Yasser Haber Molina, especialista en Primer Grado en MGI.Para los médicos, salvar vidas es sinónimo común del ejercicio de su profesión, pero en el día a día no siempre se tienen que enfrentar a un enemigo tan altamente contagioso como el nuevo coronavirus Sars-Cov 2, que los pone en la primera línea de combate, donde incluso la propia existencia entra en riesgo.
En estos tiempos, en los que el profesionalismo y el amor por lo que se hace deben unirse y crecer en el personal de la Salud para sortear con éxito los temores y salir adelante con la valentía probada en tantos escenarios precedentes, el cubano Contingente internacional Henry Revee vuelve al centro del combate sanitario mundial, ahora contra la COVID-19.
En un pueblo llamado Crema, en la provincia de Cremona, región italiana de Lombardía, labora actualmente un grupo cubano de 52 profesionales de la Salud -37 médicos y 15 enfermeros repartidos en diferentes especialidades: Medicina General Integral (MGI), Higiene y Epidemiología, Medicina Interna, Medicina Intensiva y Neumología- y un encargado de la logística, integrantes de una de las cerca de 30 brigadas del Contingente que se encuentran diseminadas por el planeta en el enfrentamiento a la pandemia del momento.
El guantanamero Yasser Haber Molina, especialista en Primer Grado en MGI, es uno de los integrantes de ese piquete de valientes que salió de Cuba el 21 de marzo con destino a Italia, nación europea seriamente golpeada por el nuevo coronavirus.
A Yasser la emoción le llena por estos días el pecho y no puede maquillarla ni siquiera con la frialdad de una conversación mantenida por un chat de Internet. Escribe con soltura, claro, y las palabras le salen marcadas con una mezcla de amor, nostalgia y agradecimiento, aunque tiene la premura del poco tiempo entre turnos de guardia y el necesario descanso para la siguiente jornada.
“Es mi primera experiencia en otro país, interactuando con una cultura, idiosincrasia, idioma, costumbres y pensamiento político diferentes; pero todos somos seres humanos con derecho a la vida y a la salud, eso me basta para poner en práctica las enseñanzas de nuestro líder histórico Fidel Castro Ruz, ideas con las que crecí y en las que firmemente creo”, asevera el joven de 33 años.
Una de las cosas que más lo ha sorprendido es encontrar constantes muestras de agradecimientos, empezando por el “mar de aplausos” que abrazó a la Brigada en la terminal dos del Aeropuerto Internacional José Martí, por parte de los trabajadores de la instalación y los italianos que esperaban para abordar el mismo vuelo de la compañía ALITALIA que cubría la ruta Habana-Roma.
“En ese momento sentí el compromiso, no solo con mi país, sino con lo que represento y defiendo, y todo se duplicó en la llegada a Roma y luego a Milán, porque los aplausos que nos despidieron en Cuba nos recibían y acompañaban a cada metro avanzado en tierra italiana, junto con exclamaciones de ¡Gracias, Cuba!, ¡Bravo! y ¡Viva Cuba! Estoy seguro que ninguno de nosotros estaba preparado para tanta emoción.
“Día a día los trabajadores del lugar, así como sus habitantes, comparten sus sentimientos hacia nosotros con muestras diversas de afecto: los saludos constantes y las frases de gratitud que cuelgan en los balcones de muchas casas, en ocasiones acompañados de banderas cubanas e italianas, son solo algunos de ellos”.
“Igualmente, agradezco el apoyo a través de mensajes por las redes sociales, en llamadas, y los aplausos que cada noche nos dedican, a los cuales nos sumamos para reconocer a todo el personal de la Salud en Cuba y el resto del mundo. El mío, en especial, a los guantanameros, a mis colegas del Puesto Médico de Salud Territorial, donde actualmente se aíslan los casos sospechosos de COVID -19, para ellos mi respeto y admiración”, declara Yasser.
De los recuerdos que ya atesora en tierras foráneas se encuentra el agotador viaje de 10 horas hasta Roma, el gentil recibimiento del embajador cubano en aquella nación trasalpina y la llegada a Crema, donde la temperatura era de nueve grados y lo único que pudo decir en las siguientes dos horas tras el arribo fue: “Qué clase de frío”.
Tuvieron poco tiempo para acostumbrarse al cambio de clima y al horario -son seis horas de diferencia- y el día 24 de marzo iniciaron las labores asistenciales enEl médico Yasser Haber en el hospital de campaña destinado a los casos positivos de la COVID-19 en Crema. el hospital de campaña destinado a los casos positivos. Se dividieron en tres turnos de trabajo: de 8:00 am a 2:00 pm, de 2:00 pm a 8:00 pm, y de 8:00 pm a las 8:00 am del día siguiente.
“Son muchas las historias vividas. En lo personal me conmovió la de una señora que perdió a su esposo -con quien estuvo casada por más de 50 años- y a su hijo mayor, ambos víctimas de la nueva y peligrosa enfermedad. Al conversar con ella sobre tales desatinos fue incontrolable mi emoción, la consolé al punto de decirle que me comprometía a ser su hijo cubano, entonces la emoción fue de ella”, confiesa Haber Molina, actualmente residente en La Habana.
Sobre lo que hacen en cada jornada, asegura el galeno que el desayuno, así como el almuerzo y la comida se efectúan en un restaurante muy acogedor, perteneciente a la cadena SODEXO, la cual elabora los alimentos para los trabajadores de instituciones de Salud y Educación de Crema, y la atención es siempre esmerada.
“En el hospital, las medidas de protección son las adecuadas para tratar casos positivos a la COVID-19 -cuenta el doctor, trasladado a atender un hogar de ancianos tras nuestra conversación-. Algunas veces nos rectificamos unos a los otros sobre el uso de los trajes de protección, aunque tenemos la visión crítica de dos especialistas en Higiene y Epidemiología, quienes nos alertan en cada paso a seguir con los pacientes y en el cuidado personal.
“Para comunicarnos con los enfermos y el personal italiano existe la barrera del idioma, pero la bondad, generosidad y empatía con el dolor ajeno tienen un solo lenguaje: el de la solidaridad que, como dijera Fidel, es un sentimiento inherente a los hombres de buena voluntad, y se comprende perfectamente, sobre todo, por los más necesitados”.
Según Yasser, el estar en Crema y ver por lo que ha atravesado Italia debido a la COVID-19, hace que su pensamiento viaje constantemente a su querida ciudad de Guantánamo, donde el escenario con la misma enfermedad es tan distinto, y le sostiene el orgullo de haber nacido y vivido aquí durante más de 30 años.
“A mis coterráneos quiero transmitirles confianza en las medidas tomadas por nuestro Gobierno, que deben ser acompañadas por la disciplina como pueblo, como país, que será el resultado de la percepción de riesgo y elevará nuestra capacidad de autocuidado y responsabilidad personal en el combate contra la pandemia, que tanto mal ha causado en el mundo.
“Aprovecho para darle las gracias a mis padres y a mis hermanos por el apoyo y su ejemplo de disciplina y responsabilidad hacia el trabajo; a mi esposa e hijos les mando mi amor infinito de esposo y padre, son ellos el motivo de despertar y luchar cada día contra este mal.
“Estoy seguro que todos vamos a regresar sanos a la Patria y el porqué es simple, tenemos que contar todo lo vivido”, concluye Yasser, uno de los tantos valientes que llenan de orgullo a la Salud cubana.