La más guantanamera de las calles de la Villa del Guaso, al decir del Historiador José Sánchez Guerra, es la Mayor General Pedro Agustín Pérez, cuyo trazado recorre los segmentos trascendentes y pintorescos de la sexta urbe con más habitantes en Cuba.
Su bautizo, en 1902, honra al único patriota de la región merecedor del máximo grado del Ejército Libertador Cubano: Mayor General.
Inicialmente fue denominada Calle de Concha, y, contra lo pensado por coterráneos de varias generaciones, dista de figurar entre las primeras trazadas durante el surgimiento del poblado del Saltadero en el primer tercio del siglo XIX.
El popular y contemporáneo reconocimiento es obra y gracia de su excelente ubicación, y numerosos comercios, instituciones, incluidas la culturales; viviendas y plazas erigidos a su vera, responsables de su aire cosmopolita.
En el plano del Saltadero (1834) aparece la vía, con anterioridad a la adquisición del apelativo de aquel cruel gobernador (Concha), y de alcanzar la longitud de 900 metros, inmensa área para aquella época y por la que debió esperar hasta 1833, cuando llegó a anexarse 10 manzanas.
Estas comprendían desde la calle Hospital (hoy Narciso López), al norte, hasta las proximidades del Arroyo Rafart, el cual corre –entubado pero no ultimado-, por debajo de la emblemática Avenida Camilo Cienfuegos, construida por la Revolución.
El miembro de la Academia de Historia de Cuba precisó que “el trazado cuadricular y urbanismo que despliega, al igual que las áreas adyacentes, bebieron de los patrones clásicos europeos.
“Desde sus albores, Guantánamo se definió como una ciudad de calles amplias y rectas, con predominio de la arquitectura tradicional cubana de la colonia, luego mezclada con el eclecticismo”, añadió el también Historiador de la Ciudad.
Citó el entrevistado como los máximos exponentes que quedan de las edificaciones coloniales en Pedro A. Pérez la vivienda de los Colás y la escuela Enrique J. Varona, en el centro histórico urbano.
También manifestó que esa arteria mantuvo en la Tregua Fecunda (1878-1895) una existencia cultural activa, siendo testigo, en el mes de julio, de los Carnavales de Guantánamo, y el 12 de febrero de cada año, escenario de la procesión que encabezaba la efigie de la virgen Santa Catalina de Ricci, patrona de la Villa.
En las noches de concierto en la Plaza del Príncipe (Parque Martí), además de los acordes de la Banda del Batallón Unión, se escucharon por vez primera en estas latitudes las seductoras notas del danzón.
Algunos de los establecimientos más importantes vinculados a la vida cultural y educativa de esos dominios, se levantaron en las proximidades de esta arteria, entre ellos la Galería Baxarios, donde -además de brindar servicios fotográficos- se exhibían fotos, pinturas y esculturas.
Se conoció también como “la calle de los periódicos”, por cuanto acogió en diferentes épocas oficinas y talleres del Diario del Comercio y de La Voz del Pueblo, entre cuyos reportes figuran el desfile que frente a esos inmuebles protagonizaron las fuerzas mambisas el 9 de octubre de 1898, tras la claudicación española en la denominada Guerra Hispano-cubano-norteamericana.
En épocas más recientes, en una de sus aceras, radicó en la pasada década de los 80, la imprenta donde por un lapso no muy breve se imprimió el semanario Venceremos, actualmente órgano oficial del Comité provincial del Partido.
A su vera, en la cuadra en que se cruza con las calles Crombet y Aguilera, se viste de gala el Parque José Martí, que junto al monumento al Apóstol, atesora una estatua del patriota a quien se encomendó la protección del primero, a su paso por estas tierras, en abril de 1895.
Conocido como antigua Plaza de Armas, ese espacio donde los guantanameros suelen acudir al atardecer, viste sus mejores galas para recibir el venidero primero de diciembre, el aniversario 150 del otorgamiento del título de Villa a Guantánamo.