El aguacate cimarrón (Dendrocereus nudiflorus), una de las plantas endémicas más amenazadas de Cuba, duplicó entre los años 2018 y 2020 su población en la Reserva Ecológica Hatibonico, un área protegida localizada al Oeste de la bahía de Guantánamo.
Especialistas y técnicos de la Unidad provincial de Servicios Ambientales (Upsa) Alejandro de Humboldt contabilizaron hace dos años 80 nuevos individuos y, al cierre del 2020, la población total se incrementó a 170, de ellos 89 adultos.
Como fruto de un programa de manejo y conservación impulsado por la Upsa, en el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), de Santiago de Cuba, se obtuvieron con métodos biotecnológicos 110 posturas, de las cuales sobrevivieron 33.
Con empleo del método asexual (esquejes) se lograron decenas de nuevos ejemplares y se introdujeron otras técnicas para acelerar la germinación del Dendrocereus nudiflorus, un cactus con gran porte y tronco leñoso que puede vivir más de 500 años.
El aguacate cimarrón es muy susceptible a los cambios en su hábitat, de ahí la necesidad de multiplicar esfuerzos con vistas a su conservación, elemento imprescindible para el mantenimiento de la viabilidad de sus poblaciones.
También conocido como flor de copa, esa planta produce los frutos más grandes de su especie, muy parecidos a los del árbol conocido popularmente como aguacate (Persea americana), los cuales adoptan una intensa coloración verde cuando están completamente maduros.
La actividad turística, carbonera, y la acción depredadora de grillos y hormigas amenazan su entorno en la Reserva Ecológica Hatibonico.