A pesar de las lluvias de los últimos días, los principales embalses de Guantánamo mantienen una tendencia a la disminución de sus reservas, debido a la reducción de las precipitaciones y su mala distribución, tanto espacial como temporalmente, como consecuencia del cambio climático.
Para mediados de semana, las presas solo retenían el 42.12 por ciento de los 347,5 millones de metros cúbicos que pueden almacenar, un número inferior a lo embalsado en igual etapa del año anterior, lo que sugiere que las entradas de agua no compensan las entregas a la población y las actividades agrícolas, fundamentalmente.
La Yaya (55 por ciento) y Faustino Pérez (51 por ciento) –vitales para el abasto a la población de la ciudad de Guantánamo y, en el caso de la primera, también el riego en el valle homónimo- son las de mejor situación; sobre todo la primera en tanto su vaso puede acumular hasta 160 millones de metros cúbicos de agua.
Más comprometidas, la sanantoniense Pozo Azul (21 por ciento), lo que de mantenerse podría comprometer el abasto a los asentamientos humanos y el riego en las zonas hortícolas del Valle de Caujerí, y Jaibo (24 por ciento), que aporta al esquema de distribución de la urbe capital, la sexta más poblada del país.
El comportamiento de los embalses tiene relación directa con la disminución del régimen de precipitaciones que afecta a Cuba en los últimos años, como ocurre en este junio que se encuentra dentro del llamado periodo lluvioso, a pesar de que solo se han precipitado 38.7 milímetros (mm), de una media histórica para la etapa de 122.7 mm.