Para la capitana del equipo nacional de tiro deportivo, Laina Pérez, los Juegos Olímpicos de París-2024 ya son una realidad. Recientemente conquistó el único cupo disponible en la pistola a 25 metros, en el Campeonato Panamericano de Rifle y Pistola de Buenos Aires-2024.
Clasificar a Tokio-2020 fue el momento más feliz de su carrera hasta ese momento, si bien la pandemia de la COVID-19 empañaría la experiencia de ese sueño.
«Serán mis segundos juegos y espero poder disfrutar el trayecto hacia ellos, porque en Tokio no pudimos por la pandemia. Fue una incertidumbre que nos mantuvo en vilo esos dos años. Allí todo se redujo a la villa y el campo de tiro. Esa vez no los disfruté».
Al obtener su boleto en la pistola a 25 metros y cumplir con la marca mínima en su otra prueba (la pistola de aire a diez metros), podrá competir en ambas modalidades.
«La preparación que tuvimos en Argentina fue muy buena, pudimos entrenar en el polígono en el que íbamos a competir. Eso nos ayuda muchísimo, pues no es algo nuevo a lo que te vas a enfrentar el mismo día de la competencia. Nos acostumbramos a la iluminación, al clima, a los puestos de tiro, elementos que influyen en el resultado. Tuvimos la tecnología y las municiones necesarias para tener un buen desempeño».
Ahora se encuentra en La Habana y los entrenamientos rumbo a París no se detienen, pese a las condiciones que presenta el campo de tiro.
Tanto Laina como la riflera Lizbeth Hernández y el pistolero Jorge Félix prevén participar en dos Copas del Mundo, junto a Leuris Pupo, que interviene en estos días en el preolímpico de Río de Janeiro.
«Una en Bakú, Azerbaiyán, los primeros días de mayo, y la segunda en Múnich, Alemania, a inicios de junio. Después queremos hacer una base de entrenamiento que debe ser en Europa, entrenar en óptimas condiciones», comentó.
Laina es graduada en Sicología, y confiesa que no la aplica mucho en ella. Por eso agradece el trabajo del sicólogo y el médico, y el de su entrenador Dariel Suárez. «Él está ahí, día a día, sabe cómo funciono, cómo trabajo, qué me molesta. Es vital la confianza que existe entre los dos: puedo contarle lo que me pasa, los miedos, las esperanzas, los sueños».
Tomado de Granma