Aunque en los primeros días del mes en curso los pluviómetros registran láminas de lluvias superiores a la media histórica del mes, estas no ocurrieron sobre las cuencas de los ríos tributarios de los principales embalses de Guantánamo, los cuales siguen en franco descenso.
El Puesto de Mando de la Dirección provincial de Recursos Hidráulicos refleja que las presas guardan solo 146 millones de metros cúbicos (m3), para un precario 42 por ciento de llenado, desproporcionado con el augurio para los 34 primeros días del período más lluvioso.
Son mayo y junio secularmente, junto a octubre, los meses más pródigos en humedad para un territorio que atesora la única zona tropical lluviosa (la parte más oriental del macizo montañoso Sagua-Baracoa) y el único semidesierto cubano, el litoral costero suroriental.
En la primera brillan por su ausencia las presas para acoger masas de 3 mil milímetros (mm) anuales que descienden en esas serranías y van a dar a la mar y, en el segundo, extendido entre Caimanera y Maisí, caen menos de 600 mm y la evapotranspiración es proverbial. Tal incongruencia climática se refleja en el vaso de la mayor represa de la provincia: La Yaya, diseñada para acoger 160 millones de m3 de una sola vez, y hoy acumula solo 87 millones de m3.
Su ubicación en medio del seco valle de Guantánamo y dependiente del río Guantánamo, que nace en la vecina provincia de Santiago de Cuba, dificulta el llenado total o más ventajoso del reservorio.
De La Yaya depende una extensa área productora de alimentos (incluidos granos) y parte de la población del sur de la sexta urbe más poblada del país, la cual recibe su contenido a través de la derivadora Guanta.
El resto del suministro al municipio, donde reside el 42 por ciento de los guantanameros, proviene de la presa Faustino Pérez, actualmente al 52 por ciento de su capacidad, y enclavada en el municipio de Manuel Tames.
Los 13 millones de m3 en posesión de ese embalse postergan por una pocas semanas la amenaza del alargamiento de los ciclos de distribución del agua a la ciudad capital.
El ingeniero Raúl Sayú Pons, director municipal de Acueducto y Alcantarillado, precisó que en medio del agotamiento de fuentes la institución no cesa de buscar soluciones: rescatan conductoras y estaciones de bombeo, trasvases y se apela a la experiencia de la comunidad hidráulica guantanamera, en tanto se recupere la cuenca Guantánamo-Guaso.