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premiogrochaEl Premio Glauber Rocha cumple 40 años destacando filmes que retratan las tensiones sociales de América Latina y reafirma su valor dentro del Festival de La Habana.

El Premio Glauber Rocha, entregado por la agencia Prensa Latina (PL) y los periodistas extranjeros acreditados en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, de La Habana, Cuba, regresa este año en el contexto del aniversario 40 de su creación.

Así nos comentaron a Alma Plus TV, directivos de Prensa Latina, en relación a la entrega de este año. La última edición del reconocimiento se había otorgado durante la 39 edición del festival habanero, y su retorno reafirma el compromiso del certamen con la promoción de un cine crítico, humanista y profundamente latinoamericano.

Este año el premio cumple cuatro décadas

Instituido en 1985, el galardón nació con el propósito de estimular el movimiento del nuevo cine latinoamericano, una corriente cultural que irrumpió con fuerza en la década de 1960 y que apostó por una imagen visual descolonizada, en ruptura con las narrativas impuestas por la industria hegemónica.

El premio rinde homenaje a la memoria del cineasta brasileño Glauber Rocha, pionero del Cinema Novo y una de las figuras esenciales de la renovación estética y política del cine en la región.

Fiel a ese espíritu, el Premio Glauber Rocha distingue cada año al largometraje de ficción que mejor exprese la realidad social latinoamericana, con rigor artístico, autenticidad y una mirada crítica sobre los procesos históricos y humanos del continente.

La selección del filme ganador se realiza en un encuentro auspiciado por Prensa Latina, donde corresponsales de medios internacionales evalúan las obras concursantes. El reconocimiento consiste en un diploma y una obra de arte creada por un destacado artista plástico cubano.

Un palmarés que refleja la fuerza del cine regional

A lo largo de cuatro décadas, el premio ha distinguido a figuras esenciales del cine latinoamericano. Entre los primeros galardonados destacan el argentino Fernando Birri, homenajeado en 1985, y el mexicano Arturo Ripstein, premiado en 1996 por el conjunto de su obra.

El reconocimiento también ha recaído en autores con una trayectoria de fuerte impacto cultural. El colombiano Víctor Gaviria lo recibió por Rodrigo D: No futuro (1990) y La vendedora de rosas (1998); mientras que el chileno Andrés Wood fue distinguido por Machuca (2004) y Violeta se fue a los cielos (2012).

Entre los premiados figuran además los brasileños Suzana Amaral (La hora de la estrella, 1986), Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, 2002) y Héctor Babenco (Carandirú, 2003); los mexicanos Luis Carlos Carrera, María Novaro, Jorge Fons, Alejandro González Iñárritu y Diego Quemada; así como reconocidos cineastas argentinos como Fernando Solanas, Adolfo Aristarain, Marcos Bechis y Damián Szifrón.

La lista incluye también a nombres clave del continente: el venezolano Román Chalbaud, el cubano Pavel Giroud, el boliviano Jorge Sanjinés, el peruano Francisco Lombardi, el uruguayo César Charlone, entre otros. No se otorgaron premios en 2008, 2009, 2010, 2015 y 2016 debido a ajustes internos del festival.

Glauber Rocha, una influencia que perdura

Nacido en 1939, Glauber Rocha se convirtió en una figura esencial del cine latinoamericano gracias a obras como Deus e o Diabo na Terra do Sol (1964), Terra em Transe (1967) y Antonio das Mortes (1969).

Su mirada crítica, su lenguaje cinematográfico rupturista y su defensa del cine como herramienta política lo situaron como uno de los directores más influyentes de Brasil y la región. Falleció en 1981, a los 42 años, dejando una obra que continúa siendo referente para cineastas de varias generaciones.

Un reconocimiento que reafirma la identidad del festival

El regreso del Premio Glauber Rocha en 2025, coincidiendo con sus 40 años, reafirma el papel del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano como plataforma de debate, resistencia cultural y promoción del pensamiento crítico.

El galardón no solo destaca a los creadores que mejor representan la realidad latinoamericana, sino que también fortalece la misión de un festival emblemático para la región, comprometido con la memoria, la diversidad y la emancipación audiovisual.

Tomado de Cubasi