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Chef SantiChef Santiago Mustelier Zamora.Desde Francia, un guantanamero pone sabor a las redes sociales. Aprovechando el periodo de confinamiento social obligado por la COVID-19 Santiago Mustelier comparte sus delicias, vía Facebook, combinando instintivamente ingredientes de la más refinada cultura culinaria europea con sencillos y jugosos productos típicos de la Mayor de Las Antillas.

“Mi mayor placer ha sido cocinar, por eso decidí compartir parte de los conocimientos y experiencias que he adquirido como jefe de cocina residente en París; así creé Las Delicias del Chef Santi, una página que intenta tocar los corazones del planeta mediante platillos (simples o complejos) hechos desde la seguridad del hogar”, apunta el chef en entrevista para Venceremos a través de las redes sociales.

“Cuando empecé esta idea, pensé solo una cosa, llamar la atención de los internautas e incitarlos a probar, a inventar mis platos, y creo que he logrado el cometido, pues más de 14 mil personas siguen el sitio, que tiene unos seis meses de creado”, significa Santiago, quien con orgullo agradece especialmente al Guaso, la ciudad donde inició el camino como maestro culinario.

L´entrée (primer plato)

Santiago es de Santa Catalina, así lo dice donde quiera que le preguntan “¡allá en Guantánamo, Cuba! Soy hijo de Pedro y Ener María, con nueve hermanos que quiero y adoro con la vida”, escribe mientras dialogamos a través de Messenger, pues actualmente radica de forma permanente en territorio galo.

“Me crié en Los Cocos de Confluentes, y como todos los niños de mi época disfruté de los deportes, las fiestas, los amores, incluso estuve en un grupo músico-danzario de rumba y estilo afro-cubano y estudié bailes tradicionales en la escuela del maestro Ernesto Llewellyn, director del Ballet Folklórico Babul”, rememora el entrevistado, mientras me envía un video bailando música latina (más bien cubana) en un club de allá.

La pasión por la cocina, sin embargo, también le llegó desde temprano, a los siete años, motivado por la madre, a quien ayudaba cada vez que tocaba preparar el plato favorito de su niñez: el pudín de boniato.

“En el año 2003 empecé a estudiar el arte de la cocina, empíricamente, pero luego matriculé en la Escuela Culinaria de Guantánamo, donde aprendí elementos básicos en la elaboración de alimentos, aunque confieso que era algo rústico entonces, aún desconocía de estética, de colocación y decore de platos… pero sí estaba convencido que hacía lo que me gustaba.

“Hice prácticas en el restaurante del edificio 18 plantas, en el Hotel Guantánamo, luego trabajé en Ómnibus Escolares por alrededor de un año… sobre todo me dediqué a la gastronomía criolla, que me ayudó mucho a desarrollar y entender los gustos del consumidor. Además, me enseñó a trabajar en equipo y me formó el carácter imprescindible para ofrecer un gran servicio.

“Todo lo que aprendí en Cuba me fue de gran utilidad en 2010 cuando arribé a territorio francés, donde se mide mucho la profesionalidad y autenticidad de los cocineros. En mi verde caimán me forjé el espíritu y en el viejo continente tomé un molde más refinado y de lujo, pero jamás dejé de ser y defender lo cubano”, agrega y me muestra fotos de los cursos recibidos que lo avalan como maestro de cocina en hoteles, centros benéficos y restaurantes parisinos.

Platos de chef santiMuestra de platos elaborados por el cocinero guantanameroLa France (Francia): plato fuerte

Santiago no es de esos chef de películas, que solo se dedican a preparar platos exquisitos de una belleza cautivadora; él lo mismo hace un sencillo flan, que el pescado Dorado Royal con Marinada Marroquí, como muestra del amplio caudal de recetas que se ha dedicado a cultivar.

“He viajado por varias naciones y pueblos del viejo continente, aprendiendo de sus costumbres, productos, destrezas, secretos con siglos de antigüedad que me permiten asumir el oficio de cocinero como un arte, que además de habilidad demanda capacidad de ser autónomo, creativo para resolver problemas que se presentan en el proceso de producción y con los comensales.

“Valoro mucho la belleza de lo que hago. Los franceses me enseñaron que primero hay que sorprender con una buena presentación, luego está la prueba más difícil que es satisfacer el paladar. Por mi parte añado que se puede ser muy diestro y conocedor de la técnica, pero si no se hacen las cosas con amor, ahí fallamos, el mejor condimento es la pasión, esa sí pone el gusto a lo que se crea.

“Los más difícil para mí ha sido la cocina Gourmet, no porque sea imposible de dominar, sino porque tiene reglas muy estrictas, y más exigentes aún son los que consumen dichas elaboraciones. Pero sinceramente hasta ahí yo cuelo mi sabroso sazón cubano, porque de nada vale copiar recetas por copiar, el buen chef debe ser capaz de crear texturas y aromas únicos para que comer sea una experiencia placentera, digna de recordar toda la vida”.

“De hecho acá he cocinado platos a mis clientes que pudieran considerarse menores e insignificantes, pero cómo gustan: pudín de pan viejo, pescado con leche de coco, potaje de frijol (ellos le dicen sopa de frijol, porque acá se consumen enlatados no en crema), batido de zapote (lo máximo)…

La vie (vida) en la cocina

Santiago Mustelier, lleva diez años cocinando para distintos consumidores europeos, asiáticos, africanos, latinos… sin embargo afirma que la prueba de fuego siempre está en casa; porque después de innovar tanto en el trabajo, no se puede llegar al hogar y hacer una cena simple y sin vida.

“Mi morada y mi cocina son como otro restaurante: tengo cacao, té, azúcar, arroz, especies, café, cereales, cárnicos, harina, frutas, vegetales… de esa forma si decido hacer cualquiera de mis delicias, sé que nada faltará y trato de mantener mi propia reserva de víveres. Quizás por eso me ha sido tan fácil iniciar mi página de Facebook, porque al final lo que hago es compartir mi vida diaria, que transcurre ahora casi por completo entre cuatro paredes”, afirma.

Las Delicias del Chef Santi ya ronda los 15 mil seguidores y los 9 mil me gusta, el alcance diario de las publicaciones siempre supera las mil personas, sin embargo Santiago Mustelier aún quiere más, sueña con impartir cursos para mostrar técnicas de cuidado y conservación de alimentos, repostería, atención al cliente, organización… desea socializar sus sapiencias y desde las redes ponerle un sabor distintivo, el de un guantanamero que cocina para el mundo.