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Conocido el hecho de la medalla de bronce que la cubana Laina Pérez, finalista de pistola de aire a diez metros, devolvió a la mexicana Alejandra Cervantes, la atención se volcó hacia la magnitud del gesto y a la validez o no de una regla que aún no se ha esclarecido.

¿Puede un solo país copar el podio? Una vez aceptados en competencia tres atletas de una misma nación, y los tres dominan la prueba, ¿es lógico que se le quite el derecho de medalla al tercero, y otorgársela al cuarto?

Mientras el debate sobre lo reglamentado está "al rojo vivo", crece la admiración por el gesto de la cubana, que acudió personalmente ante Cervantes, para devolverle su medalla.

Sin embargo, en declaraciones a medios cubanos acreditados para los Juegos en San Salvador, la pistolera sorprendió al reconocer que prefiere estar ajena a las repercusiones mediáticas y en redes sociales de lo que consideró "lo que debía hacer". "No hay que darle importancia a alguien que devolvió una medalla", dijo.

¿Qué fue lo que dijo Laina Pérez?

"Era lo que tenía que pasar. No entiendo la regla absurda de que tres atletas de un mismo país no puedan llenar el podio. Si lo ganaron es porque son mejores. No sé por qué tiene que pasar a un cuarto lugar esa medalla de bronce.

"Yo no me gané esa medalla, no era mía. Si se la ganó la muchacha, le correspondía a ella tenerla de vuelta".

Al preguntársele si estaba al tanto del impacto de su gesto, respondió:

"Yo no soy mucho de redes sociales, y ese tema me ha creado demasiada ansiedad. Prefiero no meterme en esas historias.

"No sé qué gran cosa hay en ese gesto, sencillamente no era mía esa medalla. Lo absurdo es el reglamento, que es lo que hay que cambiar, no hay que darle importancia a alguien que devolvió la medalla. Hay que cambiar la historia anterior".

Además del gesto franco por lo que estima justo, Laina Pérez prefiere quedarse en otro bando: el de la humildad.