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 0924 espacios dramatizados La Sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), cerró su primera jornada del Evento Teórico Caracol, dedicado a celebrar el aniversario 75 de la Televisión Cubana, con el panel “Los nuevos contenidos y lenguajes en los telefilmes. Nuevas formas de producción conjunta Icaic-Icrt”, moderado por Jorge Alonso Padilla. 

     Desde las 2:00 p.m., las reflexiones se orientaron hacia los desafíos actuales y futuros del medio, gracias al debate que contó con las voces y experiencias creativas de las realizadoras Magda González Grau, Elena Palacio y la vicepresidenta del Icaic, Yanin Martínez, quienes analizaron las dinámicas de creación en la contemporaneidad.    

    Alonso Padilla, encomió la presencia de Magda y Elena, dos mujeres que desde la ficción, tanto en el formato de serie como de largometraje, han hecho abordajes muy consecuentes con las demandas de cada situación dramática de los personajes de sus obras, destacando que al significar el término "lenguaje" no se alude solo al dialoguismo, sino además, a la visualidad, a la puesta.     

    Más allá de cuestionar de si son o no nuevos contenidos y lenguajes, lo que hay que destacar es la propia evolución lógica de la sociedad —y del país—, lo que hace que se traten temas que no se trataban antes, o no se trabajaban de esa misma forma, añadió.  

    Y no es un tema solo de Cuba. Si miramos atrás, en Hollywood, no podían darse poco más que un beso en pantalla hace 30 ó 40 años; hoy esa permisibilidad incluye otras cosas mucho más explícitas; incluso determinados contenidos —quizás un poco más contundentes— relacionados con fenómenos sociales, como pueden ser la droga, la homosexualidad, la racialidad, la marginalidad: temas que realmente en determinados momentos, no habían sido abordados con crudeza ni sistematicidad, explicó el también profesor de vasta experiencia televisiva.    

    Convencido de que los medios tienen que ser verosímiles con la realidad, Alonso Padilla destacó recientes ejemplos como serie "Calendario" y "Los gatos, las máscaras, las sombras", de sus compañeras tertuliantes, donde sin didactismo ni discursos moralistas, se busca la reflexión del televidente gracias a la armonía de la fotografía, la dirección de arte, la edición y las propias actuaciones.    

   Magda González Grau, por su parte, comenzó cuestionando —y cuestionándose— qué estética se debe promover. No hay que cerrar los espacios a la experimentación, pero el equilibrio cuantitativo debe estar a favor de las historias que conecten con más cantidad de público, dijo, agregando que ahí entra también el asunto del equilibrio entre realizadores con experiencia y resultados probados y los realizadores que comienzan su carrera.    

   Admitió que, con respecto a los nuevos lenguajes, solo tiene una regla: cada historia lleva su propia estética; o lo que es lo mismo, imponer un movimiento de cámara a una acción dramática, porque está de moda, es un acto fallido.    

   La realizadora de "Por qué lloran mis amigas", recordó a cierto funcionario que aseguraba que los telefilmes eran televisión porque abundaban los primeros planos, y que el cine era cine porque abundan los planos panorámicos y los planos generales. Le preguntó si "Escenas matrimoniales" de Ingmar Bergman era cine y le dijo que sí.    

    Entonces, evocó González Grau, le demostré que su fórmula no servía, pues esa película estaba llena de planos medios y primeros planos. Los de la televisión nos mandaban hacer películas al Icaic; los del Icaic decían que lo nuestro no era cine porque tenían primeros planos. Para hacer dudar a cualquiera, pero aquí estamos, remarcó la polifacética creadora y docente en el enjundioso debate.    

    En su intervención, mostró satisfacción por el magnífico diálogo actual entre la televisión y el Icaic; asegurando que lo realmente trascendente es conocer la dramaturgia para saber cual es el plano ideal para que los actores puedan expresar al máximo su emoción; además de la preparación actoral, el valor de los ensayos, la importancia del buen sonido, y una música que acompañe las escenas sin alardes ni estrépitos, sino que acentúe la dramaturgia.    

    Magda aseguró igualmente, que el propósito no es otro que hacer que los espectadores crean que están viendo la vida misma y no una historia llena de artificios, efectos especiales y herramientas que la tecnología provee para que podamos contar mejor las historias; las mismas historias humanas que contaba Sófocles en el Teatro Griego, Shakespeare en el Teatro El Globo o Ibsen en la fría Noruega; las historias donde vean reflejadas sus vidas o las de sus familiares o vecinos; las historias que los hagan pensar, reflexionar, que los hagan llorar o que les diviertan y que se lleven en la cabeza durante días o para toda la vida, concluyó.    

    Participaron también del panel, Yuris Nórido, vicepresidente de la Uneac; Alexis Triana, presidente del Icaic; y Waldo Ramírez de la Ribera, asesor del presidente del Instituto de Información y Comunicación Social (Ics), entre otros.    

   El Evento Teórico Caracol se erige como un espacio crucial para el análisis del pasado, presente y porvenir de la pantalla chica en la isla, en un año que marca los 75 años de la primera transmisión televisiva en Cuba.

Tomado de la ACN