Chapala polo productivo 1En el polo productivo de Chapala la mayoría de las áreas están en preparación, sembradas y en cosecha.Al llamado de las máximas autoridades cubanas a elevar la producción de alimentos frente al desafío que significan para el país la COVID-19 y el bloqueo de casi 60 años del gobierno de los Estados Unidos, los agricultores guantanameros redoblan esfuerzos y laboran por aportar más comida para el pueblo.

En medio de la emergencia sanitaria provocada por la letal enfermedad la delegación de la Agricultura en la provincia de Guantánamo diseñó la estrategia que incluye la siembra de cultivos de ciclo corto, para lograr la presencia estable y rápida de boniato, calabaza, pepino, ají pimiento, quimbombó, habichuela, berenjena, acelga, lechuga… en los mercados agropecuarios estatales.

Céspedes Lobaina Arias, subdelegado de la Agricultura en Guantánamo, declaró que cada municipio debe plantar en la campaña de primavera 13.42 hectáreas (ha) de yuca y plátano, además de dos de malanga y una y media de boniato por cada mil habitantes.

Entre las medidas para el sector cooperativo y campesino, UBPC y granjas del Ejército Juvenil del Trabajo mencionó el intercalamiento de 20 plantones de ñame en cada hectárea de café, así como la siembra de 13,42 ha de esta vianda y de yuca por las empresas y Unidades Empresariales de Base forestales.

Al constatar in situ el cumplimiento de estas acciones en el municipio de El Salvador, este equipo de reporteros observó avances y morosidad en algunas de ellas.

Alexis Montoya Ramos, delegado de la Agricultura en la localidad, informó que la estrategia incluye el autoabastecimiento municipal y el envío de producciones a la cabecera provincial, con un programa emergente frente a la COVID-19.

Chapala polo productivo 2Cuando termine la cosecha de tomate, a finales de abril, Reinier Gamboa Laserra, obrero de Chapala 1, prevé sembrar pepino y calabaza intercalada en el maíz y el boniato.

“Iniciando la campaña de primavera tenemos unas mil 600 ha de tierra en preparación, donde se prioriza el completamiento de la caballería de yuca por cada mil habitantes, pues las de plátano ya se cumplieron”, aseguró.

“Ahora se cosecha tomate, yuca y ajo en las áreas del llano, y plátano en sus diferentes variedades en las montañas.

“La calabaza se intercalará en unas mil 400 ha de maíz que deben plantarse en la presente campaña, para el consumo tierno de la población y animal, pero se espera a que comiencen las lluvias porque las mayores áreas carecen de sistemas de riego”, precisó.

Comentó que el escenario fundamental son las cooperativas (CCS, CPA y UBPC), sobre las cuales descansa más del 80 por ciento de las producciones del municipio, pero ponderó el papel del polo productivo de Chapala, con unas 190 ha bajo riego, todas en movimiento.

“Una parte de esas áreas, sobre todo de tomate, están en cosecha, y el resto, la gran mayoría, se prepara y siembra de quimbombó, pepino y ají pimiento, renglones fundamentales para la etapa”, afirmó.

Tras informar que en marzo el municipio sobrepasó la cifra contratada con la ciudad de Guantánamo, apuntó que están en condiciones de cumplir con el envío de las 105 toneladas pactadas para abril.

Sin embargo, manifestó que la mayor parte de lo entregado en marzo fue tomate, por lo que debe lograrse mayor variedad de surtidos, fundamentalmente boniato y otras viandas, en ambos sectores, estatal y cooperativo.

A pie de surco

Chapala polo productivo 3La siembra de yuca debe ser una prioridad en el municipio para cumplir con el compromiso de plantar una caballería del rubro (13,42 hectáreas) por cada mil habitantes.

Aunque el polo de Chapala, como se le llama popularmente a la Unidad Empresarial de Base de la Empresa Agroindustrial de Granos ubicada en Jobito, muestra una mejor cara, allí deben lograrse los volúmenes y pluralidad de surtidos establecidos en sus programas de siembra.

Reinier Gamboa Laserra, obrero del colectivo de Chapala 1, mientras cosechaba tomate en una de sus cuatro hectáreas, comentó que la máxima dirección del país llamó a incrementar la producción de alimentos y el campesinado guantanamero no puede hacer otra cosa que dar el paso al frente.

“Estamos aquí cumpliendo con nuestro deber en medio de la difícil situación que atraviesa el país, pero siempre aplicando las medidas de protección”, dijo.

“La UEB prepara la tierra y nosotros sembramos y propiciamos las atenciones requeridas a los cultivos: limpieza, tratamiento con productos biológicos...”, dijo apuntando a un campo de tomate con excelentes rendimientos y calidad, logrado solo con tres fumigaciones.

Hasta el día 10 del presente mes (fecha de la visita al municipio), Gamboa había cosechado casi la mitad de las seis toneladas contratadas.

También tiene otras tres hectáreas plantadas de maíz, con magnifica salud, que debe cosechar a finales de junio, las cuales intercalará con calabaza. Cuando termine con el tomate, al cierre de abril, va a sembrar pepino y en junio, luego de cosechar los granos, plantará boniato.

Una estrategia similar deben aplicar los restantes labriegos pero, por lo visto allí, no todos tienen la misma suerte.

Ubani Cajigal Jaime, otro obrero con cinco ha de tierra en las cercanías de la entrada de Jobito, dice que el agua no tiene presión, y la siembra del maíz por la UEB, con maquinarias, no fue buena.

“He exigido al jefe de producción por las semillas para completar el campo, pero no llegan, y lo mismo sucede con las sogas”, aseguró.

“Con cinco años en el polo de Chapala afirma que nunca las cosechas han sido buenas para él, por problemas en la siembra y demora en la asignación de los fertilizantes y productos químicos o biológicos.

“Mi responsabilidad es atender bien los cultivos y garantizar la entrega de las producciones contratadas, que casi nunca es posible liquidarlas completas por los problemas mencionados”, comentó.

Aun cuando en Chapala, a diferencia de meses atrás, la mayoría de las áreas están en preparación, sembradas y en cosecha, deben corregirse fisuras como la señalada que, al decir del implicado, afectan a otros obreros; aprovechar al máximo la tierra, los ciclos de siembra y la variedad de cultivos, para cumplir con su encargo de suministrar establemente viandas, granos y hortalizas a los mercados estatales de la capital provincial.

Productor de avanzada

Chapala polo productivo 4El cultivo del tomate empalado requiere de mayores gastos, pero los beneficios son superiores, asegura Jorge Luis Fernández, productor de avanzada en el municipio.

Con las tres fincas de la familia a cargo, Jorge Luis Fernández Omaña, es uno de los productores de avanzada en el municipio de El Salvador.

“Toda el área está en producción de tomate, ajo y cebolla. Las ocho hectáreas del primero de estos renglones las estamos empalando, tecnología que duplica los rendimientos, aumenta la calidad del fruto, así como la resistencia y durabilidad de las plantas.

“Al no estar en el piso la planta de tomate es menos dañada por la humedad del suelo y atacada por las enfermedades; las pérdidas disminuyen, la parición es mayor y los frutos se gozan más saludables”.

Con cuatro años de experiencia en la aplicación de esta variante, Jorgito, como le llaman los allegados, asegura que aunque resulta costosa (compra de palos, alambre, hilo, energía de la fuerza de trabajo…), la tecnología reporta resultados superiores en producción y dinero.

El día de la visita los labriegos habían empalado cuatro ha y apresuraban el paso para terminar las restantes antes del posible inicio de las lluvias, para evitar las pérdidas.

El destacado campesino explicó que en la campaña de siembra de primavera tiene previsto plantar maíz para el consumo humano y la producción de piensos, fundamentalmente, ante la imposibilidad de importar materias primas.

Los destinos de sus producciones son las empresas de Frutas Selectas, Acopio y Semillas.

Antes de la despedida aseguró que en la difícil situación generada por la Covid-19 él y sus trabajadores hacen el esfuerzo por obtener mayores volúmenes de alimentos que es lo que necesita el país, cumpliendo las medidas higiénico sanitarias.

“Yo mismo doy charlas sobre la importancia de usar el nasobuco y salir lo menos posible a la calle, porque del cuidado individual dependen los resultados colectivos del trabajo”, concluye Fernández Omaña.

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