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Francisca Holder Ges ama mucho su trabajo. Rebasa los 70 años de edad y continúa activa en la Empresa Procesadora de Café Asdrúbal López, de Guantánamo, la más grande exportadora de ese rubro en el país, con marcas bien posicionadas en el mercado internacional como Extra Turquino Especial, Turquino, Serrano Superior, Caracolillo y Alto Serra. 

 

De su labor depende en gran medida la certificación de calidad del aromático grano del oriente de Cuba, bien conocido en una veintena de países. Cada día, sorbo a sorbo, repetidos por más de una treintena de veces, Francisca evalúa las propiedades del néctar. Así transcurre su rutina laboral, entre sabores amargos y dulces, prueba aquí, allá…

“Para exportar un producto debes conocer el mercado y el gusto de quienes lo van a consumir. Algunos prefieren tomar café fuerte, mientras a otros les gusta más suave, con sabor a vainilla…”, dice mientras revuelve en una taza la muestra del negruzco líquido… inhala su aroma, justo antes de la especializada y bien entrenada degustación.

“El trabajo del catador -aclara- requiere de los cinco sentidos. Dependemos no solo del paladar o el olfato; también de la vista para percibir el color del brebaje, el tacto cuando se toca y muerde el grano, e incluso el oído al escucharlo mientras se mezcla”, detalla Holder Ges, quien ha enseñado el oficio a coterráneos, entre ellos su propia hija, Elba Vicente, y colegas de países como Panamá, Nicaragua, Ecuador, Burundi y Corea del Norte.

“Muy pronto no seré la única cubana con rango internacional. Tengo alumnos que solo les falta una o dos asignaturas para avalarse como catadores con nivel mundial. Además, seguimos formando a los más jóvenes, vinculándonos directamente con la carrera de Agronomía, en la Universidad de Guantánamo, donde hay un gran potencial”, expresa.

Francisca es una mujer sencilla, se percibe al instante de dialogar con ella. No se vanagloria del reconocimiento local y fuera de estas fronteras, ni siquiera le gusta mencionar estímulos que avalan más de 45 años dedicados a la catación, porque ella no “trabaja para reconocimientos”, su única aspiración es certificar un café de altura.

Entre los lauros que atesora están La Fama, símbolo de la ciudad de Guantánamo, Orgullo Guantanamero, Premio a la Creatividad a la Mujer en el Medio Rural, Premio por la Obra de la Vida de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, la Orden Lázaro Peña. Y, como si fuera poco, tras ser propuesta por la Central Obrera de Guantánamo, recibirá el título de Heroína del Trabajo de la República de Cuba, hecho que por sí solo constituye altísimo honor y reconocimiento a la obra de un nacional.

Holder Ges no desarrolla únicamente una labor destacada en la Empresa Asdrúbal López, donde lleva 49 años, sino también en la Federación de Mujeres Cubanas de su Consejo Popular, y en los Comités de Defensa de la Revolución, pujante organización de masas en la cual por tres décadas ocupa el cargo de presidenta en su barrio: calle C, la Línea No. 189, Confluentes, ciudad de Guantánamo.

“Y así he sido siempre, me gusta contribuir en todo lo que pueda” -afirma la entrevistada, y rememora el año 1962, cuando muy jovencita participó como activista en la primera campaña de vacunación contra la poliomielitis. Como federada ha recogido y sembrado café en Bayate, El Salvador… y aportado su sangre en donaciones voluntarias en graves circunstancias, como cuando el desbastador ciclón Flora.

-¿Ha pensado en jubilarse? -indago al ver la energía inagotable que emana de esta guantanamera.

 

-¡Claro! Aquí el relevo está garantizado -asevera- porque no hemos preparado a una sola persona, sino a varias, en su mayoría jóvenes muy talentosos. Cuando me retire quisiera continuar formando alumnos en la cata del café, cacao y té; tener un espacio propio, bien equipado. Cuando llegue el momento de retirarme, lo haré con gusto y satisfacción, porque sé que esta profesión, a la que he dedicado casi toda mi vida, seguirá creciendo, ganando en calidad, nivel y mejor sabor, color, y olor, pues estará validada por personas que como yo aman la catación.