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La mirada en la diana y el dedo en el disparador. Una y otra vez, casi a diario, repiten la rutina los miembros del equipo cubano de arco compuesto de Cuba que se preparan con el propósito de llegar a los Juegos Panamericanos Júnior de Asunción 2025, en Paraguay.

Rosa Alicia Domínguez, Leydi Laura Arias, Emily Gutiérrez y Yanior Tabares integran el grupo que deben asumir ese reto en marzo venidero, durante el segundo evento clasificatorio, que acogerá Buenos Aires del 18 al 23 de marzo del año entrante.

«La intención es asegurar una plaza en cada sexo, porque eso nos permitirá competir también en el evento mixto», asegura el entrenador Roilán Guanche, en intercambio con JIT durante una de las sesiones de trabajo en el campo de tiro de la Esfaar Giraldo Córdova Cardín.

«Este nuevo ciclo comenzó hace varias semanas. Pasamos a la preparación especial, en la que crece la carga técnica, luego de haber hecho una buena etapa general», comentó el estratega, designado desde 2021 para conducir prácticamente desde cero al equipo de la compleja especialidad.

«Estuvimos más de una década sin tener arcos compuestos y gracias a las donaciones y ayudas de amigos hemos contar con los implementos que nos permitieron armar un equipo con muchachos jóvenes, La idea es ganar espacios en el área, aunque sabemos lo difícil que resulta», agregó, convencido de que en la región existe un altísimo nivel con varios países que forman parte de la élite mundial.

«Luego tendremos un segundo momento importante, en el que vamos enfrentar el evento que da plazas para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo 2026», adelanta acerca de los compromisos de la próxima temporada.

Esa cita será en junio, precisamente en la capital quisqueyana, y la ambiciosa meta es asegurar la clasificación del equipo completo.

«Es exigente ese objetivo, pero para eso vamos a prepararnos», ratifica Guanche convencido de que cuenta con un arma a su favor: la dedicación de sus pupilos.

Todos los exponentes del elenco nacional de arco compuesto se vincularon a este deporte a través de la especialidad de recurvo, de ahí que uno de los aspectos más difíciles ha sido trabajar en el cambio de pensamiento para asumir el uso del disparador como parte del arco.

«Cambian patrones técnicos y ese control de la mira con el dominio del disparador lleva adaptación. Sin embargo, creo que ha sido más fácil de lo que imaginaba y el trabajo fluye bien», confiesa el experimentado preparador.

Por lo pronto los días de adiestramiento transcurren marcados por el aumento del volumen de disparos, entre 250 y 300 diarios. En el futuro inmediato les espera un primer control evaluativo, programado en la primera quincena del venidero diciembre, como parte de la tradicional Copa Cardín.

«Es el primer control de este macro de preparación y ayudará sicológicamente, sobre todo porque ensayaremos un escenario de competencia oficial y con público», sentenció Guanche.

 

Tomado de JIT