PARÍS.— Nueve personas continuaron detenidas el lunes bajo sospecha de tener vínculos con los responsables de los recientes ataques ocurridos en Francia, sobre todo de proveerles respaldo logístico.
La policía decidió prolongar el tiempo de detención de nueve de los 12 sospechosos de complicidad con los protagonistas de los sucesos.
Así, del total de individuos puestos bajo custodia desde el jueves pasado, permanecen arrestados ocho hombres y una mujer, pues las otras tres féminas fueron liberadas.
El Ministerio del Interior confirmó que algunos son conocidos por los servicios de policías debido a delitos de drogas y tráfico de armas, reportó PL.
Se sospecha principalmente de sus vínculos con Amedy Coulibaly, autor del asesinato de una agente de policía local y del asalto y toma de rehenes en un supermercado judío en el que murieron cuatro inocentes la semana pasada.
El ADN de uno de los detenidos apareció en una de las armas del arsenal que tenía Coulibaly. También uno de ellos había dejado su huella en el vehículo con el que este fue hasta el mencionado supermercado.
Desde los atentados, el incremento de los incidentes, las detenciones y las condenas están entre las consecuencias más visibles.
Los últimos datos precisan que se registraron unos 200 incidentes en las escuelas en todo el país.
Más de 50 procedimientos por apología del terrorismo se registraron en la nación gala durante los días que transcurrieron, al tiempo que crecen los cuestionamientos en torno al “respeto a la libertad de expresión” que tanto enarbola el gobierno.
En este contexto, según un sondeo del instituto Ifop, aumentó la popularidad del presidente francés François Holland de 21 puntos porcentuales a los 40 puntos, el nivel al que estaba a finales del 2012.
Entretanto, el nuevo número del semanario satírico francés Charlie Hebdo se encuentra nuevamente en imprenta para ampliar su tirada hasta los siete millones de ejemplares, desde los cinco ya terminados.
Este primer número, tras el atentado a la sede de la publicación, vio la luz el 14 de enero con una tirada excepcional de cinco millones.
Igualmente, gran incertidumbre y críticas generó aquí y en otros países el hecho de que el equipo de redacción escogiera para la portada una caricatura del profeta Mahoma.