Yarletis Rodríguez Méndez tiene 29 semanas de gestación y como corresponde a su estado, acude a atenderse en el consultorio número 13, del reparto Mártires de Granada, en la ciudad de Guantánamo.
Joven maestra de cuarto grado, en el seminternado Clodomira Acosta, asiste a la cita médica consciente de la importancia del seguimiento a su salud, a pesar del aislamiento social a que estamos convocados.
“Vengo a ver a los especialistas quienes velan por el desarrollo de mi bebé y las condiciones físicas de ambos. Nos exponemos al salir de la casa, pero aquí se toman todas las medidas sanitarias, hay pocas personas, estamos a más de un metro de distancia y antes de entrar hay que lavarse y desinfectarse las manos”, dice mientras señala los pomos con agua jabonosa y cloro que dan la bienvenida al consultorio.
Asegura que sólo sale del hogar por cuestiones imprescindibles, pues quedarse en casa es obligación consigo misma, su pequeño y el país. Es la forma que tiene de corresponder el arduo trabajo de la doctora, la enfermera del consultorio y los estudiantes, quienes a pleno sol andan para proteger de la COVID-19 y otras amenazas a embarazadas, recién nacidos, enfermos crónicos, ancianos…
La lucha desde el consultorio
La doctora Yurisleidis Rodríguez Sánchez es la responsable del consultorio 13 del reparto Mártires de Granada, perteneciente al policlínico 4 de Abril, de San Justo, desde donde asiste a 15 gestantes, 18 lactantes; da seguimiento a diabéticos e hipertensos, y a todos los requeridos de atención médica, en su área, que dispensa unos mil 507 habitantes.
Los consultorios continúan brindando la atención médica en la comunidad.
Como eje central del sistema de salud en las comunidades, el local no se detiene, pero se han tomado medidas para evitar la afluencia innecesaria de personas, entre estas la extensión hasta seis meses de la fecha de vencimiento de las dietas y tarjetones.
Claro que, con la amenaza de epidemia, el trabajo se complejiza más porque deben mantener las prestaciones y realizar a diario las pesquisas. Por suerte, la incorporación de trabajadores del Deporte, Cultura y de los estudiantes de Medicina hacen más llevadera esta faena.
Taima Romero Noa, estudiante de cuarto año de Medicina, es de las más entusiastas y asegura que por ejercer en su área de convivencia no tienen que trasladarse; “conocemos a los pobladores, hay más empatía con ellos, y esto permite que tengan mayor confianza con nosotros para comunicar cualquier malestar que puedan tener”, asegura la joven, quien junto a otros dos estudiantes, de primero y cuarto año de Medicina, visita 29 viviendas cada día.
Los tres andan debidamente protegidos y mantienen la distancia con los moradores durante el habitual interrogatorio. También dan charlas educativas sobre la importancia de no esconder síntomas, cumplir con el aislamiento social, salir sólo lo necesario, lavarse frecuente de las manos…mensajes que ya todos saben de memoria, pero no siempre se cumplen.
“Después de tanto insistir con las medidas higiénico-sanitarias hemos podido ver el cambio, pues nos reciben con los nasobucos bien puestos y no colgados al cuello; en las entradas de los hogares tienen los frascos con agua jabonosa y cloro y ¡hasta colocan notas en las puertas muy cómicas!:
“¿Qué parte de quédate en casa no entendiste? Sé responsable, sólo atendemos a los jóvenes de la pesquisa”.
La estudiante Taima Romero Noa reconoce que la población tiene mayor percepción del riesgo en la actual situación.Las visitas de casa en casa forman parte de la preparación de los futuros galenos, por eso dos profesoras de la Universidad de Ciencias Médicas supervisan el trabajo, llevan el control de los alumnos, la asistencia y puntualidad, hacen el parte de la información diaria, entregan una copia al consultorio y la otra la llevan al policlínico, y así llega al municipio, la provincia y luego al Sistema Nacional de Salud.
Al consultorio están vinculados 18 estudiantes, quienes cada día visitan todas las viviendas y detectan a las personas con infecciones respiratorias agudas en la comunidad para garantizarles el tratamiento oportuno. En estos momentos se observan menos procesos catarrales, ya que al estar aisladas las personas, cuidan más su salud y se exponen menos a otros virus en el ambiente.
Pero la labor de quienes trabajan en el Área de Atención Primaria de Salud para prevenir y enfrentar la propagación de la COVID-19 se realiza mucho antes de diagnosticar los primeros casos positivos en el país.
“En una primera etapa de preparación realizamos charlas educativas con la población y audiencias sanitarias con participación de los líderes de la localidad y las organizaciones de masa, quienes aseguraban la participación. En estos encuentros se aclararon dudas sobre el nuevo coronavirus, los síntomas y las medidas para frenar la propagación”, explica la doctora Rodríguez Sánchez.
Según la líder del consultorio 13 del reparto Mártires de Granada, ahora en la fase de propagación limitada, el trabajo preventivo es cara a cara, por eso la batalla más importante se gana en la pesquisa. Además del seguimiento a los viajeros. Hasta el momento solo cuentan con una ciudadana procedente de Haití, quien cumplió el aislamiento por 14 días en el Hotel Tropical, y ahora continúa el seguimiento por igual período en el área de salud, bajo ingreso domiciliario.
La doctora Yurisleidis Rodríguez tiene la certeza de que con el aislamiento social, la cooperación de todos y la disciplina, en Cuba será otra batalla ganada la pandemia que hoy provoca miles de muertes en el mundo. Mientras tanto ella no descansará, pues bien sabe que ya sea contra este nuevo virus, el dengue, u otra enfermedad, la Atención Primaria de Salud será siempre la barrera para preservar la vida de la comunidad.