El presidente de Ve¬nezuela, Nicolás Maduro, exigió ayer en esta capital justicia por el atentado terrorista cometido el 6 de octubre de 1976 frente a las costas de Barbados contra un avión cubano en pleno vuelo.
Durante su programa televisivo En Contacto con Maduro, el mandatario honró a las 73 víctimas de ese crimen, entre ellas los 24 integrantes de la selección juvenil cubana de esgrima, quienes regresaban a su país después de ganar todas las me¬dallas de oro en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de la disciplina.
El Jefe de Estado recordó que la masacre fue planeada en Caracas por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes utilizaron a dos ve¬nezolanos (Hernán Ricardo y Freddy Lugo) para colocar las bombas dentro de la aeronave.
Los autores materiales recibieron sentencias de 20 años de cárcel, pero Bosch quedó absuelto tras presuntos defectos técnicos y Posada Carriles logró huir de la prisión.
Maduro precisó que estos dos últimos individuos pertenecían a la Agen¬cia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, por lo que ese país colocó obstáculos en los distintos procesos legales.
El 13 de abril del 2005, Posada Ca¬¬rriles ingresó en territorio estadounidense, según se dijo, de manera ilegal.
A inicios del mes siguiente, la justicia venezolana aprobó un pedido de extradición y en junio el Minis¬te¬rio de Relaciones Exteriores presentó al Departamento de Estado nor¬tea¬mericano un expediente que respaldaba la solicitud.
Veezuela argumentó que Posa¬da Carriles es un prófugo de la justicia de la nación sudamericana, pues huyó pa¬ra evadir el juicio por la voladura del a¬vión.
Cuba denuncia en todos los escenarios internacionales que ese individuo vive plácidamente en la ciudad estadounidense de Miami sin arrepentirse siquiera de los delitos cometidos.