La danza Xoe, de la etnia minoritaria Thai de Vietnam, los cantos tradicionales sirios de Alepo conocidos por Al-Qudad, y las fiestas tradicionales de San Juan Bautista en Venezuela, resultaron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La danza Xoe recrea actividades de la vida diaria y el trabajo de esa comunidad, asentada principalmente en las provincias del noroeste de Vietnam y por lo general interpretada durante rituales, bodas, festivales y otros eventos culturales de los Thai.
Los danzantes se engalan con sus típicas vestimentas y giran en círculo alrededor de una hoguera si es de noche. Participan varias decenas de hombres y mujeres Thai al compás de músicas suaves y melódicas.
Aunque existen unas 30 modalidades de la danza, las más conocidas son la xoe quat (con abanicos), la xoe khan (con bufandas) y la xoe non (con sombreros cónicos).
Algo semejante ocurrió con los cantos tradicionales de Alepo conocidos por Al-Qudad, que fueron inscriptos en la lista del patrimonio mundial de la humanidad.
Al-Qudud es un género musical típico de Alepo y fue desarrollado por los grandes y famosos músicos de esta ciudad conocida como la capital de la música clásica del Levante.
Al-Qudud es una forma de canto parecida a las moaxajas del Ándalus y su nombre significa ajustar las letras de una poesía a una melodía determinada y no viceversa.
El ciclo festivo alrededor de la veneración y culto de San Juan Bautista de Venezuela, también resultó añadido a la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La devoción hacia ese ícono espiritual reconstruye prácticas ancestrales, míticas, rituales, musicales, dancísticas y religiosas que tienen sus raíces en África Subsahariana.
Los méritos recaen asimismo en las miles de personas que celebran el culto a San Juan Bautista, que aportan saberes y prácticas festivas, los cuales permitieron presentar un expediente robusto.
Desde París, Francia, la Unesco eligió en la sesión 16 del Comité encargado de promover la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial a esencias culturales de 24 países, de los 180 estados que lo integran.
Otros que recibieron el galardón fueron La Fiesta Grande de Tarija (Bolivia), El Pasillo (Ecuador), danzas y expresiones asociadas a la festividad del Corpus Christi (Panamá) y los conocimientos del pueblo Awajún sobre la cerámica (Perú), precisa PL.
La Fiesta Grande de Tarija tiene lugar en la ciudad boliviana del mismo nombre y se celebra todos los años en agosto y septiembre con procesiones religiosas, festejos, música, bailes, competiciones y fuegos artificiales en honor a San Roque, con un origen que se remonta a los tiempos de la colonización española.
Por su parte, El Pasillo representa un género musical bailable, que hizo su aparición en Ecuador en el siglo XIX como resultado de una fusión entre diversos géneros indígenas y europeos.
En cuanto a las danzas y expresiones panameñas asociadas a la festividad del Corpus Christi, se trata de una celebración del cuerpo y de la sangre de Cristo crucificado, a partir de la fusión de fiestas religiosas de la Iglesia Católica con prácticas culturales populares.
El elemento presentado por Perú consiste en valores, conocimientos, saberes y prácticas asociados a la producción de cerámica del pueblo Awajún, el cual considera al arte de la alfarería un paradigma de su armoniosa relación con la naturaleza.
La sesión 16 del Comité Intergubernamental para el Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad, examinó 55 candidaturas inscriptas en este año. Sesionó por la modalidad virtual ante el rebrote de la COVID-19 en Europa y la amenaza de la variante Ómicron del coronavirus SARS-COV-2.
Esta nominación pretende proteger las esencias culturales de cada país a través de buenas prácticas de salvaguardia y para ello traza planes de medidas para estos fines.