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Aidee MariaAideé MaríaAideé María Rodríguez Infante es mi vecina de toda la vida. Así que cuando empezaron a latir, como entes vivos, las diferentes versiones del anteproyecto del Código de las Familias, pensé en ella casi instantáneamente.

Es lesbiana y asegura: “El mundo lo sabe, y muchos me quieren; y de quienes no me aceptan, con apartarme, tengo”. Es una mujer trabajadora, cabeza de familia, madre de un niño feliz, y -por si todo lo anterior resultara poco- coordinadora del grupo local Selene, como parte de una red de mujeres gays a nivel nacional coordinada por el Cenesex.

Eres nueva en el activismo, por lo menos oficialmente…, ¿Cómo llegas a Selene?

Tengo 58 años, y ciertamente soy activista desde hace muy poco. Doy como fecha de inicio el 5 de diciembre del año pasado, cuando se creó el grupo, luego de un taller de la red de mujeres lesbianas en Cienfuegos.

Al taller llegué gracias a una amiga, que quería incentivarme a raíz de varios problemas familiares que tenía (y todavía tengo) por la demencia de mi tía, quien siempre ha estado conmigo, y hoy cuido.

Somos, en ahora, solo 11 miembros, en parte porque nos tocó un momento duro, en el que no podíamos reunirnos prácticamente. Las que están, han llegado gracias al “boca en boca”.

¿Por qué Selene?

Selene personifica la luna en varias mitologías antiguas, sobre todo griega y romana. Tiene varios significados, en algunos te encuentras con que es venerada, porque con su luz protege a los trabajadores en la noche, pero también te dicen que es un nombre que aparenta ser dulce, pero mata la ilusión…

Cuando empecé con esta idea, me acerqué a varias muchachas, y me di cuenta de que la mayoría salía solo de noche, se expresaban mejor en esas horas…, por miedo, porque la mayoría de las lesbianas de aquí, por lo menos las que conozco, no quieren ser reconocidas como tales, y eso es un gran problema para mi comunidad.

Dentro del grupo, algunas se han revelado ya, en todos los sentidos. El activismo hace eso. Te abre los ojos. Te hace más consciente.

¿Cuál es tu opinión sobre el anteproyecto del Código de las Familias? ¿Ves reconocidas tus necesidades, como persona y miembro de la comunidad LGBTIQ+? ¿Qué falta?

El mayor señalamiento a todo este proceso es que, a estas alturas, no era necesario discutir un derecho, mucho menos llevarlo a plebiscito. Otro asunto es que, al menos públicamente, nadie nos representa -como lesbianas- dentro de la Asamblea Nacional.

Pero, ya que estamos, es importante reconocer la voluntad política que implica un Código más inclusivo, que aún con limitaciones, es un paso de avance para que todas las personas tengamos todos los derechos, la esencia del artículo 42 de la Constitución.

En las versiones anteriores -ya vamos por la 23- había asuntos que nos preocupaban, como las excepciones para casarse antes de los 18 años, lo que en todo el mundo se considera matrimonio infantil; imprecisiones y limitaciones de la gestación solidaria y la reproducción asistida…

La nueva versión resuelve parte de esos asuntos. Y eso es una buena noticia.

En general, una de nuestras mayores preocupaciones era la necesidad de que las parejas homosexuales -más allá de la posibilidad de casarnos- pudieran disponer del patrimonio creado en común, en caso de fallecimiento, por ejemplo. Eso se reconoce.

Es, sin duda, una victoria del activismo LGBTIQ+ y los feminismos que nos benefician a todos.

El activismo de la comunidad LGBTIQ+ ha sido, realmente, un puntal para los cambios en el anteproyecto del Código de las familias. Es un mérito que nos hemos ganado a fuerza de trabajo, de insistencia y de participación, y que nos beneficia, pero va más allá de nosotros, pues favorecen a toda la sociedad.

full codigo de las familias constitucion cuba 

El Código, empero, está por aprobar. ¿Crees que se ha hecho accesible a las personas, se ha explicado lo suficiente, para que los cubanos entendamos su alcance?

Si queremos ganar esta batalla hay que desarmar el anteproyecto, en el mejor sentido, desmontar cada tema y explicarlo, porque si usted encuentra el texto en Internet, después de varios links te encuentras solo el lenguaje jurídico, que es muy técnico, y mucha gente no lo entiende. Ni yo misma, en ocasiones.

Eso es muy importante, nos mantiene a salvo de los discursos homofóbicos y malintencionados de los fundamentalistas, que no son pocos, están bien organizados, armados, tienen habilidades para colar mensajes simplistas a los que la gente reacciona, y una gran tradición en la región que ha frenado muchos avances sociales.

Por ejemplo, vienen y te ponen una imagen con dos pioneros del mismo sexo besándose y una pregunta: “¿Esto es lo que ustedes quieren para nuestros niños?”. Pero eso no es lo que nosotros queremos, porque a esas edades ningún niño debe besarse. Y es solo una muestra.

Se dice, por ejemplo, que si se aprueba el matrimonio igualitario, desaparecerá la humanidad, porque cómo nos vamos a reproducir…, como si las lesbianas, los homosexuales, transexuales, no hubieran nacido mayoritariamente de personas heterosexuales.

También se nos relaciona con la inmoralidad, cuando los valores no tienen género, dependen de la formación de la familia, de quien tú eres… Es una batalla muy dura, que hay que ganar desde el respeto, explicando de forma positiva.

Se arguye que vamos en contra de la familia, pero en realidad lo buscado es que se reconozcan a todas las familias, a la clásica papá+mamá+nené, pero también a la madre con su hija, a los abuelos con sus nietos, y a las que no cumplan las normas heteronormativas, que existen en la sociedad, independientemente de las leyes.

Otro tema muy “maltratado” ha sido la enseñanza con enfoque de género. Mirándolo desde la distancia, ¿Crees que te habría ayudado que, mientras te formabas, alguien te dijera que lo que sentías estaba bien?

Seguro. Yo tuve la suerte de crecer en una familia que me aceptó y me apoyó. Recuerdo que mi hermana mayor solo me preguntó si estaba lista para enfrentarme a la sociedad…, porque es una decisión personal, es expresarte como tú eres, pero la repercusión es social.

Y eso no lo entendí hasta que empecé a salir a la calle, a recibir en la espalda pedazos de naranja o semillas de mango, a escuchar insultos desde los balcones, a saber que hablar de estos temas, proyectarme, en esos momentos podía significar la cárcel.

Me habría ayudado crecer, formarme en una sociedad que me entendiera. Sería una mujer menos amargada, más abierta en todos los sentidos, dispuesta a expresar mis emociones.

Porque la sociedad nos exige de más. Entendí pronto que para ser respetada tenía que estudiar mucho, saberlo todo, desempeñarme de manera excelente en mi profesión, porque siempre hay un dedo acusador esperando a que fallemos.

Como madre, ¿Cuánto crees que ayuda a la sociedad criar hijos respetuosos, en una sociedad inclusiva?

A mi hijo lo formé desde el respeto a las diferencias. Cuando estaba en la escuela venía con dudas a partir de su interacción con otros niños, que le decían que yo parecía extranjera. En una ocasión me preguntó si yo era “liviana”, y yo le dije que no, que era lesbiana, y que más tarde le explicaría. Y así fue. El resultado es un joven heterosexual, porque quiso, con valores, que cuando ha sido necesario sale en mi defensa, y nunca se ha avergonzado de mí.

Todo parte de la formación y lo que seas capaz de aportarle, abiertamente…, por eso la idea de informar a nuestros niños no es formar personas homosexuales, sino respetuosas. Eso le hace bien a todo el mundo.

Se ha avanzado. Hoy la juventud lo asume de una manera más natural. Quien no lo acepta, muchas veces, es el adulto machista. Entonces aparece la violencia y la marginación, que luego se reproduce.

El respeto, en general, abre el camino para que las personas se asuman como son. Es ser quien eres, y dejar que los otros se expresen con libertad: Si no eres lesbiana, por ejemplo, no tienes que estar con una mujer, solo respetar mis decisiones.

¿Crees que el anteproyecto será, finalmente, aprobado?

Sinceramente, lo creo. Confío en la capacidad de las personas para apoyar lo justo, también de cambiar el pensamiento de la gente, con los argumentos correctos. Pero será solo un paso, cuando sea ley, la lucha será entonces para que se cumpla, por ampliar el alcance de esos derechos…. Sumar, siempre sumar.