Una canción puede acortar las distancias, sanar las heridas, brindar esperanza… y si ese sonido se filtra a través de las múltiples conexiones y enlaces de Internet, entonces la letra y la música inician un viaje sin límites de espacio y tiempo, que convierten la más simple obra en un fenómeno global.
Sin embargo, insertarse en ese entorno hipermedial no es tan fácil, sobre todo, si se carecen de recursos (materiales o no) y se convive con restricciones (derivadas del bloqueo a Cuba, por ejemplo); mas es cierto que en el contexto actual sumarse al ciberespacio, aunque sea de a poco, es imprescindible; de ahí que inventivas como convertir la tradicional Jornada de la Canción Política en un evento online merezcan reconocimiento y estímulo siempre.
La COVID-19 fue el pie forzado; indiscutiblemente, cumplir las medidas sanitarias para evitar rebrotes de la enfermedad obligó a repensar las formas de llevar el arte al público, y la trova no podía quedarse atrás, por eso, del primero al 4 de agosto, el perfil oficial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Guantánamo se transformó en sede central de lo que se conoce como la cita más antigua de la canción protesta joven.
También la página de la AHS nacional (www.ahs.cu) acogió algunas de las actividades, pero el eje fundamental estuvo aquí en el Guaso, donde se compartieron cápsulas audiovisuales como De qué callada manera, mezcla de música y verso, y La ciudad que quiero, en la que los artistas le hablan a la Villa de Guantánamo como regalo por los 150 años.
No menos importantes fueron los posts diarios Te presento a y Fuera de foco, con información biográfica de cantautores y remembranzas de anteriores ediciones del evento, dos iniciativas que deberían mantenerse en función de dar a conocer más y mejor el presente y pasado de la AHS y sus miembros. Plausible, igualmente, la idea de crear un canal de Youtube, pues la Canción Política tiene mucho material visual que puede y debe colarse en la red.
Vale resaltar la intención del comité organizador de mantener pequeños espacios presenciales dedicados al diálogo, en este caso, el panel sobre La presencia de la mujer en la trova, que versó sobre las diferencias entre trovadoras y trovadores, las fuentes de inspiración y la visibilidad de las creaciones; mientras el tema Ciudad tan mía. ¿Tenemos 150 años? suscitó otro debate relacionado con las características, símbolos, influencias y riqueza cultural de Guantánamo, guiado por el historiador José Sánchez Guerra.
La expedición hasta el Estado Mayor de la Brigada de la Frontera, la presentación de libros como Los ombligos del mundo, de Yess Ramírez, y las exposiciones Sara sin ir más lejos, reencuentro con una de las voces femeninas del Movimiento de la Nueva Trova Cubana, y Acordes a color, de la mexicana Berenice Moreno, complementaron el programa de la Jornada, devenida casi un festival para los trovadores y sus seguidores.
Esta 44 edición de la Canción Política, sin duda, fue atípica, pues al mudarse casi totalmente al entorno digital, el alcance se multiplicó, sin embargo, mucho del público local asiduo a las descargas quedó con ganas de sentir más cerca las guitarras de Liuba María Hevia, Nelson Valdés, Marta Campos, Heidi Igualada, Yaima Orozco, Josué Oliva…; por suerte, la transmisión por la TV nacional (Cubavisión y canal Clave) suplió parte de las demandas de los “trovadictos”.
Ahora solo queda pensar y soñar la próxima Jornada, con nuevas experiencias y mayores retos para el 2021.