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Juan Carlos VallinasJuan Carlos Vallina, jefe de programación de la Empresa Provincial de Cine en Guantánamo, es testigo una vez más del crecimiento de la Jornada de Cine Andante, ahora en su décimo tercera edición, un proyecto que paso a paso se consolida como referente cultural del territorio.

Relata el especialista, su profunda conexión con esta iniciativa, que comenzó en octubre de 2013.

"Colaboro con el evento desde sus primeras ediciones, cuando se organizaban los recorridos por los municipios y comunidades, adonde llegaban realizadores guantanameros junto a invitados de otras provincias con sus obras", evoca sobre los inicios, unidos por la misión de llevar cortometrajes, animaciones y documentales a los más apartados rincones.

Su memoria viaja a aquellas primeras incursiones en comunidades como Jesús Lores, en el municipio de Imías, donde una simple sala de video se convertía en una ventana al mundo, un esfuerzo que se extendió a otros sitios remotos de Baracoa y Yateras, solo con proyecciones, sino también con un diálogo directo entre realizadores y público.

"La acogida comunitaria siempre superó las expectativas de los organizadores; fue y es muy buena", asegura; los pobladores, ávidos de historias, abrazaban propuestas que, a veces, se apartaban de los gustos populares tradicionales. 

"El público es tan diverso como el territorio mismo: niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores llegan a los espacios, para ello, se hace una selección adecuada de las obras audiovisuales que se presentan tanto en instituciones estudiantiles como culturales", añadió.

Vallina también destaca el sólido apoyo institucional brindado desde la Empresa de Cine, con una programación alternativa en las salas cines municipales para aquellos lugares a los que el evento no podía llegar directamente, mientras trabajaba con los asociados de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) para curar una selección que garantizara la calidad del evento.

"Cine Andante se ha mantenido en el tiempo, incluso durante la COVID-19, no se detuvo, se adaptó y continuó", refirió sobre esa resiliencia que es un orgullo provincial, y agregó que ahora trae nuevas formas de crecimiento, como el pitching y la competición, de la cual es jurado, además de habitual conferencista de distintas ediciones, incluida esta décimo tercera.

Los roles no los asume por obligación, sino con un profundo sentido de satisfacción, puesto que el evento –como repitió varias veces– es una experiencia enriquecedora, trabajar codo a codo con la joven vanguardia artística de la AHS en un apoyo mutuo, también lo es.

Como crítico de cine, Vallina ha sido testigo de la evolución de las obras presentadas, "a través de los años se ha fortalecido la calidad de las creaciones, no solo de Guantánamo sino también de otras provincias, el evento se ha nutrido de piezas premiadas en festivales nacionales como el Almacén de la Imagen o la desaparecida Muestra Joven ICAIC", expresó. 

La calidad de estos filmes, dijo, habla por sí sola del prestigio que Cine Andante ha logrado construir, un hecho corroborado por su presentación en el Festival de Cine de Gibara el año pasado.

Sin embargo, aclara que la apuesta por el séptimo arte no se agota en Cine Andante, la provincia cuenta con otros espacios como el festival infantil "Fiesta para un príncipe enano", el Festival de Cine de Montaña en San Antonio del Sur –que pretenden expandir– y su inserción en jornadas nacionales, cada uno contribuye a promover e incentivar el cine entre los públicos.

Vallina no establece una jerarquía entre ellos; para él, la verdadera recompensa es el impacto cultural colectivo, experiencias como Cine Andante son la esencia de esa gratificación: una satisfacción que se renueva en cada viaje, en cada comunidad sorprendida por la magia de una historia audiovisual contada en movimiento.