
Solo una enfermera se ha vuelto parte imprescindible de su día a día; por ella espera, para que la observe, mida sus signos vitales, arregle la cama, le cambie el vestuario, entregue las medicinas… y conversar; entonces, unas palabras bastan para sanar el alma, para comprender que, sin importar el peligro, todo saldrá bien.
Maritza es el nombre que lleva escrito en el traje protector la sanitaria, eso y los ojos, eran la única pista que tenía Georgina para identificar a su salvadora, y le fueron más que suficientes. Justo el día de recibir el alta clínica, la vio junto al equipo de trabajadores del centro y acudió de inmediato en su búsqueda, debía agradecer de manera especial a esa cubana que le dio las fuerzas para vencer a la COVID-19.
Maritza Fernández Pérez integra la brigada de 101 internacionalistas (95 mujeres y 6 hombres) que viajaron desde la Mayor de las Antillas para apoyar al pueblo de Barbados durante la actual pandemia. Trabajarían en el Centro de Aislamiento de Harrison Point y en la Unidad de Decisión Clínica de ese país y apoyarían en el tratamiento a pacientes hospitalizados y la toma de muestras.
El equipo cubano llegó a la nación caribeña el 5 de abril, en dos vuelos chárteres LIAT. Desde entonces, los "terapeutas respiratorios", como se les describe allá, han contribuido de forma decisiva en la contención del virus, según reconoció el ministro de salud, el teniente coronel Jeffrey Bostic, quien ante los medios de comunicación locales agradeció a la Revolución Cubana por ser símbolo de humanismo para el mundo en estos tiempos difíciles.
Un equipo de fiar
Las enfermeras apoyan el tratamiento y cuidado de pacientes hospitalizados, así como la toma de muestras.Con el arribo de los cubanos a las instituciones barbadenses, la enfermería adoptó un enfoque de equipo, de tal forma que la colaboración de conjunto permitiese satisfacer las necesidades de los aquejados. Divididos en turnos alternos de 12 horas, el personal de la Salud se consagra a diario para reducir vulnerabilidades, y preservar la vida de cuantos le rodean.
La doctora tunera Daymarelis Ortega Rodríguez lidera la Brigada Henry Reeve que hace más de dos meses brida servicios en Barbados. Todo un reto -según explica la especialista consultada a través de Facebook- pues la mayoría del personal no ha tenido misiones anteriores y deben lidiar con la nostalgia de estar lejos de la Patria, la familia y el temor a enfermarse.
“Pero son valientes y guerreras las Marianas de estos tiempos, sobre todo, las 13 guantanameras del equipo, elegantes en sus trajes de protección, que cambian hasta seis veces diarias; bromistas siempre, pero cuando se trata de salvar vidas o aliviar el dolor ajeno hay que contar con ellas, pues asumen las jornadas como una carrera de relevo para cuidar, aliviar y salvar vidas. Me siento orgullosa de cumplir misión con este colectivo en general”, agrega Ortega Rodríguez.
La mayoría trabajan como enfermeras asistenciales en las tres salas preparadas para el coronavirus: Intensiva, para casos graves y críticos; Intermedia, para cuidar aquellos que tengan complicaciones menos severas, y el Área de Aislamiento, para quienes mantienen estado clínico y evolución satisfactoria.
“Todas recibimos un duro entrenamiento por parte de especialistas del Instituto Pedro Kourí para este tipo de circunstancia, pero igual nos enfrentábamos a un patógeno nuevo, por lo que constantemente debíamos estar alertas y dispuestas a aprender en la práctica, especialmente, en el manejo de la tecnología, muy avanzada en relación con la cubana; además, hubo que acostumbrarse a los sofocantes trajes”, subraya la enfermera guantanamera Yumarka Torres Pineda.
Si bien parte de los especialistas en la misión eran bilingües, el idioma (inglés) también dificultó un poco el desenvolvimiento de los brigadistas, quienes se vieron en la obligación de crecerse para cumplir cabalmente con la tarea encomendada.
Así lo confirma Maritza Fernández Pérez, enfermera con 13 años de experiencia, residente en Bayate Arriba, en el municipio de El Salvador. Ella admite que dominar el inglés fue la prioridad de todos, porque en la comunicación con el paciente está la principal técnica para transmitir seguridad y confianza.
“Además, los cubanos somos muy conversadores y nos gusta presentarnos, explicar los procederes, generar empatía con quienes trabajamos; eso también ayuda a curar los malestares”, agrega.
Como en casa
Brigada cubana celebrando, desde Barbados, el Primero de Mayo.Desde la llegada a tierra barbadense, los cubanos recibieron múltiples muestras de cariño y respeto. Expresiones de ¡Viva Cuba!, ¡Gracias, Fidel¡ acompañan cada noche los aplausos del pueblo, que reconoce en ellos el espíritu altruista de la Mayor de las Antillas.
La licenciada en Enfermería, Maily del Toro Terrero, atesora todas las vivencias compartidas en esta primera misión solidaria, en especial, de cuando visitaron el monumento erigido a las víctimas del sabotaje al avión de Barbados.
“Apenas aterrizamos, y sin quitarnos el polvo del camino, nos llevaron a la ciudad de Saint James, hasta el obelisco que recuerda el horrendo crimen. Allí estuvo Fidel Castro varias veces. Conocer ese sitio fue muy emocionante, y más aún ver como la población rinde homenaje perenne a los caídos”, rememora la especialista, natural del municipio de Imías.
Más de 60 días llevan ya en la nación vecina los internacionalistas de este archipiélago, un periodo corto, pero suficiente para construir juntos una amplia red de amigos y compañeros de faena, con quienes compartir fechas tan significativas como el Primero de Mayo y el Día de las Madres, ¡tal es el grado de camaradería alcanzado!
Pero quizás sea la opinión publicada en la web oficial www.barbadostoday.bb del jefe de Servicios de Enfermería del Centro de Aislamiento de Harrison Point, Henderson Pinder, la que mejor resuma el valor otorgado por las autoridades de Salud a la ayuda del personal cubano: “Estamos agradecidos de que los enfermeros trabajen con nosotros, incluso durante largas horas, junto a ellos lograremos contener la propagación de la pandemia”.