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yunidis castilloYunidis Castillo ganó su primer oro, después de dos platas. Foto: Armando Hernández

Cuando se narre la épica del Mundial de atletismo para discapacitados de Doha, Catar, y se hable de pinchos que dejaron su impronta en el estadio Husaim Bin Hamad, necesariamente habrá que dedicarles varios párrafos a dos vedettes cubanas de la velocidad: Omara Durand y Yunidis Castillo.

 

Distinta fue la manera en la que irrumpieron en la cita, pero ambas han sabido imponer su clase. La víspera adicionaron otro doblón dorado a sus arcas y se incluyeron en el excelso grupo de siete atletas que atesoran tres metales en este Mundial: Durand con el aliciente adicional de su cuarto récord del orbe, ahora 11.48 segundos en el hectómetro T-12 (débil visual profunda) en su estreno junto al guía Yuniol Kindelán.

 

Muy pocos recuerdan que la santiaguera Durand, nacida el 26 de noviembre de 1991, debutó a sus 15 años de edad en la lid del orbe para Ciegos y Débiles Visuales de Sao Paulo 2007. Desde entonces comenzó a tejer su estela dorada en 100 y 200 metros. Mucho ha llovido, pero el cartel de favorita siempre pesa sobre sus hombros, y en esta ocasión no pudieron escamoteárselo la azerí Elena Chebanu (11.94), ni su sempiterna rival ucraniana Oxana Boturchuk (11.96), sus escoltas en el podio de premiaciones.

 

En Lyon, Francia 2013, sus adversarias respiraron ante su ausencia, pues Omara ganaba otra carrera: la de la maternidad. Hoy no repara en dedicarle cada éxito a su pequeña Erika, aderezados en esta ocasión por plusmarcas absolutas en los mencionados 100, el doble hectómetro (23.03) y la vuelta al óvalo (53.05).

 

CALIDAD Y ENTREGA EN EL ORO DE YUNIDIS

 

Yunidis necesitaba una dosis extra de autoconfianza a este nivel supremo luego de su retorno dorado en los Parapanamericanos de Toronto. Urgía anteponer su calidad y entrega al déficit de entrenamiento, a cualquier molestia física. Su hijo Gabriel cumplió un año el sábado 24 y ella no podía permitirse dejar de obsequiarle una corona.

 

Y llegó en los 200 metros, una distancia que devora con potencia felina. El crono de 25.43, su mejor registro de campaña por cierto, le bastó para superar por una nariz a la estadounidense Deja Young (25.53) y la sudafricana Anrune Liebenberg (25.58). A la “hija del viento”, cinco veces titular paralímpica, y con siete vellocinos y dos platas en escenarios universales, aún le resta otra opción dorada, cuando dispute el hectómetro de su categoría (T46-47, afectado miembro superior). De materializar una presea, se convertiría en una de los pocas atletas capaces de atesorar cuatro medallas en Doha.

 

Otro destello de posible título salió de las piernas del guantanamero Lenier Savón en los 200 T-12. Savón cruzó la línea de sentencia semifinalista en 22.17, puntero entre 14 velocistas inscritos. Su final será este jueves.

 

Cuba, con botín de 6-2-0, ascendió a la octava plaza del medallero, mientras ocupa el escaño 21 avalada por 62 unidades. China (30-17-10 además de 506 puntos), Rusia (16-13-19 con 409) y Estados Unidos (10-11-7 sumado a 308) componen el trío de vanguardia.

 

Fuente: Periódico Granma