Suman 21 Mipymes aprobadas en Guantánamo, de las cuales cuatro están ya constituidas y en conjunto podrían generar unos 700 empleos. En la gráfica el bar El Estocolmo.
Desde que inició el proceso de perfeccionamiento de los actores económicos en Cuba, a finales de septiembre pasado, 21 micro, medianas y pequeñas empresas de Guantánamo (Mipymes) fueron aprobadas por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP), de las cuales cuatro están ya constituidas.
La cifra, reconoce Yunier Oliva Batista, director provincial del MEP, es baja con respecto a otras provincias, una aseveración que se corresponde con los negocios aprobados y con las más de 60 solicitudes que se han recibido en la Plataforma de Actores Económicos.
Es, además, irregular. De hecho, hasta ahora, Guantánamo lleva la delantera en presentación y actores en proceso, seguido por Baracoa, Imías, Caimanera y El Salvador. El resto de los municipios no tiene representación, ni siquiera, entre los solicitantes.
Esa realidad, avista el directivo, no debe mantenerse, a tenor con las nuevas regulaciones del trabajo por cuenta propia publicadas en la Gaceta Oficial Ordinaria No. 94, de agosto -que contiene, además, la mayor parte de las normas de Mipymes y CNA-, que impone la cantidad máxima de tres trabajadores a contratar por los cuentapropistas.
“De conjunto con la Dirección provincial de Trabajo, identificamos 318 trabajadores por cuenta propia con cuatro contratados o más, los cuales en el plazo de un año deben convertir sus negocios en empresas o cooperativas, o reducir el personal”, explica.
A la lista deben sumarse igualmente unas 39 Mipymes estatales de entidades como la Industria Alimentaria, la Empresa provincial de la Construcción e Industrias Locales. “Actualmente en la plataforma están tres, pero solo se aprobó la heladería Guailí”.
Igual, asegura, “debemos trabajar más, tocar las puertas de las personas, mostrar los beneficios de tener personalidad jurídica, entornos financieros más accesibles, confiabilidad entre los clientes, y acceso a financiamiento, proveedores…”
Los pioneros
Carlos Edwin Novoa Alonso -dueño de la MipymeTransnovoa, una de las primeras en aprobarse y constituirse en el territorio- aspira a poner en las manos de particulares y empresas la posibilidad de gestionar transporte con comodidad, eficiencia, y varias alternativas de pago, y proveer además un sistema de talleres tanto para personas naturales como jurídicas.
Me dice que piense en UBER -empresa estadounidense que proporciona a sus clientes a nivel internacional vehículos de transporte con conductor a través de su software de aplicación móvil-, como el referente más conocido, como la aspiración mayor de sus relaciones con particulares.
Con las empresas, funcionarán igualmente como un enlace capaz de gestionar conductores, medios de transporte a la medida de las necesidades del viaje, a la usanza del funcionamiento del sistema de carga en el mundo.
Es, simplemente, su sueño, aunque no ha sido sencillo. Para este emprendedor, “lo más difícil es que, aún constituidos, todavía en algunos entornos no encontramos un clima de reconocimiento… Siento que nos ven como si fuéramos trabajadores por cuenta propia, personas naturales, y no empresarios”.
Deja zanjado algunos traspiés en el proceso de constitución, que comienza con el depósito de un capital social en el banco, continúa con la escritura notarial y la inclusión en el registro mercantil y, termina con la apertura de una cuenta corriente en el banco y la inscripción -de oficio- en el registro de contribuyentes de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT).
Son, resume, “gajes del oficio de ser de los primeros”, aunque reconoce la importancia de incrementar la capacitación de las personas que atienden el proceso de nuevos actores, sobre todo, en el banco.
Lo que más le preocupa, empero, es el acceso al financiamiento. “Somos un negocio de nueva creación, y tenemos un capital inicial, pero necesitamos ayuda para poder comprar piezas, herramientas…, todo lo que nos urge importar o adquirir aquí adentro, en moneda libremente convertible, que no tenemos”.
La posibilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas, CNA y trabajadores por cuenta propia, de acceder a “moneda dura” quedó, de hecho, dispuesta en la Resolución 286 de 2021. Pero esto tiene tres requisitos que no cumple Transnovoa, y ninguna de las otras tres Mipymes hasta ahora constituidas aquí.
Yuri Guerra Oliva, subdirector provincial del Banco Popular de Ahorro, precisa que los negocios “que pueden optar por financiamiento de la Financiera de Microcréditos S.A, deben vender a las tiendas en MLC, comercializar en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM) o realizar exportaciones”.
El resultado, reconoce el emprendedor, “es que tendremos que gestionar las necesidades por nuestra cuenta, y tendremos un crecimiento lento, mientras aumentamos en operaciones”.
Sin embargo, el financiamiento en pesos cubanos también le ha resultado esquivo. “Fui al Banco de Crédito y Comercio (Bandec) ubicado en Calixto García y Carretera, en busca de orientación para saber qué documentos debía presentar y me explicaron que todavía no estaba definido el mecanismo”.
Cuestionado al respecto, Daiyober Ortega Romero, jefe del Departamento Banca Empresa de Bandec, asegura que no han recibido solicitudes formales de créditos y que, en el caso de las Mipymes, se rigen por el mismo sistema de las CNA, ya aplicado en Guantánamo con las existentes.
La misma respuesta obtuvo un socio de otras de las Mipymes constituidas en el municipio de Guantánamo, que prefirió mantenerse en el anonimato, a pesar de que en la propia Gaceta No. 94 se desglosan los principios generales para el otorgamiento de créditos a los nuevos actores en la Resolución 213 del Banco Central de Cuba.
A este emprendedor, dedicado a la electrónica, lo golpea la inexistente oferta de insumos en Cimex y Copextel, y las dificultades que supone acudir a esos mismos organismos para importar lo que necesitan.
Kerslyn Téllez López, socio de la pequeña empresa unipersonal KeTaller, resume la idea: “Simplemente no comparto la política de importación actual. Yo debería tener la posibilidad de comprar lo que requiero para mi negocio, en Rusia o en la ZEDM, y traerlo directamente, sin intermediarios”, opina.
Y eso, ahora mismo, no parece posible. Incluso, podría ser un problema importar a través de algunos de los organismos con licencia para ello en el territorio. “En la oficina de Cimex local, por ejemplo -me dice el empresario que igualmente prefiere el anonimato- me dijeron que nunca habían realizado una operación como esa, y que los trabajadores por cuenta propia que habían iniciado los trámites, todavía no habían logrado concretarlos”.
Para Daysi Sarmiento Cala, al frente del Departamento de Comercio Exterior adscrito al Gobierno provincial, lo más importante no es tanto importar como “colarse” entre los exportadores de bienes diversos, que pueden ser agrícolas, productos elaborados. “La posibilidad está ahí”.
Por medio de esa oficina, además, los nuevos actores económicos podrían, asegura, presentar proyectos para captar financiamiento externo, una aspiración que, no obstante, reconoce más difícil, a juzgar por los proyectos estatales que ahora mismo, “esperan” por inversores.
“Es necesario que las entidades que se relacionan con nosotros estén claras de todos los procesos”, alerta el socio de El Estocolmo, imposibilitado de operar su cuenta corriente, depositada en el BPA. La experiencia de Guillermo Aguilar Álvarez, dueño de la mediana empresa Estocolmo -uno de los bares más populares de la ciudad- según indica es que “marcha con problemas que, espero, puedan resolverse. Por suerte, tengo seis meses de gracia -dispensado de pagar tributos, con la excepción de la seguridad social-, pero el tiempo pasa…”.
Su principal problema es que su cuenta corriente no está insertada en la banca remota y no puede usar los 100 mil pesos que ingresó, y se le retiró la tarjeta de MLC con la que compraba en la tienda para cuentapropistas. “Ahora mismo opero el negocio con mi patrimonio personal, y esa no es la idea”, alude.
Otro tema peliagudo es el acceso a los suministradores. “Fui a Santiago de Cuba para negociar con la Comercializadora ITH, pero solo operan en MLC, y yo, como Mipyme, no tengo cuenta en esa moneda. Tampoco puedo pagar con Visa o Mastercard, donde me depositan desde el extranjero, en divisa, el pago por algunos servicios”.
Con la Empresa Mayorista -en una visita, hace un mes- no tuvo mejor suerte, y la misma corrió con Brascuba (cigarros) y Bucanero. “En todas me dijeron que no tenían autorización para negociar con nosotros, y en las dos últimas, además, nos expresaron que no tenían autorización para venderle a otra entidad que no fuera el turismo”.
¿Qué hago entonces?, me dice, y sé que es una pregunta retórica y, lo más importante, compartida. Por suerte, entre quienes ya navegan en el barco de los nuevos actores económicos, no parece ser una opción tirar la toalla.