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manuel mendive plNacido en la capital el 15 de diciembre de 1944, muy próximo a cumplir 81 años, Manuel Mendive Hoyos llegó al mundo para ser parte del arte. En una vieja casa de madera de la barriada de Luyanó, vio la luz quien es en la actualidad pintor, dibujante, escultor, instalacionista, grabador, muralista y artista del performance.

Cuando se le pregunta sobre el pilar de su existencia ha dicho: “el mío es la religión yoruba, es la fe, la mística, la verdad; y pilar mío es, también, la bondad y la dulzura”. 

Su visión en el arte

La génesis de su búsqueda creativa se inserta en descubrir el misterio de la creación a partir de la energía propia, que emana de los orishas del panteón yoruba. Sus obras muestran esa fuerza telúrica.

Tras ese intento por develar lo cubano, impulsado por el propio proceso social, Mendive emergió con una poética poseedora de un poderoso lirismo, expresión de sabiduría ligada a las raíces.

Pero ya muchos querrán saber cómo se preparó este hombre con tal cosmogonía. 

Antes de convertirse en un artista completo, tuvo una niñez que tempranamente indicó cuál sería su camino definitivo.

Se habla de la influencia del abuelo. Mendive afirma no haberlo conocido; pero a su ADN legó el apego a la música porque cantaba y tocaba la guitarra. También esculpía figuras en madera, aunque primarias, sí muy gestuales, al decir del mismo nieto.

A los 11 años llega el primer premio. Fue un dibujo de su mamá cocinando presentado en Japón en un Concurso Internacional de Pintura Infantil, convocado por la Unesco.

Paso por la Academia

A principios de los 60 se graduó en escultura y pintura con honores de la Escuela de Artes de San Alejandro. Complementó su aprendizaje con estudios en Etnología Folklore, en la Academia de Ciencias de Cuba; y de Historia del Arte, en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.

Fue alumno de profesionales descollantes como Florencio Gelabert y a su vez se adentró en la obra de Don Fernando Ortiz, a quien califica de maestro.

En el Salón Nacional de Dibujo de La Habana, en 1967, obtuvo un reconocimiento, con mucho valor para él dada la importancia de tales citas para los jóvenes y de ser el vehículo, para expresarse y que la gente lo conociera.

Participó en numerosos eventos y en 1968 obtuvo el premio colectivo Adam Montparnasse a la joven pintura en el prestigioso parisino “Salón de Mayo”. Ello le representó una beca cuando contaba con 23 años.

Mendive también incursionó en varias ediciones de las Bienales de La Habana. Por ejemplo, en la I Bienal en 1984, recibió el Premio “Espacio Latinoamericano” por una acción plástica.

Se recuerda mucho aquel performance: cuerpos pintados de bailarines del Conjunto Folclórico Nacional y al maestro Lázaro Roos cantando. Realmente fue algo muy interesante narran testigos del suceso.

Ello nos demuestra su vínculo siempre con lo folklórico, el ballet y con la Compañía de Danza Contemporánea porque disfruta mucho la música, la danza... el arte todo.

Considera a las reuniones habaneras como un acontecimiento cultural relevante. Ha destacado que tales foros le dieron la posibilidad de conocer a muchos colegas africanos y cuando viaja a ese Continente se encuentra con ellos. Ha conocido la obra de otros artistas del Tercer Mundo, a lo cual igualmente le da mucho valor.

Se ha dicho que su “cosmogonía es mágico religiosa" y al respecto él confesó en una entrevista: "Puede ser mágica, puede ser religiosa, puede ser mística: todo puede estar".

Caracterizado por trabajar los más variados soportes: desde el tronco de una palma, los poros de un lienzo o una cartulina y la piel. Le gusta variar porque la obra lo pide y lo desea.

Afirman los expertos, que no hay duda de que en el contexto cubano, es el que con mayor éxito y recurrencia ha explotado el llamado body art, esa antiquísima tradición de la danza y el maquillaje corporal.

A lo que él ha respondido su interés por usar la piel que siempre le interesó usar la piel. No constituye nada nuevo y se usaba ya en las culturas antiguas.

Sus performances devienen acciones muy atractivas porque en el acto mismo pinta a los bailarines, quienes continúan danzando y él es parte del todo.

Manto Blanco

Su apego a la naturaleza y los animales, lo llevaron a residir a Manto Blanco. Con frecuencia reconoce, “soñé con vivir en un sitio así, ansiaba estar rodeado de palmas reales, árboles frutales y animales, porque donde nací mayoreaba el humo y el ruido”.

Allí siempre está dibujando e insiste en que le interesa que el auditorio entienda lo que está expresando.

“Pintar es eso: decir cosas y no hacer algo y que no sientas nada”, explica cada vez que aborda ese perfil de su obra.

La crítica especializada asegura que es “uno de los artistas plásticos contemporáneos más prestigiosos a nivel nacional e internacional que ha dado Cuba” y que se posiciona en igual rango que algunos de los verdaderamente imprescindibles. ¿Lo asume como un peso? “No, lo asumo como una responsabilidad”, criterio reiterado a la prensa que lo lleva por esos rumbos.

Ha estado en muchas naciones de África como Benin, Ghana, Nigeria, Zambia, Angola, Mozambique y Egipto. Al respecto comentó: "Nunca me siento extraño en ningún lugar. Jamás me he sentido extranjero en ningún país porque creo que todo el mundo me entiende”.

Entre las distinciones que ha recibido se encuentran: la Medalla de los Cinco Continentes de la Unesco en 2009, el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2001, otorgado por su patria; la Orden Caballero de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura y Francofonía de la República de Francia y la Orden Félix Varela del Consejo de Estado de la República de Cuba, estás dos últimas en 1994.

Y por supuesto, cuenta que es habitual en sus encuentros con los periodistas, la misma pregunta: ¿Qué es Cuba para usted? Él responde sin pensar mucho: “La tierra donde nací, mi paisaje, la luz....y cuando ando fuera de fronteras lo extraño todo: el cantío del gallo, los animales, las palmeras, la vegetación en general, el sinsonte, la gente buena…

Tal vínculo resulta permanente con Cuba la Isla, donde en su municipio natal --10 de Octubre-- existe una galería con su nombre, y las piezas de este creador se muestran al alcance visual de todos.

A través de su quehacer artístico está allí el hombre, quien desde Luyanó se proyectó hacia el mundo.

 

Tomado de Cubasi