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Junto a Roxángel en el reciente torneo de partidas Blitz para parejas mixtas.

El ajedrecista cubano Dylan Berdayes exhibe desde hace tres años el título de Gran Maestro, y aunque superó no pocos retos en su camino hacia ese objetivo, siente que faltan “cosas” por conseguir en su todavía joven trayectoria.

Convertirse en campeón nacional no le obsesiona, pero sí representa un estímulo para mejorar cada día su nivel, pues forma parte de sus sueños por cumplir.

El habanero estuvo cerca de concretarlo hace un año, cuando jugó muy bien el campeonato nacional absoluto celebrado en Holguín. Llegó entre los punteros a las dos rondas finales… cuando ocurrió el “resbalón”. Perdió esas partidas y con seis puntos de 10 posibles tuvo que conformarse con la quinta plaza.

«El sueño siempre es ser campeón nacional y me he estado preparando bien. Me ha ayudado que por fin tengo internet en la casa, muy importante para mi actual y futuro desarrollo», comentó en diálogo con el JIT, a pocos días de que comience en Ciego de Ávila una nueva lucha por el trono absoluto del ajedrez en Cuba.

La justa transcurrirá del 3 al 15 de febrero próximo y se vislumbra como otra “batalla a muerte” entre los mejores jugadores de la actualidad en la Isla

El campeón defensor Luis Ernesto Quesada y el camagüeyano Carlos Daniel Albornoz –ganador del cetro en 2019 y 2020– parten entre los principales favoritos, pero otros cuentan con el talento suficiente para aspirar a la corona.

De esa realidad es consciente Dylan, quien asegura que su preparación ha estado enfocada en cuestiones generales. «No hice nada especial, solo estudiar aperturas como siempre y sobre todo detectar errores para intentar corregirlos», precisa.

 «Mirando en retrospectiva, creo que en la parte psicológica he tenido el mayor déficit… el nivel ajedrecístico lo tengo. He analizado muchos los errores del pasado y me he enfocado en buscar soluciones para reaccionar diferente, un poco más frío, menos sanguíneo», acepta con sinceridad.

Próximo a cumplir 27 años, Dylan transita por un período de madurez profesional y personal. Su relación sentimental con la también ajedrecista villaclareña Roxángel Obregón le ha traído el equilibrio necesario para estabilizar otros aspectos.

«Ella ha puesto disciplina en mi vida. Yo entrenaba solamente si estaba motivado, y con ella eso ha variado, tengo tranquilidad, horarios fijos de alimentación y de trabajo organizado», acepta y una sonrisa delata la felicidad del momento.

Respecto a lo vivido durante el año 2024, cuando disfrutó de su estreno como miembro de un equipo olímpico, confirma que dejó huellas importantes, entre ellas la oportunidad de participar en un certamen de tal magnitud.

«Fue una nueva experiencia, en la que todo es diferente. El ajedrez es un deporte muy individual y a veces cuesta trabajo expresar la alegría por un buen resultado de alguien que en otro momento es o será tu rival. Eso cambia en la olimpiada, porque jugamos como equipo y el resultado es para todos… la sensación de jugar por el país y no solo para mí es algo que disfruté. Sentirlo fue bonito y es lo mejor que me dejó.

»Igual, el estar en un lugar junto a los mejores del mundo, verlos jugar en directo, fue una oportunidad muy bella», acotó.

De los planes para la actual temporada, más allá del certamen nacional, adelanta que intentará escoger mejor los torneos que asumirá. En ese sentido, pretende buscar el equilibrio con los que le permitan aumentar su nivel de juego y el coeficiente Elo, porque llegar a la barrera de los 2600 puntos también aparece entre sus principales objetivos.

El ganador del circuito Catalán en 2022, cuando sobrepasó por primera vez los 2500 de Elo, tiene en el horizonte par de presentaciones programada en la primera mitad del año.

«Tengo definido que jugaré durante el mes de abril en España. Ambos torneos son de mucha calidad. El Abierto Semana Santa en Alicante y el Open de Menorca reúnen jugadores de nivel, en especial el segundo. Quedar entre los tres primeros lugares allí será complicado, pero siempre hay que intentarlo», reconoce.

 

 

Tomado de JIT