Cientos de citadinos dieron la bienvenida al tren nacional Habana-Guantánamo.
Desperfectos mecánicos de última hora en algunos coches y problemas operacionales en la transportación empañaron los esfuerzos de directivos, técnicos y trabajadores de la Unión de Ferrocarriles de Cuba para garantizar que el pasado lunes 15 de julio saliera en hora la nueva formación del tren nacional número tres Habana-Guantánamo, desde la capitalina estación de La Coubre.
El moderno medio de transporte, formado por 10 coches azules de fabricación china, con capacidad para 72 pasajeros cada uno, más un vagón-cafetería y otro generador de la energía eléctrica partió de la capital a las 10:00 pasado meridiano, en vez de las 6:05 de la tarde (hora oficial de salida), y arribó a la urbe del Guaso el martes 16, cerca de las 4:00 pm, con casi cinco horas de atraso.
Sinsabores e imprevistos aparte, los maquinistas cumplieron con el tiempo de viaje estimado en 16 horas con 45 minutos. Pese a la tardanza del arribo, cientos de guantanameros aguardaron pacientes la llegada del tren y recibieron con regocijo a familiares y amigos en el andén.
Similares conductas fueron visibles durante la noche de ese martes cuando más de 700 viajeros de la formación número cuatro Guantánamo-Habana emprendieron el periplo inverso, a las 9:28 pm (48 minutos de atraso). La espera, de algún modo, la alivió el confort de la remodelada estación, dotada de nuevos baños, mobiliarios modernos, lámparas y cajas de agua fría.
Faltó información oportuna sobre las causas del aplazamiento en la salida desde la estación de La Coubre, dijo Yolaida de los Reyes, una de las pasajeras. Opiniones, reclamos, contrapunteos…
“Mejor servicio que este nunca lo había visto”, dijo la joven Yaxala Brooks Sayú, una de las viajeras del tren número tres Habana-Guantánamo, quien descendió jubilosa y resaltó las bondades de los nuevos coches y la esmerada atención de conductores y ferromozas.
Sin embargo, la pasajera Yolaida de los Reyes Garcés criticó la falta de información oportuna de los funcionarios del Ministerio del Transporte y directivos de Ferrocarriles sobre las causas del retraso en la salida desde La Coubre, y la falta de proyección de productos audiovisuales amenos en las pantallas de video instaladas en los coches de primera clase.
Otras criticaron a la tripulación por la clausura de los baños en el coche número tres, por falta de agua y desperfectos electromecánicos, y la baja oferta de alimentos en el trayecto, durante el cual las ferromozas no autorizaron a descender del tren en las estaciones intermedias para adquirir bocaditos, dulces o refrescos.
“Nos ofertaron una sola merienda durante todo el viaje -aseguró Paulino Díaz Ribeaux, residente en calle 7 Norte número 511 entre Luz Caballero y Máximo Gómez- y cuando las mujeres con niños reclamaron en reiteradas ocasiones la falta de refrigerios, entonces la tripulación inició su expendio. ¿Por qué no adoptaron a tiempo medidas para evitar que los chiquillos se irritaran por hambre?”.
Maricela Jarrosay Candó, directora de la Unidad Empresarial de Base de Ferrocarriles en el territorio, declaró: “Recogimos los criterios positivos y negativos de los viajeros para enviarlos a la dirección de la Unión de Ferrocarriles de Cuba. Vamos a trabajar para que la excelencia prevalezca en los viajes originados aquí en Guantánamo, tal como lo exige la máxima dirección del país”.
Paulino Díaz aseguró que es insuficiente la oferta de merienda durante el viaje, sobre todo a las madres con niños.
Guillermo Quintana, uno de los conductores del tren, explicó que “a pesar de los inconvenientes, el viaje fue tranquilo y los pasajeros mostraron disciplina y satisfacción por transitar en los nuevos coches que están en garantía.
“Seguimos familiarizándonos con el nuevo equipamiento, por eso los técnicos chinos de la estación capitalina de Luyanó trabajarán en Cuba durante cinco años, período en el que a diario revisarán cada detalle del comportamiento de la tecnología”.
La ruta Habana-Guantánamo fue la tercera estrenada en el país, como parte del costoso programa de modernización en el sistema ferroviario. Días antes, el 13 y 14 julio, rodaron las dos primeras formaciones desde la capital hasta Santiago de Cuba, y a Holguín, esta última suspendida desde el 2005.
En sentido general, fueron positivas las impresiones de los pasajeros y las ferromozas entrevistadas por este redactor. Ellos coincidieron en la necesidad de mantener el orden y el cuidado de los nuevos medios que mejoran con creces la calidad de la transportación ferroviaria en el país.
El cambio es muy significativo si se compara la estrenada técnica con los añejos coches de segunda mano que integraban la antigua formación del tren Habana-Guantánamo, pero aún queda por resolver la restitución del servicio de Expreso, un reclamo recurrente de la población guantanamera.
La Empresa de Ferrocarriles Oriente continúa el trabajo en un programa de inversiones para mejorar el servicio y garantizar el óptimo estado de las vías férreas de la provincia. A los pasajeros de los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del Sur se les asegura el viaje de ida y regreso por ómnibus desde y hasta la estación central.
Tales esfuerzos responden al programa nacional de recuperación y desarrollo ferroviario, el cual tiene como objetivo incrementar las transportaciones de carga y de pasajeros, así como elevar la seguridad de la circulación de los trenes por la infraestructura vial.
Acontecimiento de pueblo constituyó en Guantánamo el viaje inaugural.
¡Fuera coleros!
A partir del pasado miércoles 10 de julio, fecha de inicio de la venta de boletines, un grupo de personas oportunistas y antisociales intentaron adueñarse de la cola y vender turnos a precios exorbitantes en las afueras de la agencia de la empresa Viajero, ubicada en calle 14 Norte entre Beneficencia y San Lino, en el reparto Caribe.
La irritante situación fue erradicada el día 12 de julio por agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, con el apoyo de la ciudadanía y los trabajadores de esa Unidad Empresarial de Base encargada de la venta de reservaciones -con 30 días de antelación a la fecha de salida- de ida y regreso a las personas interesadas en viajar a La Habana y a estaciones intermedias.
En ese local se comercializan servicios de transportación por ómnibus, ferrocarril y vía marítima, de lunes a viernes, en el horario de 8:30 am a 4:00 de la tarde, y los sábados, de 8:30 a 11:30 am.
“Por ahora -aclaró Orbe Hilario Lamour González, especialista principal comercial de la empresa- es aquí donde los habitantes de la capital provincial pueden adquirir los pasajes del tren nacional número cuatro. Nuestra oficina, radicada en la Universidad de Guantánamo, solo atiende a profesores y estudiantes de ese centro de Educación Superior”.
Interpelado sobre la urgente necesidad del acercamiento de ese importante servicio a la población, explicó que “desde octubre de 2018 acondicionan con limitaciones materiales dos locales donde radicaban las Salas de Video del reparto Obrero y del barrio de San Justo, cedidas por el órgano de Gobierno local, explicación que no avizora la solución al problema.
“La oficina de venta en Bartolomé Massó (Carretera) entre Pedro Agustín Pérez y Martí, donde la empresa de Ómnibus Nacionales comercializa boletines con destino a Baracoa, Santiago de Cuba, Bayamo, Holguín, Camagüey, Santa Clara, La Habana y otras ciudades, no reúne las condiciones necesarias para instalar allí una agencia de la empresa Viajero.
“El deteriorado techo de esa vieja edificación le impide ubicar equipos informáticos que aseguren la calidad y sostenibilidad del servicio. Se trata de una inversión pendiente de incluir en los planes para 2020”, señaló el especialista.
“En el resto de los municipios solo funcionan las oficinas ubicadas en Palenque de Yateras, Imías, San Antonio del Sur y Maisí, mientras en Baracoa están pendientes de solución los problemas constructivos en el local. Próximamente instalaremos sistemas para la venta de boletines en Caimanera, Niceto Pérez y Manuel Tames”, informó Odalis Parra Díaz, representante de la citada empresa en la provincia.
La reactivación de los servicios nacionales estuvo precedida de intensos meses de trabajo en áreas comerciales, operacionales y técnicas de la Unión de Ferrocarriles, por lo que se impone una etapa de concientización en cada uno de los trabajadores ferroviarios, quienes deben prestar servicios a la altura de los desvelos de la máxima dirección del país.