Ricardo Cereijo Abad, mecánico de la Empresa Cárnica, es uno de los más activos innovadores en la salvación de los equipos del lugar.Ricardo Cereijo Abad camina entre los restos de antiguos equipos que formaban parte del proceso productivo de la Empresa Cárnica de Guantánamo. Él conoce el valor de alargar la vida de la tecnología allí. Los efectos del bloqueo económico comercial y financiero, impuesto por el Gobierno estadounidense a Cuba, retan habitualmente la inteligencia suya como mecánico para buscar salvaciones alternativas.
Desde la empresa no sale todo el volumen y la variedad de productos que quisiera la población, pero incluso cumplir con los compromisos de alimentos de la canasta básica, las dietas para enfermos y algo más, es una tarea llena de desafíos. Entre el déficit de materia prima y máquinas castigadas por el peso de los años, el ingenio mueve gran parte de la producción.
“La mayoría de los problemas tecnológicos están en los motores de los equipos, y falta de aditamentos para los sistemas eléctricos, por lo que tenemos que realizarles a veces adaptaciones de otras piezas en caso de roturas”, lo dice Cereijo Abad, mientras ajusta una máquina embutidora, la cual llegó en la década del 90 sin ninguno de sus componentes internos y allí la inventiva la dotó de los elementos para aprovecharla.
Experiencias así son comunes en la industria alimentaria guantanamera, imposible de escapar a los efectos de la asfixiante política estadounidense con que se castiga a Cuba.
A quien le parezca que el bloqueo es una mera justificación gubernamental, desconoce que, por ejemplo, la Mayor de las Antillas no puede acceder a productos que contengan más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses (materias primas, piezas, partes, software, propiedad intelectual).
Carlos Fernández de Cossío, director general para Estados Unidos (EE.UU.) del Ministerio de Relaciones Exteriores, en una publicación del sitio digital Cubadebate, reconocía que en una economía tan globalizada como la actual es muy difícil encontrar productos que no tengan hasta un 10 por ciento de fabricación estadounidense.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, en su informe de denuncia a esa política, presentado el pasado año en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), detalló que las afectaciones en el sector de la alimentación y la agricultura, de marzo de 2019 a abril de 2020, fueron de 428 millones 894 637 dólares.
Rodríguez Parrilla añadió que “dichos daños se habrían evitado si las empresas cubanas pudieran acceder al mercado de los EE.UU., dada la ventaja en materia de precios y cercanía, pues las industrias de ese país son capaces de abastecer a las entidades de la Isla de muchas materias primas y equipamientos para mejorar las líneas de producción”.
Yoalis Ramírez Santos, especialista de Proyectos e Inversiones en la Empresa Cárnica guantanamera, explica que la mayoría del equipamiento es antiguo, incluso superan los 40 años de explotación, algunos más nuevos se han recibido procedentes de mercados euroasiáticos, y al hecho de adquirirlos en lugares lejanos se suma la imposición de los aranceles, que encarece más la compra.
Ante tal situación y frente a las dolencias del equipamiento ahí, Ricardo Cereijo Abad, quien figura entre los más reconocidos innovadores, sabe que optar por piezas de repuesto no está entre las soluciones, por eso ante la rotura de una mezcladora china asumió él mismo la confección de uno de los aros y creó una nueva base para el equipo.
En el centro productivo la poca disponibilidad de materia prima también impacta negativamente. Por ejemplo, en el mes de mayo, de 110 toneladas necesarias del llamado MDM (proporción de carne mecánicamente deshuesada) solo se recibieron seis.
Alberto Ferrer Castro, especialista de Producción de la empresa, explica que debido al déficit de MDM -muy utilizada en elaboraciones para la canasta básica- y los bajos volúmenes de carne, se emplean alternativas a base de pasta de soya.
Las importaciones de materia prima para la industria alimentaria nacional también se enfrentan a la necesidad de acudir a mercados distantes para adquirirlas.
Por citar un ejemplo de lo anterior, en el informe presentado por el canciller cubano ante la ONU el pasado año, se reconocía que la empresa cárnica mixta hispano-cubana Bravo, radicada en La Habana, se afectó por la imposibilidad de adquirir 2 mil 700 toneladas de carne en el mercado de EE.UU., por un precio de 2 mil 213 dólares la tonelada, y ello obligó a recurrir a otros proveedores con precios más altos, ello implicó gastos adicionales de un millón 296 mil dólares.
Golpe colectivo
En la Empresa provincial de la Industria Alimentaria, Dalgis Serret Beirut, directora de Mantenimiento Funcional e Inversión, reconoce que las dificultades“Entre personal de oficina, de la producción y mecánicos, 67 innovadores buscan soluciones a las dificultades en la Empresa Cárnica”, reconoce Yoalis. tecnológicas existen en todas las entidades, van, por ejemplo, desde problemas en la banda transportadora, utilizada en la producción de galletas, hasta el parque vehicular para el traslado de productos y materia prima, el cual se encuentra en malas condiciones por déficit de piezas de repuesto.
“Hoy, por ejemplo, no existe alambre para el enrollado de los motores de los equipos de las unidades productoras, hay carencia de componentes como cables, juntas, resistencias, y rodamientos”, añade Serret Beirut.
La innovación es la receta con la que se trata de aliviar los dolores de las entidades, así fue como en la fábrica de conservas de la Tagua se recuperó la bomba de pistón, haciéndole transformaciones en sus componentes para bombear la pulpa de fruta hasta los recipientes de cocción. Los exprimidores de madera, son otras de las iniciativas allí ante las limitaciones de recursos.
Frente a las dificultades y la demanda de alimentos por parte de la población, los retos se multiplican bajo la incógnita de hasta cuándo nos acompañará el bloqueo. La innovación no es tarea fácil, pero por ahora es la que asegura lo poco que se produce. Además, es la más cercana opción para elevar la oferta, potenciarla, y estimular a quienes son parte de ella, ante un escenario en el que mentes y manos intentan reducir el tamaño a los problemas.