DuabaMonumento que recuerda el desembarco por playa Duaba, en Baracoa.Este primero de abril, a 125 años del hecho, los patriotas baracoenses, guantanameros y cubanos se sienten obligados a recordar el célebre Desembarco de Duaba. La rememoración se realiza en medio de las excepcionales medidas actuales de distanciamiento social adoptadas en la lucha para enfrentar la propagación en el país de la pandemia de la COVID-19.

Primero de Abril es más que una efeméride señalada en el calendario patriótico. Esa madrugada de 1895 los hermanos Antonio y José Maceo, junto a Flor Crombet, como parte de una tropa de 23 aguerridos combatientes saltaron de la goleta Honor, casi a la vista de la ciudad de Baracoa, Primada de Cuba, para incorporarse a la Guerra Necesaria convocada por José Martí e iniciada el 24 de febrero de ese año.

Aquellos grandes adalides llegaron a Cuba Libre por la costa guantanamera y se unieron con los que ya combatían bajo el lema de Independencia o Muerte. Así lo hicieron por Playita de Cajobabo, en Imías, pocos días después, el 11 de abril, Martí, Delegado del Partido Revolucionario Cubano que organizó la gesta, y el Mayor General Máximo Gómez Báez, jefe del Ejército Libertador.

Los historiadores han subrayado que la doble escogencia del litoral del Alto Oriente cubano para el arribo de los mayores jefes no es casual. En el caso de Duaba observan los hechos precedentes a la llegada de los expedicionarios. Los patriotas guantanameros y baracoenses, guiados por Pedro Agustín Pérez y Pérez, alzados desde el 24 de febrero en Cuba Libre, organizaron mucho antes hacer propicios los magnos desembarcos por los litorales norte y sur de la zona.

Es así que los 23 expedicionarios de la goleta Honor culminan un azaroso viaje de siete días desde Costa Rica, pasando por otros puntos, embarrancando la goleta de 18 toneladas en los fondos arenosos del tibaracón del río Duaba, a apenas una legua de la avistada Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, a las cinco de la mañana.

Apenas enterado ese mismo amanecer de que su General Antonio –el mismo que, 18 años después, volvía tras su juramento independentista de Mangos de Baraguá- ha pisado el suelo de la Patria en zafarrancho de combate, Félix Ruenes lo anuncia a viva voz en el barrio de La Playa, y con el resto de los conjurados corre a unirse a los expedicionarios.

El propio día, el Titán de Bronce y su grupo de patriotas enfrentan en Alto del Pino la columna española salida a perseguirlos desde Baracoa, la derrota y la hace huir despavorida, con cuatro muertos y nueve heridos, ante el grito de “¡Aquí está Maceo! ¡Viva Cuba Libre!”, noticia que, al ordenar Maceo no destruir los hilos del telégrafo, repercute hasta Madrid donde lo publican los diarios.

La presencia guerrera de Maceo en Cuba motivó que, apenas a dos días del desembarco, de la Península salieran hacia Cuba el General Martínez Campos -el mismo que en Baraguá recibió la viril respuesta maceísta: “No, no nos entendemos”, ante el derrotista Pacto del Zanjón- y otros altos oficiales, seguidos después por 20 mil hombres, a tratar de apagar el incendio.

Varias columnas españolas persiguieron con saña, emboscaron, sorprendieron, atacaron, aprisionaron a unos, dispersaron al resto de los expedicionarios durante varios días, y hasta mataron a Flor Crombet el 10 de abril en Alto de Palmarito. Los mambises de Pedro A. Pérez encontraron y salvaron a José Maceo, tras su odisea serrana, en Yateras. Antonio contactó el 20 de abril con tropas cubanas en Mayarí Arriba, en Santiago de Cuba.

Efectivamente. La presencia de Maceo avivó, animó, impulsó y extendió el incendio de la lucha independentista, pues hizo vibrar los corazones y acendró los ánimos de los patriotas insurrectos en Cuba Libre.

“En Oriente –ha escrito el investigador Hugo Crombet, descendiente de Flor- la gente se incorporó más al Ejército Libertador. A los pocos días se contaba con poderosos contingentes armados y en perfecta preparación para desarrollar combates de envergadura”.

La tradicional peregrinación y el acto conmemorativo en el monumento de Duaba este primero de abril se contraindican en razón de las medidas preventivas de la nueva pandemia.

Pero el histórico desembarco de la goleta Honor hace 125 años es rememorado por los baracoenses culminando la construcción de viviendas a afectados de los eventos climáticos y un vivero con la técnica de tubetes en la Empresa Agroforestal y Coco en Mabujabo, entre otras conquistas.

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