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Maray desde Marbella 1En su propia finca, Maray fue reconocida recientemente, con motivo del Día Mundial de la Mujer Rural, por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y la Federación de Mujeres Cubanas.Cuatro años después, Maray Cantillo Ramírez cuenta que más difíciles fueron las tardanzas y trabas anteriores, para legalizar su condición actual de usufructuaria de tierras, que los alentadores resultados consolidados en las 12,58 hectáreas que antes fueron "una loma de marabú e ipilipil".

"¡¿Usted no sabe cómo son esos trámites aquí!?", dice al interlocutor, despejando el aire de la finca Marbella con su grácil mano derecha. El proyecto se ha ido levantando con ayuda familiar, y de diversas instituciones, en predios rurales, a media decena de kilómetros al norte de la ciudad de Guantánamo ("detrás del Somatón, en la carretera a Jamaica", según ella la direcciona).

"¡Papeleo, arquitecto, registro, Planificación Física, legalización..., en fin, lo que piden para el proceso... Hasta que al fin pude entrar aquí con todos mis papeles como usufructuaria, en noviembre de 2016. Tener hoy esta finca, con más de medio centenar de cabezas de ganado menor, favorecida con un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para el fomento de esas especies, es resultado del trabajo", resume.

Sin dejar de coser

Costurera cuentapropista desde 2015, esta mujer de 54 años no ha abandonado su taller de confección para entidades como el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y recreación, Copextel, Empresa Eléctrica y otras, además de vestuario para niños fundamentalmente, sino que extendió su emprendimiento a las labores agropecuarias, ante la siempre presente y creciente demanda de alimentos para el pueblo.

Antes de tener los animales y sembrar cultivos para su alimentación y el autoabastecimiento, la familia de tradición campesina en su oriundo Yateras debió recurrir a sus propios recursos humanos, materiales y financieros para contratar un buldócer para el desbroce y la preparación de las tierras, incluida la creación de facilidades para las personas y animales, expone esta creadora de riquezas con sus propias manos.

"Cuento con la experiencia de mi padre, mi madre, mi tío, mi hermano... Y hasta de mi hijo Evelio Rafael, quien dejó su profesión de psicólogo para sumarse a mi lucha con ovejas, carneros, chivos (el propósito fundamental), vacas, caballos y demás bestias y plantas y trabajos que lleva una finca, para estar bien atendida", dice la expresiva mujer, que anota el apoyo de su esposo Mariano Elías, quien cumple misión médica en Venezuela.

Activa responsable de la brigada Federación de Mujeres Cubanas- Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (FMC-ANAP) y de las mujeres creadoras en laMaray desde Marbella 2La cría de cabras para carne y leche es el proyecto con el que pretende consagrar la finca Marbella, sin renunciar a la diversificación agropecuaria. Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Lino de las Mercedes Álvarez, tampoco puede obviar los conocimientos proporcionados por la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) para desarrollar el ganado, y el estímulo siempre presente de la ANAP y la FMC.

Aprendiz y promotora

"Cada vez aprecio más lo que aprendo sobre agropecuaria para el buen futuro de mi proyecto de cabras para carne y leche, aplicando ciencia y técnica, en lo que colabora también la Universidad de Guantánamo, sin dejar de fomentar el resto de la ganadería menor y mayor, y la diversificación de crianzas y cultivos", amplía con elocuencia.

Con genuino asombro de bisoña descubridora, Maray habla de las propiedades nutritivas de la uvilla y otras plantas que proliferan casi silvestres, además de las que fomenta, para contar con más fuentes de alimentación para su apreciada crianza de cerdos de capa oscura y ovinocaprinos.

Siente satisfacción de haber ido incrementando en el corriente año las entregas de leche, maíz, hortalizas, carneros, chivos y aves, a la CCS, aún con las limitaciones impuestas por el enfrentamiento a la COVID-19. Siguen aumentando las siembras de maíz, yuca, maní, boniato y pastos forrajeros, cultivos todos que, insiste, sirven tanto de alimento animal como a la comercialización y el autoconsumo familiar.

Finalmente, aprecia que ella misma es una muestra de cómo la FMC y la ANAP promueven la gestión del empoderamiento femenino entre los agricultores pequeños de la provincia, en el que las mujeres constituyen el 24 por ciento de los asociados a la organización campesina.

“Pese a las dificultades pasadas, actuales y que se puedan presentar en el futuro -concluye Maray-, los retos por vencer son, sobre todo, oportunidades para aprovechar trabajando y luchando por el proyecto. Sin duda, creceremos con los ovino-caprinos y con todo lo demás.