El pitcheo de los Indios inició menos efectivo que en temporadas anteriores.
Para quien observó de cerca el espíritu competitivo y las buenas condiciones de los Indios del Guaso en los entrenamientos rumbo a la ya vigente 59 Serie Nacional de Béisbol parecería un espejismo el alarmante inicio de los mismos en la actual temporada.
Hacer leña del “árbol caído” –que ya presentaba carcoma desde hace algunas temporadas- no es la intención de este comentario, pero sí lo es caer en la cuenta de que hay signos de emergencia en el béisbol guantanamero y como ya se sabe en el cubano.
En la edición anterior se habló del alarmante debut de los peloteros del Alto Oriente, ahora hacemos referencia a la continuidad no menos preocupante ante Sancti Spíritus, líder momentáneo del campeonato, y Villa Clara, finalista de la campaña 58.
La única victoria de los discípulos de Eduardo Pavó en lo que va de temporada fue en el último choque ante la tropa espirituana de José Raúl Delgado.
A decir entonces de una reportera del periódico espirituano Escambray, “los indios comenzaron y terminaron impetuosos y castigaron a cuanto lanzador envió el manager contrario al box para alcanzar su primera victoria de la campaña”.
“En siete capítulos batearon un total de 12 hits para fabricar racimos de tres anotaciones en las dos primeras entradas y excepto en la tercera marcaron en todas”.
Entonces vemos que es posible fabricar más carreras, conectar más, permitir menos. ¿Pero cuándo?
Ante Villa Clara los resultados también les fueron adversos: 4-3, 5-3, 3-0. La subserie tuvo de todo: vuelacercas, atrapadas de lujo, polémicas decisiones arbitrales, doble juego y por si fuera poco un no hit-no run, que se apunta como el segundo en la carrera del estelar lanzador naranja Freddy Asiel Álvarez.
Más allá de reveses hay que destacar el excelente trabajo del zurdo Dairon Mena, quien se postula como uno de los mejores prospectos del pitcheo en Cuba por control y velocidad soberbios pese a sus 18 años.
Los leones de Industriales son los actuales rivales de los del Guaso en la aldea natal y hasta el cierre del tercer compromiso particular archivaban cuatro sonrisas e igual número de descalabros. Esperemos que no rujan con más fuerza en el Van Troi y que las flechas de nuestros indios hieran a los felinos.
