El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia informó que el Kremlin impuso un conjunto de sanciones dirigidas a altos funcionarios estadounidenses y canadienses, entre los que figuran el presidente Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau.
A través de un comunicado el ministerio ruso anuncia que: "Este paso, tomado a modo de respuesta, es una consecuencia inevitable de la política extremadamente rusófoba adoptada por la actual Administración de EE.UU., que, en un intento desesperado por preservar la hegemonía estadounidense, rechazando toda decencia hizo una apuesta por la contención frontal de Rusia".
El nuevo paquete de medidas constituye una respuesta a las fuertes sanciones impuestas a Moscú desde el inicio de la operación militar especial en Ucrania.
Asimismo, de acuerdo con medios nacionales, las sanciones del Kremlin apuntan contra trece altos funcionarios de EE.UU. Además del presidente y el secretario de Estado , entre los afectados se encuentran: el secretario de Defensa, Lloyd Austin; el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley; el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan y el director de la Agencia Central de Inteligencia, William Burns.
Al mismo tiempo se ubican en el listado: la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki; el asesor adjunto de Seguridad Nacional, Daleep Singh; la directora de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional, Samantha Power; el hijo del presidente, Hunter Biden; la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton; el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo y la presidenta del Eximbank, Reta Jo Lewis.
No obstante, la diplomacia rusa resaltó su voluntad de continuar los contactos oficiales con los funcionarios estadounidenses, en caso de que ambas partes decidan trabajar en cuestiones de seguridad nacional.
De igual forma, la cancillería ha anunciado que valora la posibilidad de ampliar la lista de sancionados a aquellas figuras que incitan al odio de la cultura rusa, así como a la aplicación de medidas coercitivas.