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tiro arco Adrián Puentes regresa a Río, donde se coronó en los Panamericanos del 2007. Foto: RAÚL LÓPEZ SÁNCHEZ

¿Boxeo? ¿judo? ¿gimnasia? ¿Da­yaris Mes­tre? ¿Johannys Argilagos? ¿Manrique Larduet? Pues no, ninguno de estos deportes o atletas se­rán los primeros en concursar por Cuba en los escenarios competitivos de la XXXI Olim­piada, privilegio reservado para el arquero Adrián Pue­ntes, único representante de la Mayor de las Antillas en dicha disciplina.

 

En la plaza tradicional de los carnavales de Río de Janeiro, el Sam­bódromo Marquês de Sapucaí, el espirituano comenzará este viernes su andadura olímpica, un sueño he­cho realidad justo en la urbe que lo vio encumbrarse hace ya nueve años (27 de julio del 2007) como mo­narca continental.

 

Solo 19 abriles tenía Puentes cuando derrotó a su compatriota Juan Carlos Stevens en la final de la ronda olímpica de los Juegos Pa­na­me­ri­ca­nos del 2007, dejando en bronce al estadounidense Vic Wun­derle, subcampeón olímpico de Syd­ney 2000. Todo ello sirvió para lograr una inédita corona del tiro con arco cubano, que jamás había escalado a lo más al­to del podio en la cita multideportiva.

 

Pero luego el prometedor arquero no tuvo continuidad, sus resultados no experimentaron un ascenso, tan­to que ni siquiera pudo de­fender el título en los Panamericanos de Gua­­dalajara 2011. Su nombre, incluso, se perdió de las competencias, y ya casi nadie esperaba que pudiera regresar a planos estelares.

 

“Pasé momentos muy difíciles, fueron mu­chas cosas juntas, problemas de familia, de en­trenamiento, en un momento perdí la motivación por completo, no me atraía casi ni el de­porte, pero todo eso ya pasó, poco a poco he ido recuperándome, he vuelto con muchos de­seos. Ya soy el mismo Adrián

 

Puentes en busca de buenos resultados y de darle alegría al pueblo que me ha seguido en este tiempo y al final es la razón de ser de nosotros”, expresó el espirituano a la colega Elsa Ramos, en una entrevista para el periódico Escambray.

 

Puentes resurgió como el ave fé­nix. Prime­ro estuvo cerca de avanzar a los Juegos Olím­picos en la lid clasificatoria de Medellín, Colom­bia, en mayo pasado, cuando en la búsqueda del boleto perdió contra el me­xicano Er­nesto Horacio Boardman.

 

Ambos culminaron igualados en cuartos de final, por lo que fue necesario lanzar una flecha adicional. Los dos lograron puntuación de nue­ve, pero el azteca quedó unos milímetros más cerca del diez y continuó en competencia.

 

No obstante, uno de los clasificados en di­cha cita, el salvadoreño Os­car Ticas arrojó positivo en un control antidoping y el Comité Olím­pico Internacional y la Federación Inter­na­cional de Tiro con Arco otorgaron la plaza a Cu­ba, definida a favor de Puentes tras varios controles internos ante Stevens y Hugo Franco, miembros de la escuadra nacional.

 

Solo un mes después del tropezón en Me­dellín, el yayabero festejaba uno de los grandes logros de su carrera: participar en unos Juegos Olímpicos, lo cual significaba regresar a Río de Janeiro, sitio en el que marcó pautas históricas para el de­porte cubano.

 

Y la vida da tantas vueltas que Puentes será el primer antillano que aparezca en las pizarras de la urbe brasileña, cuando este viernes se presente en la ronda de clasificación del tiro con arco.

 

En honor a la verdad, no tiene muchas opciones de medallas, pero el hecho de estar en semejante escenario representa, sin du­das, un salto tremendo en su vida de­portiva, una muestra de que nunca se pueden enterrar los sueños.

 

Fuente: Periódico Granma