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revista GtmoLa revista supera los 2 mil 500 artículos publicados, en su mayoría originales, y siempre sobre los problemas de salud más relevantes del territorio, Cuba y el mundo. Treinta años después, la Revista Información Científica (RIC) -órgano oficial de comunicación científica de la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo, de carácter bimestral- celebra su pasado y su presente, y pone miras en el futuro.

Razones tiene para hacerlo. Del principio, atesora la vocación fundacional de la ya fallecida Lérida de La Caridad de la Torre (Pucha), a cuyo intelecto, ganas y trabajo de hormiga oficiosa e insistente, se agradece el nacimiento de ese órgano, en 1991, entonces impreso.

Mucho ha pasado desde aquel momento. El primer gran cambio llegó en 1994, con la salida de la revista en formato electrónico, “movidos por los nuevos tiempos, pero sobre todo, como alternativa ante las carencias que impuso el período especial”, señala Lee Yang Díaz Chieng, editor principal.

Luego, en 2014, la webmaster Karelis Mesa implementó “el sistema automatizado de publicación en línea, que permitió digitalizar el proceso de gestión editorial, desde la entrega de los trabajos, la revisión por pares a doble ciegas (escrutinio de dos expertos que no conocen al autor y viceversa), la edición, la maquetación y, finalmente, la publicación”.

Otro momento importante para la RIC llegó tres años después. “La migración de la plataforma a los servidores de Infomed incrementó sustancialmente las citas en Google Académico -el mayor gestor de citas científicas de Internet-, lo cual se tradujo en mayor visibilidad y posicionamiento”, reconoce.

En agosto del 2018, prosigue Díaz Chieng, “se declara oficialmente el acceso abierto de la publicación, lo cual significa que el lector puede revisar el contenido de los artículos de inmediato, sin inicio de sesión, hacer comentarios, descargar los contenidos, citarlos siempre que sea apropiadamente. Se sigue el principio de que el acceso gratuito y libre a las investigaciones ayuda a un mayor intercambio global”.

Dos meses después, “la RIC logra incluirse en la base de datos SciElo, la biblioteca electrónica científica en línea más grande de Latinoamérica, con más de mil revistas de acceso abierto de 12 países, como Brasil, México, Colombia, Ecuador y Perú”.

Pero más allá de la forma, la idea funcional se mantiene intacta, velada como fina lumbre por los cientos de autores, editores, correctores, diseñadores, webmásteres y directores que integran su historia: ser un portal de la ciencia que se genera en la Universidad y en el campo médico de Guantánamo, hacia el mundo.

En buenas manos

Donde se gesta la RIC se habla en término de “nosotros”: expresión de un colectivo editorial de media docena de personas bien llevadas y con deberes definidos que María del Rosario Parra, directora del Centro provincial de Información, a la cual se adscribe la publicación, ha visto crecer y desarrollarse durante los últimos años.

“La RIC es el espejo de la ciencia que se produce en nuestra comunidad científica, y ha servido a muchos de nuestros profesionales en la ruta para convertirse enLee Yang Díaz ChiengDíaz Chieng: “Somos una publicación en movimiento, que busca la excelencia, algo que nos viene en la sangre, desde fundadores como Pucha y José Brauet del Pino (Pepito)”. Doctores en Ciencias, Máster, y otras especialidades y categorías docentes”, amplía.

Un trabajo “de todos” que, precisa, le ha valido ser reconocida por la Academia de Ciencias de Cuba, entre otros lauros, e incluirse “entre las primeras revistas científicas de su tipo en el país”.

Desde hace varios años, la Doctora María Agustina Favier, especialista de I y II Grados en Medicina General Integral, forma parte de ese “nosotros”, como la autora más citada de la RIC en estos momentos, con su artículo Factores de riesgos y consecuencias del embarazo en la adolescencia.

“El rigor, admite la autora de casi 30 artículos que forman parte del patrimonio de la RIC, es muy alto. La insistencia por la calidad está en todo momento de la revisión, que realizan, además, expertos y árbitros con un gran nivel de conocimiento, ética y exigencia...

Ser publicado por la RIC “es un honor que hay que ganarse, no solo por su importancia académica, también por el reconocimiento que goza entre la comunidad de la Salud del territorio”, reconoce la también profesora auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas.

Hilda Lidia Iznaga, en el Centro desde 1983, y recibida por Pucha, entonces jefa del Departamento Técnico, vuelve al pasado y opina: “Ella alimentó la RIC con todo su conocimiento, su responsabilidad, su capacidad de trabajo, su empeño porque todos hicieran bien su trabajo, y su visión de formar a quienes llegamos nuevos.

“Es una fuerza que sigue viva en nosotros, en el crecimiento de la revista, que ha sido fabuloso, porque ya no somos un ente provincial, ni siquiera nacional, porque recibimos trabajos de España, Perú...”, señala.

Y continúa. “Pero lo más importante, resume Iznaga, es que siempre hemos estado al día. Hemos publicado lo mejor de las técnicas quirúrgicas, como las intervenciones del páncreas propuestas por el doctor Ángel Píriz Momblant, y tuvimos la primera referencia sobre las investigaciones de Misael Bordier sobre los efectos antitumorales de la toxina del alacrán Rhopalurus junceus.

rIC GtmoAsí es, hasta ahora. De hecho, el pasado primero de marzo, la RIC presentó su segundo número del año y el volumen 100, con más de una docena de artículos -la mayoría originales-, varios de los cuales se centran en diferentes aspectos relacionados con la pandemia de la COVID-19.

Hace apenas unas semanas, RIC informaba a sus lectores el nombramiento del Doctor en Ciencias Rogelio Creagh Bandera, especialista de II Grado en Medicina Interna y Cuidados Intensivos y Emergencias, como director: la inclusión más nueva del “nosotros”, aunque en realidad, no tan nueva.

“He publicado y colaborado con la RIC, y tengo la mejor impresión de las personas que la han integrado a través del tiempo, empezando por Pucha. Entre todos han logrado el posicionamiento actual, aunque la idea es seguir ampliando la visualización nacional e internacional.

“Creemos, asimismo, que es necesario dar más protagonismo a los editores, y al proceso de edición en sí, que sea público en todas sus etapas, para ganar en transparencia y comprometimiento de las partes...”, precisa.

El doctor Creagh es claro: “Hay que fomentar el incremento de las técnicas de procesamiento de datos, porque las estadísticas ayudan a comprender los procesos de una forma más amplia, mejorar la metodología y buscar que los autores profundicen en las problemáticas con un enfoque causal”.

La calidad es la mira. Así fue, así es, así será.