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ACN - CubaLa crítica y los espectadores coinciden en que Rey Gessa, en Regreso al corazón,  logra transmitir la vulnerabilidad y fortaleza de un joven marcado por las circunstancias.

El periódico Juventud Rebelde subraya que con apenas 17 años, Camilo, el personaje que encarna el actor, lo coloca en el centro de varias de las tramas más intensas y conmovedoras de la historia, un reto que el artista ha asumido con gran madurez y sensibilidad.

Más allá de su incursión en la actuación televisiva, Rey Gessa muestra un perfil versátil. En sus redes sociales se presenta como actor, modelo, guitarrista, cantante y barber manager, lo que evidencia su interés en desarrollar un camino artístico amplio y diverso, añade la fuente.

Esta combinación de facetas le otorga una autenticidad particular que conecta con las nuevas generaciones, pues no solo interpreta un papel, sino que comparte un estilo de vida creativo y cercano a su público.

Camilo, su personaje, guarda —según ha confesado el propio actor— ciertas conexiones con su historia personal. Esa cercanía le ha permitido dotarlo de una carga emocional intensa, que se traduce en escenas sustantivas y creíbles dentro de la telenovela.

La crítica y los espectadores coinciden en que Gessa logra transmitir la vulnerabilidad y fortaleza de un joven marcado por las circunstancias, lo cual habla de un talento en plena maduración.

En realidad no pensé que mi personaje fuera a gustar, por la forma de pensar, los complejos y la educación errada que recibe de su abuelo y de los prejuicios. Pero al final fue bien aceptado y entendido, declaró Gessa.

Refirió que tuvo que investigar perfiles sicológicos, entender el origen de la homofobia y usar técnicas como la sustitución emocional. Fue un proceso intenso, siempre con el cuidado de no normalizar su violencia.

Interpretar a este personaje fue un desafío porque representa una realidad dolorosa: jóvenes que crecen con odio sembrado por generaciones anteriores. Pero también es una oportunidad para mostrar cómo esos prejuicios se pueden deconstruir, dijo.

Para moldear la sicología de Camilo comentó que más allá de actuar, fue un proceso de decons­trucción: entender cómo el odio se aprende para, justamente, mostrar lo peligroso que es. Por eso, trabajé en el personaje asegurándome de que su interpretación generara conciencia.

No tuve problemas con mi tamaño ni con mi peso. Según me dice mi mamá, fui un niño «macrofeto» y desde 4to. grado he estado en el deporte, específicamente en judo, lo cual me dio más cuerpo. Por eso, pienso que los televidentes pueden tener diferentes criterios, y todo actor o actriz debe estar preparado tanto para los comentarios buenos como para los malos, opinó.

En el momento de los castings yo estaba en teatro con Carlos Díaz, en Réquiem por Yarini, y me llega un mensaje por Instagram para que me presentara a la audición para el personaje de Camilo. Me aceptaron. Fue una sensación de alegría, de miedo y de muchas preguntas. Me dije: «Rey, a ponerse las pilas»

 

Tomado de ACN