Jorge Luis Herrera promete superar lo acopiado en la contienda pasada.El café empieza a madurar en campos de Limonar de Monte Ruz, en el municipio de El Salvador, y hace asomar la alegría en los rostros de los productores que en algunos lugares recogen los primeros granos o se alistan para hacerlo.
“Siempre añoramos la llegada de esta fecha, pues de los resultados de la cosecha dependen, además de los ingresos familiares, el aporte al consumo de la población y la exportación”, comentó Jorge Luis Herrera Matos, destacado socio de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Luis Antonio Carbó.
“Por ello hay que acopiar hasta el cerezo goteado y entregarlo todo con calidad”, subrayó el campesino cuyo renovado cafetal de 2.8 hectáreas (ha) sobresale por sus excelentes condiciones entre las más de 26 dedicadas además a ganadería y cultivos varios.
En la zafra anterior, primera después de la mejoría de los campos, Jorge Luis recolectó 300 latas y en la presente debe conseguir una cantidad superior, porque, según él, la parición de las plantas es mayor, al igual que la calidad del grano.
Desde la altura del valle, donde está enclavada su finca, muestra las áreas dedicadas a las reses, carneros y la nave con 300 cerdos de su más reciente convenio porcino, actividad en la que incursiona desde hace cinco años.
La Luis A. Carbó, con 39 caficultores, es de las siete formas productivas enclavadas en el Consejo Popular dedicadas, fundamentalmente, al cultivo del grano, principal renglón económico de la zona.
De esa realidad son conscientes los integrantes de la junta administrativa, quienes estimulan la producción cafetalera hasta en los patios familiares.
El ejemplo más ilustrativo es el del profesor de Física, Juan Martínez Eleno, con una parcela de media hectárea en excelentes condiciones.
“Durante mucho tiempo mi área estuvo ocupada por maíz, frijol y viandas, pero al darse la prioridad a la recuperación cafetalera, mediante el intercalamiento dediqué mayor espacio al importante cultivo, sin renunciar a la producción alimentos”.
En su primera recogida, el año pasado, Juan obtuvo 30 latas del cerezo y en la presente prometió duplicar esa cifra.
“No es mucho, pero con el poquito de cada uno de nosotros, la CCS cumple sus planes y crecen las exportaciones, tan necesarias en los momentos actuales, y mejora la economía del país”, opinó este hombre de 62 años de edad.
Juan atiente el patio en su tiempo libre, con ayuda del hermano y amigos, sin afectar su tarea principal: impartir clases, sábados y domingos, y atender diferenciadamente a jóvenes y adultos del Plan Turquino, en la subsede de la Facultad Celia Sánchez Manduley, ubicada en Bayate.
Dentro del cafetal tiene plátano burro y fruta, aguacate, guayaba, naranja, mandarina, coco, zapote y frijol caballero, a la vez que impulsa la crianza de cerdos y aves.
En sus más de 92 hectáreas dedicadas al cultivo de la cereza, la cooperativa debe alcanzar en la presente cosecha cerca de 200 toneladas (t), lo que representaría un cinco por ciento de crecimiento respecto a la pasada campaña.
Yasmany Palacio Gómez, presidente de la junta directiva de la CCS, informó el 9 de septiembre (día de nuestra visita a Limonar) que, debido a la maduración tardía, el volumen de café acumulado era discreto todavía, pero con el pico pronosticado para mediados de este mes, tendrían que agilizar las manos para conseguir gran cantidad de granos.Por otro lado, explicó que el Programa de desarrollo cafetalero de la CCS prevé la siembra este año de 11 hectáreas y 150 hasta el 2030, lo que debe permitir incrementar la producción, sus aportes para la exportación y fortalecer su economía.
El cooperativista Juan Martínez Eleno aunque sembró la mayor parte de su área de café, no renuncia a la producción alimentos.
Para viabilizar el cumplimiento de esos propósitos, la CCS será beneficiada por los proyectos FIDA y Apocoop, con sendos sistemas de riego por goteo, una despulpadora ecológica, un vivero tecnificado para 60 mil posturas y una minindustria procesadora de frutas y vegetales.
Producir de todo
Además de café, la cooperativa dispone de más de 18 ha dedicadas a la producción de alimentos para contribuir al Programa de Autoabastecimiento Municipal.
De acuerdo con el presidente de la junta directiva, la CCS tiene áreas sembradas de plátano vianda, burro y fruta, yuca y boniato…, dos convenios porcinos e impulsa la crianza de cerdos y aves criollos. También dispone de dos naves para la ceba de pollos y la producción de huevos.
El directivo aseguró que la mayoría de los alimentos producidos por la cooperativa son comercializados en el punto de venta de la comunidad y contratados con la Empresa de Acopio.
“Sin embargo, lo alcanzado está lejos de la demanda de los pobladores y del Programa”, apuntó Arnoldo Samón Ramírez, presidente del Consejo Popular de Limonar, quien insistió en diversificar los cultivos e incrementar la producción, sobre todo de hortalizas y granos para cumplir con las cifras comprometidas.
Esa es tarea pendiente para la junta directiva y los 76 socios de la Luis A. Carbó, cuyos cooperativistas realizaron aportes de viandas, fundamentalmente, a centros hospitalarios del municipio de El Salvador durante críticos momentos de la COVID-19.
Ese fue nuestro grano de arena en la lucha contra la mortal pandemia que ha quitado la vida a más de un centenar de cubanos. “Lo hicimos por amor y con la humildad que caracteriza al campesinado cubano y estamos dispuestos a repetirlo si el país nuevamente lo necesitara en el actual o en otros complejos escenarios”, remarcó el presidente de la CCS.
De acuerdo con el administrativo, la cooperativa, que anualmente ingresa más de un millón 300 mil pesos, es rentable y tiene solvencia económica para cubrir sus gastos y paga en tiempo a los productores y proveedores.
El año pasado esa entidad repartió una modesta ganancia entre sus socios, un estímulo para seguir trabajando en dos frentes de inestimable valor para el país: la producción de café para la exportación y de alimentos para el consumo de la población en medio de la crisis mundial generada por el nuevo coronavirus.
La CCS cuenta con dos convenios porcinos, pero fortalece el módulo pecuario con la incorporación de especies criollas para el autoabastecimiento de la comunidad.