familia cederista Niceto PérezEn Arroyo del Medio, asentamiento montañoso del municipio de Yateras, la escuela primaria Frank País García marca pautas en el vínculo educación-comunidad.

La unión de niños, maestros y familiares en función de un proceso docente más eficaz, y en la consecución de proyectos para transformar el entorno, convierten a la institución, en el centro más importante de la localidad.

Donaciones voluntarias de sangre, trabajos productivos, y el aprovechamiento de los patios y parcelas para el autoconsumo, resaltan entre las habituales tareas del colectivo docente, que recibirá el Premio del Barrio, galardón otorgado por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), como estímulo a la labor en la formación de valores en la ciudadanía.

La noticia despierta la alegría en los pobladores, orgullosos de su escuela en el CDR número 2, de la Zona 32, cuya matrícula es de 58 alumnos, todos comprometidos con el hacer y ser útiles a la sociedad.

“Es un colectivo muy consagrado, que se vincula a proyectos socio-productivos y culturales, como el de Soberanía alimentaria desde mi escuela y Yo recupero materias primas. También, participan en actividades conjuntas con las organizaciones de masas y mantienen sobresalientes resultados integrales en la formación de las nuevas generaciones”, apunta Yulien Salina Gallardo, director municipal de Educación en Yateras.

escuela CDR YaterasEscuela primaria Frank País García.Amplio es el aval del centro educativo, el más integral en el trabajo comunitario, Colectivo Martiano, Destacados por la calidad y durante 11 años consecutivos ha merecido elogios por la entrega de materias primas. A estos méritos se le suma la contribución a la Defensa Civil, pues el local es escenario de evacuación del barrio en tiempos de catástrofes e intensas lluvias.

Los pioneros de la Frank País se forman, además, en el manejo sostenible de la agricultura con el personal docente y se vinculan al movimiento Desde el barrio cultiva tu pedacito, promovido por los CDR para producir alimentos en los espacios disponibles. El paisaje del área escolar lo decoran cultivos de hortalizas, frutas, condimentos y viandas que crecen saludables a resultas del esfuerzo de todos.

“También tienen un módulo agropecuario con conejos, aves y cerdos -explica Maricel Turcás Duarte, directora zonal- y otra área para sembrar alimentos en el mismo poblado de Arroyo del Medio. Era una tierra ociosa y de la que ahora recogen yuca, boniato, frijoles, malanga, ñame, calabaza... entre otros cultivos de ciclo corto que se ofertan a padres y alumnos”.

“De estas producciones donamos al centro de aislamiento que está en La Carolina, y al círculo infantil Vocecitas del Toa, de Yateras. Somos un equipo indetenible y en la zafra cafetalera anterior, entre los 18 trabajadores recogimos 400 latas del grano durante nuestro tiempo libre, con cuyas ganancias compramos útiles para el centro y se reservó parte para las festividades”, detalla Turcás Duarte.

La escuela primaria Frank País es un tesoro de la comunidad. Sus docentes, en tiempos de pandemia se convirtieron en mensajeros, pesquisadores, y ahora apoyan el proceso de vacunación, donando parte de sus vacaciones para cooperar en la inmunización de nuestro pueblo contra el SARS-CoV-2.

“Son tiempos difíciles, la COVID-19 nos ha cambiado las rutinas, pero el proceso de enseñanza sigue, por eso buscamos alternativas para llevar las teleclases grabadas a los estudiantes que no tienen medios para visualizarlas. Damos orientaciones precisas que compartimos con los padres cuando van a la bodega, o vienen hasta la escuela e igualmente ofrecemos seminarios a la familia vía telefónica y usando las redes para continuar la educación de los niños”, detalla.

Recibir el Premio del Barrio constituye un reconocimiento a esa intensa labor que realizan junto a la familia yaterana, un gesto que se agradece y compromete a la Frank País a mantenerse liderando la transformación del territorio, desde su quehacer institucional intra y extramuros.

Una familia cederista que apuesta por la juventud

A Domingo Almaguer y su esposa Neida Machuca los une el amor y la profesión. Los dos, profesores de Historia de Cuba, ya jubilados, se sienten privilegiados alDomingo Almaguer y Neida Machuca Domingo Almaguer y Neida Machuca. saber que este año se les otorgará el Premio del Barrio, galardón que reciben con humildad y sencillez.

Para sus vecinos de la Zona 2, del poblado La Yaya, en Niceto Pérez, la familia Domingo Almaguer Medina se merecía hace tiempo ese lauro, como retribución al prestigio, respeto y reconocimiento social que han logrado conquistar en esa localidad.

Residentes en el edifico 3, CDR 3 Camilo Cienfuegos Gorriarán, los Almaguer Medina tienen el mérito de ser fundadores de la mayor organización de masas del país, en la que han ocupado varios cargos, con sistematicidad y resultados de trabajo.

Ambos fueron donantes voluntarios de sangre, líderes populares, los primeros en las jornadas de limpieza, en preparar la olla de la caldosa para el 28 de septiembre... han merecido condecoraciones y distinciones que avalan su obra.

“Soy presidente de los Comités desde hace más de 20 años, responsabilidad que asumo con orgullo, y gracias al apoyo de los factores de la comunidad, la Zona cumple con las tareas cederistas y mantenemos la unidad entre vecinos”, explica Almaguer.

“El protagonismo de los CDR en el barrio depende del funcionamiento del ejecutivo que lidera las actividades”, afirma Domingo, quien asegura que hoy la esperanza de la organización descansa en las propuestas frescas de los jóvenes, quienes han tenido una activa participación en el enfrentamiento a la COVID-19.

“Desde que empezó la pandemia, los jóvenes asumieron espontáneamente la responsabilidad de mensajeros, acompañando a núcleos vulnerables, y en funciones organizativas en centros comerciales donde se expenden productos de primera necesidad. Ellos, como nosotros en nuestros tiempos, han sabido responderle a la Patria”, destaca.

Domingo y Neida ven en la juventud la garantía de continuidad del legado de Fidel en la organización que nació en 1960 para erigirse como célula fundamental del barrio para canalizar, enfrentar y resolver, en la medida de lo posible, los problemas del pueblo.

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