinfónica", recuerda. Todo eso fue sembrando en él una sensibilidad especial que, con los años, terminaría convirtiéndose en canciones. Rey no pensó desde el principio ser músico y relata: “Estas cosas no pasan de un día para otro.

Uno no se despierta diciendo a partir de hoy quiero ser trovador, simplemente, un día tenía una guitarra en las manos y empecé a tocar.”

Tomó la guitarra en sus ratos libres, sin clases, sin presión, sin expectativas. Solo por el gusto de hacer sonar los acordes. Aunque había estudiado piano de niño, en la escuela elemental de arte no duró mucho.

“Era muy pequeño y el arte también requiere mucha disciplina -precisa-. Mientras mis amigos jugaban en el barrio, yo tenía que ir tres veces por semana a clases en verano y así no hay niño que aguante".

Más adelante, durante el servicio militar, empezó a tocar más seguido. “Como suele pasar - indica- el que toca guitarra siempre termina animando algún rato libre, y fue allí donde me llegó el primer aplauso. Cuando subes a un escenario y alguien te aplaude, ya quieres volver a subir.. Es como una chispa que se prende.”

Pero quizás el empujón más grande vino en Cárdenas, el pueblo de su padre. Allí conoció a Tony Ávila, y participó en varias peñas organizadas por él. “Tony me invitaba a cantar, me animaba a subir, a mostrar lo que hacía. Ahí me di cuenta de que no solo quería tocar, también quería compartir lo que componía”.

Desde entonces, Rey no ha parado. Guitarra al hombro, ha construido su camino sin apuros, con canciones que hablan de lo cotidiano, lo humano y lo profundo. Sin haberlo planeado desde un principio, la trova se volvió su manera de estar en el mundo.

La trova, la sociología y una novela en una computadora de oficina Rey Montalvo no recuerda un momento exacto en que dijera “voy a ser músico”, pero sí tiene claro que hubo una etapa donde empezó a buscar algo distinto. “Ahí comenzó mi exploración”, cuenta.

En esa búsqueda, la música no fue la única respuesta. La Sociología también apareció como forma de mirar más allá de la superficie. Aunque inicialmente pensó en estudiar Periodismo, terminó eligiendo Sociología tras un año complicado en el sistema de ingreso universitario. “Era una carrera que me llamaba la atención. Me gustaba eso de preguntarse por qué son las cosas, cómo son; de mirar más allá del sentido común. Como dice Silvio: ‘No puede ser solamente lo que se ve’”.

Estudiar Sociología no lo alejó de la trova, sino que le dio herramientas para enriquecer susletras. “Uno no es primero sociólogo y después trovador... Uno es todo eso al mismo tiempo. En cada canción también está el sociólogo que soy”, explica. Su formación lo ayudó a tener una mirada más empática, más crítica, más observadora. Y eso, sin duda, se nota en sus canciones.

Pero Rey no solo escribe con guitarra: también lo hace con teclado. Durante su servicio social, ya graduado, trabajaba en una oficina donde no podía llevar la guitarra. “Tenía mucho tiempo libre, una computadora para mí solo y no me entretenía con juegos. Así que empecé a escribir una historia”. Poco a poco, la historia creció, aparecieron personajes, y nació su primera novela.

Lo curioso es que no lo hizo con la idea de volverse escritor. “No fue como decir: ‘Voy a ser novelista’. Fue algo que surgió. Tenía una historia en la cabeza y me dieron ganas de escribirla”. Su pareja de aquel entonces, periodista y escritora, lo animó a enviar un fragmento a un espacio literario. Se lo aceptaron, y eso fue el empujón que necesitaba.

Desde entonces, no ha parado de escribir. Su segunda novela obtuvo mención en el Premio Calendario y ganó otro reconocimiento en Guatemala. Sin embargo, aclara que no escribe por los premios ni por entrar en el circuito literario. Lo hace porque le gusta, porque le nace. “Es otra forma de expresión que me apasiona, distinta a la canción, pero igual de profunda.” 

Del blog a la prensa y televisión

Rey no se considera periodista de profesión, pero eso no le impidió escribir y opinar desde muy temprano. Su amor por las palabras no empezó con una columna, sino con un blog. “Fue en los años 2008 o 2009. Yo tenía un blog donde escribía lo que se me ocurría. En ese tiempo en

Cuba casi no existían las redes sociales como hoy, pero había como un boom de los blogs y ahí me metí”.

Nunca se puso límites. Para él, escribir siempre fue una forma más de expresarse, igual que cantar o componer. “No pienso: ‘Yo soy trovador, no puedo escribir columnas’. Si tengo algo que decir, lo digo. Con respeto y con ganas de aprender siempre.”

Una periodista que admiraba su música, entonces corresponsal de Juventud Rebelde leyó sus textos y quedó sorprendida. Le propuso colaborar con artículos de opinión. Así empezó a escribir para el periódico, y más tarde también para Granma. “Ella me pedía textos sobre temas específicos. A veces eran temas sociales, otras más artísticos. Yo me lanzaba.”

De esas colaboraciones surgió una columna propia en Cuba llamada “Cualquier pedacito de oro”, en la que mezclaba observaciones sociales con reflexiones personales. “Ahí estaba también el sociólogo que llevo dentro. Veía cosas en la calle, en el día a día, y trataba de ponerles palabras.”

Ese mismo espíritu inquieto lo llevó a la televisión. Desde hace unos años es uno de los conductores junto a Marta Campos del programa “Entre manos”. Rey recuerda que un día, en medio de las celebraciones por el aniversario del programa, le preguntó a su compañero Juan Carlos cómo se le había ocurrido invitarlo al equipo. “Y me dijo: ‘Por tus textos en Granma’. Eso me sorprendió. Pensé que me habían llamado solo por ser trovador. Pero no, también tenía que ver con mis ideas, con mi forma de pensar y de decir.”

En los últimos años, además de conducir el programa también escribió guiones. Esa experiencia, dice, lo mantiene activo, despierto, en constante cambio. “Es lindo, porque no te aburres nunca.”

Cultura de resistencia: trova, palabra y futuro

Desde su visión, la trova en Cuba sigue viva, a pesar de haber sido poco favorecida por los

medios o encasillada como un género demasiado político. “Esta es una tierra de trovadores, aunque no siempre se diga. La trova ha sido maltratada por encasillarla, pero en realidad siempre ha sido crítica, innovadora y conectada con la gente.”

Rey cree que lo que mantiene viva a la trova no es el sistema ni las instituciones, sino el pueblo. “Todavía sacas una guitarra y hay quien escucha. Entre manos lo ve muchísima gente, y todo el tiempo nos dicen qué buen programa es. Eso pasa porque es música en vivo, sin doblaje, con trovadores de verdad, con alma. Eso gusta. Eso conecta”.

A pesar de las dificultades para grabar por falta de presupuesto y el complejo panorama de las disqueras en Cuba, Rey no se detiene. Está terminando la mezcla de un concierto que dio el año pasado en Casa de las Américas, que espera compartir pronto en sus redes. Además, guarda con cariño un proyecto muy especial: un disco infantil. “Tengo tres hijos, y desde que nació mi hija mayor empecé a escribirle canciones. Ya hay quince o dieciséis listas. Solo falta que aparezca la oportunidad para grabarlas.”

El compromiso de Rey con la trova también se refleja en su vínculo con la Canción Política, uno de los eventos culturales más antiguos y simbólicos del país. “Organizar cualquier evento cultural hoy es un reto enorme. Desde la logística hasta la comida, pero este es un evento que hay que defender con fuerza"

Frente a las dificultades, él cree que no hay que esperar recursos ni permisos para seguir cantando. “Si no conseguimos hospedaje, nos reunimos en un parque, con una casa de campaña, y tocamos para quien quiera escuchar. Porque el arte, en todos los tiempos, es imprescindible.”

Lo dice con la certeza de quien conoce la historia: incluso en los peores momentos —como el Período Especial— Cuba no dejó de producir cultura. “En esos años nacieron las Romerías de Mayo, los festivales de Santa Clara, las ferias del libro. Hubo grandes logros culturales y deportivos. Eso demuestra que la cultura no es un lujo, es resistencia. Es ética, es identidad, es empatía.”

La trova como abrazo colectivo

Para Rey, hablar de Eduardo Sosa es casi hablar de sí mismo. Le cuesta recordar con exactitud cuándo fue la primera vez que lo conoció. “Es de esas personas que uno siente que han estadosiempre ahí”, dice con nostalgia. “Sosa era ese tipo de trovador que lo cantaba todo: desde la trova tradicional hasta la más contemporánea, boleros, feeling, lo suyo y lo de todos. Cantarlo todo también es un trabajo”, suelta Rey, casi como un mantra.

Lo recuerda con cariño, subiendo al escenario sin avisar, aconsejando con ternura y autoridad, siendo parte de todo lo que tuviera que ver con la canción cubana. “Estaba en los conciertos grandes, en los pequeños, en los de los jóvenes, en las discusiones, en los tragos, en los consejos. Se entregó a todo”.

También hay espacio para homenajear a Marta Valdés, otra figura clave de la cultura cubana, a quien se le dedica igualmente la edición del evento Canción Política. “Es una de las compositoras más grandes de este país, y aun así no está en el lugar que merece. Fue maestra, intelectual, una mujer pendiente de todos, especialmente de los jóvenes"

Cantar, sembrar, decir la verdad

Rey Montalvo no se anda con rodeos. “He escrito, he dicho mi verdad a tiempo. Sonriente, como un principio. Pero me queda mucho por aprender." Lo que sí tiene claro es que cada día intenta aportar, desde donde le toque: una canción, una columna, un guión, un programa, o incluso un huerto.

Durante dos años y medio fue vicepresidente nacional de la AHS, un período en el que prácticamente dejó de cantar para entregarse de lleno a la organización. Lo hizo, dice, por coherencia. Porque si uno critica algo, también debe estar dispuesto a comprometerse y cambiarlo desde adentro.

Rey Montalvo se muestra tal como es, su visión del arte va más allá de los escenarios; defiende una cultura viva, comprometida, capaz de acompañar a la gente en los momentos más difíciles.

Habla con respeto de quienes le precedieron y con responsabilidad sobre lo que construye cada día. No busca dejar un gran legado, sino ser útil desde la verdad, la humildad y el amor por lo que hace.

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