Una institución de la Educación Superior es algo más que los ecos de docencia acumulados entre sus paredes. La Universidad de Guantánamo (UG), lista para celebrar su cuarenta aniversario, sabe que puede hablar de eso en su historia; profesores y estudiantes lo presumen porque en calles, comunidades, incluso en rincones insospechados de la geografía territorial, han sembrado y abonado semillas.
Más de 20 proyectos socioculturales sirven como medios para que la Casa de Ciencia y Progreso, como se conoce a este centro universitario guantanamero, irradie energía para poner a bailar ancianos, cultivar el alma a través de la lectura, desafiar lomas y caminos, dar una gota de esperanza a quienes la vida les guardó algo inesperado; y mucho más.
Gestos humanos con huellas deportivas
Cualquiera que visite por primera vez el Centro Médico Psicopedagógico Enrique Rodríguez Picasso, aledaño al hospital psiquiátrico Luis Ramírez López, se lleva en la mente muchos rostros mientras la piel se eriza con el recuerdo de los cortos pasos de quienes apenas pueden caminar. Más de ochenta personas con retraso mental severo y profundo tienen este sitio por hogar.
Allí hay quienes nunca tocaron un animal hasta que el proyecto Piti en las Calles, de la Facultad de Cultura Física de la UG, en una de sus visitas montó un zoológico terapéutico con especímenes domésticos.
Hubo quien no sabía lo que significaba la palabra maratón, hasta que participó en uno corto gracias a la iniciativa de estos muchachos.
La esencia de Piti en las Calles radica en el desarrollo de actividades físico-recreativas y culturales mediante el trabajo comunitario, así lo explica su coordinador, Maikel Ramírez Álvarez, mientras sonríe y recuerda una singular iniciativa.
“En junio del pasado año, de conjunto con instituciones, realizamos una cruzada por lugares de la ciudad que involucró a más de cien niños de escuelas especiales. Cuando llegamos al estadio de la provincia caminamos con ellos por el terreno, intercambiamos con el equipo de béisbol de la provincia previo al inicio de la serie nacional y fue una experiencia conmovedora”.
En el hogar de ancianos Caridad Jaca también hay quien sabe que la UG se mueve fuera de sus predios; allí Domingo Vinent Carbonell comenta que era cuentista de velorio, pero fueron los versos de una pícara rumba llena de doble sentido titulada El Yoyo, los que le valieron el reconocimiento en uno de los festivales del proyecto Piti, donde también se destacó el longevo Luis Armando Suárez Fuentes con su poema Mujeres.
Hugo Jovellar Sánchez, terapista ocupacional en Caridad Jaca, señala el impacto emocional en los ancianos como el resultado más visible en el acostumbrado trabajo que realizan en el sitio los promotores de esta iniciativa, que no pocas veces ponen a bailar a los ancianos.
Hora lugar y fecha de cada actividad de Piti en las Calles alimentan la nutrida base de datos en el teléfono de Maikel Ramírez Álvarez y más de tres gigabyte de fotos en la computadora de la facultad confirman eso de que una imagen -en este caso varias- hablan más que mil palabras.
Cuando las letras son seducción
Rosa Mustelier Díaz es profesora del Departamento de Español-Literatura de la Universidad de Guantánamo y no imaginó que en la tabaquería de la ciudad de Guantánamo alguien le iba pedir el poema Tú eres el resultado de ti mismo, como aliento lírico de vida para un amigo enfermo. Es que con el proyecto Lectoesperanza que ella y otras colegas coordinan hay muchas historias.
Incentivar la motivación por los libros, así como promover el diálogo y la reflexión sobre lo leído forman parte de los objetivos de esta iniciativa, del mencionado departamento de la UG, que asume como eslogan Leer para transformar, idea con la que llegan cada mes a diferentes sitios.
Más allá de las misiones definidas están los efectos, algunos mojados con lágrimas según cuenta Rosa Mustelier, porque las hubo en una de las ocasiones en que llegaron a la sala de alcohólicos del Hospital Psiquiátrico de la ciudad, la frase de Confucio que habían seleccionado dio vida a la conversación allí:
“Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos”.
Cándida Albear Blanco, otra de las coordinadoras comenta que hay un proceso selectivo de los textos en función de las características de los lugares a donde llegarán; también habla de la lectura terapéutica como un método que utilizan con el objetivo de elevar la autoestima de las personas, de devolverles el optimismo a quienes necesitan un cambio en sus vidas.
En el centro penitenciario de mujeres el cuento Mi hermana vicia, de Onelio Jorge Cardoso, puso a pensar a las internas hasta el punto que una de ellas rompió el silencio que parecía frustrar el debate para admitir cuantas realidades de la joven protagonista del relato podían parecerse a la de quienes pagaban en ese lugar por algún error cometido en el pasado.
Muchos boletos literarios le sirven cada mes a los más de cien miembros de Lectoesperanza para multiplicar sus pasos por disímiles lugares. La casa de niños sin amparo filial del Reparto Obrero, el hogar materno y el de ancianos Santa Catalina, conocen del desandar de quienes tienen en la lectura un pretexto para sembrar alimento en el espíritu de otras personas.
Mochilas llenas de motivos
Los deseos de transformar realidades en busca de bienestar colectivo acompañan a varios muchachos bajo un nombre que seduce para vivir aventuras. Con Mochila al Hombro, es ese proyecto liderado por Daniel Fernández Urgellés y que en seis años de existencia ha llegado a los diez municipios de la provincia.
Yadislay Orphee Faure, coordinadora de la idea, sabe que lo aventurero no queda en el nombre, lo vivió en carne propia desafiando a los mosquitos, con el asombro por la cantidad de pasos de ríos que cruzaron hace ya algún tiempo para llegar a un intrincado paraje yaterano conocido como El Paraíso, el terreno atentó contra sus zapatos y la obligó a cambiarse de calzado.
“Durante ese recorrido intercambiamos con los pobladores del lugar, hablamos sobre formación vocacional y las posibilidades que ofrece la universidad para el futuro de los jóvenes de ese entorno, pues muchos desconocían las carreras de acá y solo optan por el trabajo en el campo como única opción”, recuerda Orphee Faure.
Las charlas educativas sobre temas de salud, ecológicos, presentaciones del talento artístico universitario son de las actividades que lleva este grupo de jóvenes a las comunidades de la provincia. Algunas acciones están muy acorde con intereses nacionales como los que respaldan a la Tarea Vida para enfrentar el cambio climático.
“Hoy hay un fuerte trabajo en las zonas costeras de la provincia dirigido a la conservación del medio ambiente con labores de descontaminación del entorno. También nos ocupamos de concienciar a las personas sobre la necesidad de apoyar este tipo de iniciativas”, explica Daniel Fernández Urgellés.
Algo peculiar distingue a estos muchachos de Mochila y es que la participación de estudiantes de diferentes carreras los dota de un poder particular para cocinar diversas ideas, como el trabajo de diploma que ya aspira desde el proyecto a que las personas de la comunidad de Tortuguilla tengan en el Inglés una herramienta a su favor para el intercambio cultural.
“Analizábamos que por esa zona transitan muchos extranjeros rumbo a Baracoa, y resultaría valioso que los pobladores puedan a través del dominio básico del referido idioma interactuar con los visitantes foráneos, planeamos un sistema de actividades para este objetivo”, comenta Daniel Fernández Urgellés a los pocos minutos de dar los primeros consejos para este nuevo reto.
Con los mochileros nacieron eventos que cobraron carácter nacional y ya son parte de la historia de la UG, como es el caso del Taller Científico Universitario Gestión de Proyectos de Impacto Sociocultural en el Desarrollo Local, espacio en el cual se exponen cada año experiencias que aportan al crecimiento de dichas estructuras.
Gotas de impulso
Una fórmula con la voluntad como principal ingrediente es la que prevalece tras las sonrisas, emociones y resultados de los diferentes proyectos socioculturales de la UG, pues en el apoyo de la institución influye la complejidad de colaborar al mismo tiempo con 26 iniciativas que en su conjunto pueden llenar de historias muchos reportajes.
Pese a lo que no tiene a veces respaldo en financiamiento, en transporte, o cualquier otro tipo de recurso, cada actividad sabe del presupuesto personal que dejan sus protagonistas, de lo que sale del bolsillo de estudiantes y profesores, de la colaboración de instituciones… porque la universidad también desanda por Guantánamo con una suma de esfuerzos individuales.