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Ramiro3Yucas obtenidas por Ramiro, sin emplear productos químicos para fertilizar el suelo ni controlar las plagas.El campesino Ramiro Cobas Durand se enorgullece de los excelentes resultados agroecológicos de su finca La Ofelia, galardonada con la Doble Excelencia por el grupo Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar.

En esa área, de 7,5 hectáreas, perteneciente a la Cooperativa de Crédito y Servicios Mariana Grajales, del Valle de Caujerí, en el municipio de San Antonio del Sur, son notables los beneficios de la agroecología, a pesar de la escasez de agua.

“Aquí esas prácticas están dirigidas, fundamentalmente, a lograr alimentos sanos, libres de productos tóxicos que pondrían en riesgo la salud humana; también a elevar la productividad en los cultivos y la conservación de los recursos naturales bajo parámetros de sustentabilidad”, remarcó el ecologista.

Entre las aplicaciones más recientes, con muy buenos resultados, sobresale el Biochar. El experimento consiste en preparar carbón en forma de espiral (espirólisis), tratado con microorganismos eficientes o materia orgánica antes de ser utilizado.

“Regado en el suelo alrededor de la planta es capaz de asimilar agua en cantidades tres veces superiores a su peso y proveerla luego a esta durante un periodo que puede demorar de 15 a 20 días, en dependencia de la cantidad suministrada”, explicó.

Al decir del dedicado productor, la nueva tecnología, con varios meses en prueba, demuestra gran efectividad por cuanto ayuda a conservar la humedad en tiempos de sequía.

Otras prácticas frecuentes en La Ofelia, que propician la fertilidad y conservación de los suelos, son el policultivo, el uso de barreras vivas, muertas y la cobertura con cultivos para evitar la penetración directa de rayos solares y del agua.

Para lograr sostenibilidad en esas acciones, el campesino cuenta con más de 50 especies de frutas, como establece la metodología de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, entre las que abundan mangos, cocos, aguacates, guayaba, guanábana y anón. También tiene otras raras como albaricoque, árbol del ceso, maracuyá…

Al respecto, el infatigable investigador explicó que la diversidad de cultivos en el mismo espacio le proporciona un amplio abanico de beneficios productivos, nutricionales y ambientales.

En sus campos también utiliza la canavalia, planta multifuncional que, sembrada al lado de los cultivos, “aporta nitrógeno al suelo, sirve como abono verde y barrera contra las malas hierbas; además, si la mueles, puede emplearse como alimento animal”, apuntó.

“La asociación de cultivos facilita la autoprotección entre ellos porque sirven de repelentes para combatir diferentes insectos”, comentó, no obstante, emplea el árbol del Nim en descomposición, con muy buenos resultados, para controlar el Pulgón.

Mostrando un cangre con enormes yucas, dejó claro que no emplea ningún tipo de producto químico para fertilizar el suelo, controlar las plagas y obtener altos rendimientos agrícolas.

“A los cultivos les incorporo desechos de cosechas y hojarascas como materia orgánica, además de compost”, precisó.

La finca, dividida en 11 cuartones por los que rotan los animales, dispone de alimentos para ellos durante todo el año. “Dentro de las áreas dedicadas a frutales, por ejemplo, pastan los ovejos”, dijo.

También tiene poco más de una hectárea para la crianza de cerdos de forma extensiva, donde se mantienen comiendo palmiche, coco, ateje, mango, entre otros frutos.

Enamorado de La Ofelia, por su integralidad y diversidad, el estudioso subrayó que en ella se logra la resiliencia atendiendo a su ventajoso diseño propiciador de un microclima y ambiente favorables que contribuyen a reducir vulnerabilidades frente a los efectos de ciclones, sequía u otros eventos y recuperarse fácilmente.

“En Mathew -ejemplificó- mientras otras fincas quedaron muy devastadas, la manera en que están ubicados los árboles altos y pequeños de esta propició su autoprotección y, finalmente, el daño fue menor.

“Las sinergias creadas aquí entre los elementos que componen el sistema agrícola conducen a una mayor fertilidad del suelo, la regulación natural de las plagas y el incremento de la productividad”, afirmó el experimentado campesino.

El diseño e historial de la finca le permiten a Ramiro conocer la fecha de siembra de cada planta, el tiempo necesario para parir, su ciclo de producción, el comportamiento de su desarrollo en dependencia de las características y condiciones del suelo, entre otros detalles.

Luego de años de estudio y experiencia personal, el incansable campesino recalca que el suelo es la base del cultivo, y de su calidad y buen estado dependen los rendimientos y volúmenes productivos de cualquier área agrícola, razones suficientes para dedicarse a su cuidado y conservación el tiempo necesario.

Por sus conocimientos teóricos y prácticos, Ramiro ha participado en múltiples eventos científicos, entre los que sobresalen el V y VI encuentros internacionales de Agroecología, seminarios de Porcicultura, ferias, talleres…, siempre aportando conocimientos e ideas.

Junto a reconocidos expertos y profesionales integró el grupo designado en Guantánamo para la confección de la guía metodológica para la resiliencia a la sequía.

Atendiendo a sus excelentes condiciones agroecológicas, su finca ha sido escenario de talleres y visitada por científicos y personalidades del país con interés de aportar ideas y recoger las experiencias puestas en práctica en La Ofelia con ánimo de multiplicarlas.

Las experiencias de Ramiro son ejemplo a seguir por otros cooperativistas para lograr sostenibilidad en la producción de alimentos en armonía con el medio ambiente, cuando resulta indispensable recurrir a métodos tradicionales de cultivo, con el empleo de la ciencia y la técnica, para paliar la escasez de fertilizantes y productos químicos que, además, dañan la salud humana y los suelos.