La pelota de fútbol Telstar 18 permitió —una vez más— que el talento, la experiencia, la entrega a los entrenamientos y la excelente técnica del dominador del balón capitalino Erick Hernández se pusieran de manifiesto para sumar otro récord mundial a su rica trayectoria deportiva.

En esta ocasión, el plusmarquista del orbe, y Guinness, en varias modalidades de su singular deporte tocó la esférica —solo con la cabeza, sentado sobre el suelo y con un kilógramo y medio sujeto a cada tobillo— durante una hora, 2 minutos y 5 segundos, con lo cual extendió aún más el tiempo de dominio en esta prueba en particular, pues el 27 de octubre de 2018 ya había golpeado la blanquinegra durante una hora y 59 segundos, en ejecución con idénticas particularidades.

El Hotel Roc Barlovento, en el balneario de Varadero, fue la sede de este nuevo registro planetario. Allí, decenas de personas presenciaron un desempeño que, sin dudas, constituye una hazaña atlética.

Solo que Erick realiza tales proezas como un acto común y cotidiano. De ello pueden dar fe los miles de aficionados —y no pocos especialistas— que han seguido su fructífera carrera deportiva desde hace varias décadas.

Poco antes de conseguir esta nueva marca, Erick reveló que su preparación para el desafío que acaba de enfrentar comenzó en mayo, y fundamentalmente hizo énfasis en la realización de carreras de 10 kilómetros y abdominales, además de ejercicios para fortalecer la espalda alta y baja, así como los cuádriceps y los gemelos.

Una breve mirada a la historia de este récord muestra que originalmente estuvo en poder de Luis Carlos García, otro de los grandes exponentes del dominio del balón en el planeta —también orgullo de Cuba y de La Habana— quien entonces controló la pelota durante 22 minutos.

A partir de ese momento, Erick superó ese tiempo: primero lo llevó hasta 30 minutos y un segundo, más adelante lo elevó a 35 minutos exactos, después lo remontó a 43 minutos y cinco segundos, y posteriormente lo había dejado en la hora y 59 segundos antes mencionados.

Como dato adicional, vale destacar que en las últimas tentativas Erick decidió agregar mayor dificultad a la prueba, al incluirle el kilógramo y medio de peso fijado a cada tobillo que inicialmente no formaba parte de este tipo específico de intento.

Con 53 años cumplidos, Erick no se burla del almanaque —más bien lo honra— mientras sirve de ejemplo a quienes desconocen que con constancia y voluntad la edad no es un límite, sino una excelente aliada ante innumerables y diversos retos.

Tomado de Cubadebate