Yakelín, tras siete años reinando nacionalmente, afirma que ahora seguirá aportando al deporte cubano, pero como entrenadora.Para la gladiadora Yakelín Estornell Elizástegui estos son días de sentimientos encontrados: por un lado la alegría de regresar a casa, al amor de su niño y la familia; y por otro dejar atrás la vida como atleta activa en la que como representante de la lucha libre femenina atesora en los últimos años disimiles medallas internacionales.
“Es difícil cuando llega el retiro, sobre todo si amas lo que haces. Desde chiquitica me gustó mucho el deporte y siempre soñé con llegar a un equipo Cuba y ser medallista internacional, algo que tuve la oportunidad de cumplir.
“Mantenerse en el primer nivel conlleva un sacrificio muy grande porque estás lejos de tu familia, y para mí que soy madre, era más duro todavía. Ese largo esfuerzo fue siguiendo el sueño de ser grande en la vida, pero ahora ya estoy de vuelta en mi Guantánamo y cerca de mi seres queridos”, confiesa Estornell Elizástegui.
Esta atleta, que inició su vida deportiva a los 11 años practicando judo y tras un período de inactividad fue captada por el profesor Oni Pérez para entrenar lucha, logró ser campeona nacional en los 62 kilogramos del estilo libre para damas de 2013 a 2019.
“Al principio de que me buscaran para prepararme como luchadora estaba indecisa, hasta que me resolví seguir ese camino. En mi primera competencia cogí bronce y no me subieron a la preselección nacional; luego logré la presea de plata y tuve a mi niño, y me llamaron al grupo grande cuando llegué a lo alto del podio cubano.
“Ese primer año -2013- me presenté en un Panamericano del deporte en Panamá, donde obtuve la medalla de oro. Fue mi debut internacionalmente, nivel donde pude acumular varias medallas y otros resultados relevantes”, apunta Yakelín.
El retiro oficial de Estornell Elizástegui se realizó en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, de La Habana, el 14 de febrero, como parte del programa de la 53 edición del Torneo internacional Cerro Pelado-Granma.
“Fue un momento muy bonito e inesperado, en el que estuvieron presentes mis compañeras de equipo y los profesores que me entrenaron. Estuve emocionada casi todo el tiempo porque llegaba la hora de incorporarme a una nueva vida.
“Ya de vuelta a mi provincia me dedicaré a ser entrenadora para brindar todo mi apoyo y enseñarle a los alumnos lo mejor de mi experiencia”, afirma la guantanamera, que formará parte del colectivo de la Escuela de Integración Deportiva Rafael Freyre.
Yakelín, ferviente defensora de la práctica de la lucha femenina y que se opone a los prejuicios en contra de dicha actividad, asegura que el relevo se encuentra asegurado porque se tienen muchas perspectivas con la juventud.
“Están haciendo un buen trabajo y hay mucha rivalidad en el equipo nacional, por eso espero que de ahí salgan muchas campeonas”, concluye la ya miembro de la selecta y abundante lista de las glorias deportivas del Alto Oriente.