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Dra MaricelyLa doctora, en las horas hogareñas, suma máscaras para regalar a sus colegas. Detalle con el artificio.Como con los nasobucos, otra iniciativa gana espacios en el ingenio popular, que por estos tiempos crea caretas o máscaras protectoras para los profesionales de la salud, esos que cada día enfrentan cara a cara en toda Cuba y allende los mares la pandemia de la COVID-19.

La doctora Maricely Frómeta Ávila, especialista de segundo grado en Oftalmología e integrante de ese servicio en el Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto, de la ciudad de Guantánamo, toma la delantera y produce, desde el hogar, las máscaras, que junto a los nasobucos, refuerzan la protección ante la posibilidad de contagio con el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.

Explica la sencillez manufacturera de la máscara, confeccionada en su máquina de coser a partir de placas de acetato y retazos de tela, materiales que la hacen reutilizable tras ser sometida a periódica desinfección con hipoclorito o alcohol.

La especialista subrayó la importancia del aditamento en el caso particular de los oftalmólogos, quienes, por ejemplo, al practicar fondos de ojo, están en estrecho contacto facial con el paciente y la máscara oficia como un aislante protector de las vías respiratorias y los ojos, “puertas de entrada” del virus al organismo.

Informó que en las actuales condiciones epidemiológicas el servicio de oftalmología del Agostinho Neto cumple programas de guardias tanto en el referido centro asistencial como en el hospital pediátrico y atiende las urgencias quirúrgicas de la especialidad.

Son una treintena de especialistas a quienes aspira a dotar de las máscaras protectoras en la medida que disponga de placas de acetato, que bien pudieran donarse por entidades poseedoras, como amparo para esos héroes que cada noche reciben nuestros aplausos.