Alfredo reconoce cuando su madre lo llama y puede acudir hacia ella, quien complementa la comunicación a través de señas sobre las manos de él. Los sonidos comenzaron a ser parte de la vida de Alfredo Olivares Leyva. Escuchar era para él un regalo de la ciencia, cuando en 2005 se convertía en el primer guantanamero beneficiado por el Programa Nacional de Implante Coclear. Superaba las limitaciones de su condición de sordo ciego, con una experiencia sensitiva que le ofrecía placeres desconocidos.
Betsy Leyva Durán, su madre, se emociona al recordar ese momento, cuando luego de activado el dispositivo, el hijo descubría las voces de un mundo, que hasta entonces había sido mudo para él. A pesar de que fue implantado a los 14 años, por lo que hoy no comprende totalmente el lenguaje verbal, escuchar marcó diferencias en su cotidianidad.
“Antes de la cirugía era más hiperactivo, ahora cuando camina por casa y hay un obstáculo en su camino, le advierto mencionando con énfasis su nombre, y élLa creatividad de Alfredo para las manualidades sorprende a muchos. reacciona. También reconoce cuando lo llamo porque necesito algo y acude hacia mí. Disfruta oír música, sobre todo, las que son de ritmo muy movido, y baila”, explica Leyva Durán.
Acude Betsy a una de las manos de Alfredo y las emplea como soporte para, mediante el tacto, dejarle los códigos con los cuales completa el lenguaje de los diálogos. Le advierte que el equipo de Venceremos está en casa, también toca de forma singular el rostro del joven.
Se entienden a través de esa especie de magia entre ellos. Él nos revela que le gustan los potajes y la carne de cerdo. El flash de la cámara se lleva la complicidad de la conversación.
A Belkis Batista Rodríguez, especialista de Primer Grado en Logopedia y Foniatría, encargada de la rehabilitación luego de la cirugía para implantar el dispositivo, le satisface ser testigo de los avances del paciente. Confirma que el guantanamero llegó a la última fase de ese proceso, lo que implica el reconocimiento de las voces y sonidos del medio ambiente.
“Yo lo he encontrado en una guagua y cuando he dicho su nombre, él enseguida, a pesar del ruido en el entorno, sabe quién soy, logra decir mi nombre. También, cuando llamo por teléfono a su casa y él lo coge, me identifica, articula expresiones con las cuales avisa a su mamá que soy yo”, explica Batista Rodríguez.
Sobre una mesa de la casa, Alfredo despliega la colección de manualidades que realiza. La exquisitez de detalles de una guagua, una casa y los muebles, un triciclo, un bicitaxi... se revelan como capacidades creativas desarrolladas por él que desafían la invidencia y concentran en su mente y manos lecciones de su paso por la escuela 14 de Junio.
La experiencia y la imaginación se conjugan, dan forma a objetos que solo ha podido palpar, medios de transporte sobre los que ha podido viajar, pero cuya imagen únicamente puede idealizar y recrear mediante cada obra que nos muestra.
El respaldo
A través del Programa Nacional de Implante Coclear la ciencia ha roto los silencios en la vida de 14 guantanameros. Tras esa proeza está el trabajo de un equipo multidisciplinario que examina cada paciente para determinar la viabilidad del procedimiento quirúrgico.
La doctora Ruby Hernández Jardínes argumenta que, pese a las dificultades económicas, el país invierte cuantiosos recursos en el Programa.Se trata de una cirugía que se realiza en la capital del país. A través de esta el dispositivo electrónico o estimulador se coloca bajo la piel, detrás del oído, y el haz de electrodos se sitúa en la cóclea, dentro del oído interno. Previo a ese momento se mueven muchas manos y conocimientos a favor de las personas:
“En Guantánamo realizamos los estudios audiológicos que nos permitan saber el nivel auditivo, para determinar la necesidad del implante. En La Habana se hacen los exámenes imagenológicos que confirman si el paciente está listo para el proceder”, detalla la doctora Ruby Hernández, especialista en Otorrinolaringología y responsable del Programa de Implante Coclear en la provincia.
La cirugía mediante la cual se hace el implante puede costar de 30 mil a 60 mil dólares, en dependencia del país donde se haga. Cuba la asegura de manera gratuita y garantiza, además, rehabilitar al paciente para favorecer el desarrollo de habilidades comunicativas, que es el principal objetivo del proceso. Esto último, explica la especialista, no ocurre igual en otras naciones.
A más de una década de iniciado el Programa, en Guantánamo hoy se fortalece con una pesquisa universal que persigue la detección y atención temprana de afecciones auditivas. Esto es esencial, pues la implantación antes de los tres años ofrece al individuo mayores posibilidades en materia comunicacional.
También la creación del Centro Provincial de Audición, ubicado en avenida Camilo Cienfuegos entre Beneficencia y San Lino, favorece el diagnóstico y rehabilitación de los pacientes con equipamiento especializado, así como la capacitación del personal de Salud que interviene en dichas labores.
De esa evolución tecnológica sabe bien Belkis Batista Rodríguez, quien durante años estuvo entrenada en imitar sonidos de animales, pero ya hoy dispone de un equipo para reproducirlos, lo que reconoce como gran ayuda en el trabajo.
A las anteriores fortalezas se añade la creación de un salón en la 14 de Junio, donde también los especialistas de Salud preparan a profesores del sistema de Enseñanza Especial para el trabajo con niños con afecciones auditivas, y el tratamiento diferenciado a esos casos, sobre todo, previo al implante.
Por el costo y la demanda de recursos, el Programa está a la altura de naciones del primer mundo, y se aplica en un país como Cuba, a pesar de las dificultades“La rehabilitación luego del implante es esencial para lograr el desarrollo de habilidades comunicativas”, afirma Belkis Batista Rodríguez. económicas. Así lo señala la doctora Ruby Hernández y agrega que ello demuestra el interés gubernamental por la salud de la población, lo cual también se ha enfrentado a los efectos del bloqueo genocida impuesto por el Gobierno de Estados Unidos.
“El implante necesita de aditamentos como baterías, cables, antena... esos son elementos que hay que gestionar por terceros países, ello encarece su adquisición”, añade la especialista.
Por la provincia están dispersas las historias de satisfacción. A la de Alfredo, se suman otras como la de la adolescente yaterana Dianelis Terrero, quien hoy conoce los sonidos de la vida y comprende el lenguaje oral. Los especialistas guantanameros hablan de todos ellos como eternos pacientes suyos, por el acompañamiento que le brindan a pesar del paso del tiempo.
Es esencial la observación en la familia y la escuela para advertir desde edades tempranas cualquier problema auditivo, pues en ocasiones las señales de ello no son bien comprendidas tanto por padres como por educadores, y el diagnóstico puntual garantiza una actuación más rápida a favor del desarrollo cognitivo y de la comunicación.
Desde que comenzó en 2005 por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el Programa Nacional de Implante Coclear le arrancó la compañía del silencio a más de 500 cubanos. Ese noble gesto hoy cosecha las sonrisas, el goce y el agradecimiento de quienes escuchan al mundo hablarle al oído por el atrevimiento de la ciencia.